Abandonada por el mundo, “la ciudad de Alepo se sume en la penumbra”

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Aproximadamente 30.000 civiles viven bajo un asedio cada vez más endurecido en las proximidades de Alepo, que en el pasado había sido la ciudad más grande de Siria, mientras las fuerzas rebeldes y gubernamentales luchan en los que podrían ser los enfrentamientos más encarnizados que se han producido durante el conflicto en años.

La ONU dijo el jueves que los diplomáticos están trabajando día y noche para establecer una tregua humanitaria en los enfrentamientos con vistas a proteger a los civiles, mientras que organizaciones y activistas defensores de los derechos humanos sobre el terreno están dando la voz de alarma ante la posibilidad de una catástrofe humanitaria inminente.

Abdulkafi al-Hamdu, activista de los medios de comunicación y profesor de inglés en la Universidad de Alepo, ha declarado a Equal Times que los civiles han empezado a racionar las provisiones, preparándose para lo peor.

“No conseguimos encontrar la mayoría de las medicinas imprescindibles. En los mercados hay pocos alimentos y no queda un hogar que no haya perdido a algún miembro de la familia, a un amigo o a un vecino”, dice, hablando desde un barrio controlado por los rebeldes. “La gente ha empezado a obligar a sus hijos a no comer más que una vez al día”.

A mediados de julio, las fuerzas gubernamentales cercaron la Castello Road, una carretera bombardeada que termina en el este de Alepo y que durante meses sirvió como última escapatoria para los rebeldes de la ciudad. Con Castello cerrada, la ciudad más grande de Siria permanece sitiada desde hace cerca de dos semanas.

El ministro de Defensa ruso anunció hace poco una “operación humanitaria a gran escala” en Alepo — que incluye notablemente la apertura de tres “corredores humanitarios” a partir de zonas de la ciudad controladas por los rebeldes. Se han estado lanzando sobre la ciudad pequeñas bolsas de provisiones y mapas de las rutas. En las demás zonas continúan los bombardeos.

Las noticias han vuelto a abrir algunas de las polémicas acerca de las negociaciones de la ONU con el Gobierno sirio, y sobre la manera en que este está respondiendo a los acontecimientos sobre el terreno.

El enviado especial de las Naciones Unidas para Siria, Steffan de Mistura, ha propuesto que la responsabilidad de la salida segura de los civiles y el acceso humanitario se deje en manos de la ONU.

“Hemos estado estudiando detenidamente y con mucho interés la iniciativa rusa que se esbozó el 28 de junio”, dijo de Mistura la última semana de julio. “Lo que sugerimos a Rusia es que deje en manos de la ONU y sus asociados las tareas de distribución de la ayuda a través de los corredores. Como comprenderán, la ONU y sus colaboradores humanitarios saben lo que hay que hacer”.

De Mistura en principio acogió con beneplácito la introducción de corredores humanitarios “en circunstancias adecuadas”, pero en realidad transmitió cierto escepticismo al respecto, puesto que están siendo supervisados por dos partes del conflicto que continúan bombardeando Alepo.

“¿Cómo se puede esperar que los convoyes de ayuda humanitaria lleguen realmente a esas personas cuando se siguen produciendo ataques de artillería pesada y bombardeos por tierra y aire?”, recalca de Mistura.

 

Un plan “profundamente erróneo”

Las organizaciones de ayuda han criticado a la ONU por tener en consideración este plan “profundamente erróneo” del Kremlin — entre otras razones debido a los continuos enfrentamientos y las preocupaciones por el hecho de que el Presidente sirio Bashar al-Assad vaya a utilizar la salida segura de civiles como pretexto para intensificar la campaña contra los que se han quedado en Alepo.

Los ataques aéreos sirios y rusos han sacudido día tras día la ciudad, apuntando contra infraestructuras civiles, entre ellas cuatro hospitales. Los grupos rebeldes han utilizado esos mismos barrios para lanzar ataques con misiles y artillería pesada contra partes de Alepo también controladas por el Gobierno. En uno de esos ataques la semana pasada murieron 40 personas, entre ellas varios niños — declaró el miércoles el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.

Médicos sin Fronteras (MSF) ha advertido recientemente de que los hospitales en la zona oriental de Alepo se están “colapsando bajo la presión de los ataques y la escasez de suministros”.

“La lucha se ha intensificado a lo largo de las últimas tres semanas y los sufridos habitantes de la ciudad de Alepo están siendo los más afectados por la devastación”, afirma MSF. “La población de la parte oriental de Alepo, y sobre todo los heridos de guerra y los enfermos graves, no tienen manera de salir, y al mismo tiempo se está impidiendo la entrada de suministros vitales de alimentos y medicinas”.

Durante la semana pasada, rebeldes de la sala de operaciones de Fateh Halab (Conquista de Alepo) y el rebelde yihadista Jaish al-Fateh (Ejército de la Conquista) lanzaron una nueva e importante ofensiva contra las fuerzas gubernamentales sirias y sus aliados. Anteriormente los rebeldes habían recuperado terreno en la parte sur de la ciudad. Durante el fin de semana, los rebeldes quebraron efectivamente el asedio y permitieron la entrada de alimentos por la parte oriental de Alepo. Al parecer ambos bandos están reuniendo fuerzas en los frentes de cara a nuevos enfrentamientos.

Alepo se ha convertido en la batalla determinante del conflicto sirio — un conflicto que indudablemente dista mucho de haber terminado. Mientras tanto, los civiles sufren más que nadie las consecuencias de los continuos enfrentamientos, la devastación y la geopolítica global a gran escala.

“Alepo se está sumiendo en la penumbra”, dice Hamdu. “La gente se siente abandonada por el mundo entero”.

 

Este artículo ha sido traducido del inglés.