Amazon Alemania: el gigante de los precios y los salarios bajos

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Hace dos años los empleados y empleadas alemanes de Amazon empezaron su lucha por mejores condiciones de salario y trabajo. Desde entonces, las huelgas se repiten.

La última tuvo lugar a finales de junio, en cinco lugares diferentes del país.

“Cuando el movimiento comenzó, teníamos problemas con los contratos precarios y la presión experimentada por los empleados y además los salarios no habían aumentado en absoluto desde hacía años”, cuenta a Equal Times Christian Krähling, trabajador de Amazon en la planta de Bad Hersfeld, que emplea a 3.000 personas.

Amazon posee ocho centros de envío de mercancías en Alemania y un lugar dedicado al alquiler de DVD. En total, el grupo estadounidense da trabajo a entre 10.000 y 15.000 personas en el país, según los períodos del año.

Sin embargo, muchos de estos trabajadores tienen un contrato de duración determinada o son temporales. A finales de 2013, un reportaje de la televisión alemana reveló las condiciones de alojamiento miserables de los trabajadores precarios empleados por Amazon para los períodos de máxima actividad y su vigilancia permanente por los guardias de seguridad.

Por lo tanto, una de las reivindicaciones principales de los empleados de Amazon Alemania es acabar con el recurso generalizado a contratos precarios.

Sin embargo, los huelguistas piden sobre todo a Amazon que respete el convenio colectivo alemán vigente en el sector del comercio. Esto significaría de facto mejores condiciones de trabajo para todos los empleados y empleadas del grupo y aumentos salariales.

Los salarios actuales de los encargados de manipulación de mercancía de Amazon comienzan en unos 10 euros (11 dólares) brutos por hora, mientras que el convenio colectivo del comercio a distancia estipula un salario de base de entre 11,47 y 11,94 euros por hora, es decir, hasta dos euros más.

Amazon se niega rotundamente.

“Actualmente, las conversaciones sobre el convenio colectivo se encuentran totalmente bloqueadas por la dirección de Amazon”, precisa Stefan Najda, secretario general de la confederación sindical de servicios, Vereinte Dienstleistungsgewerkschaft (Ver.di).

“La dirección de Amazon no quiere hablar en absoluto con los sindicatos. Sin embargo, a pesar de ello hemos obtenido aumentos salariales ligeramente superiores a la inflación”, destaca Christian Krähling. “Y en nuestra planta casi no tenemos ya contratos precarios. En otros lugares también han disminuido”.

“No es indispensable formar parte de un convenio colectivo para ser un empleador justo”, se defiende ante Equal Times el servicio de comunicación de Amazon Alemania. “Nuestra cultura de empresa es muy abierta y nos comunicamos constante y directamente con los empleados y los comités de empresa”.

Sin embargo, los comités de empresa de Amazon Alemania se crearon recientemente gracias al movimiento de huelga de los últimos años. Desde 2014, existen en todos los centros logísticos de Amazon del país. Las direcciones de empresa están obligadas, en virtud de la legislación alemana, a dialogar con las estructuras de representación del personal.

Por el momento, estos comités de empresa del gigante de la distribución han conseguido establecer programas de gestión de la salud. “Intentamos mejorar las cosas. Es difícil con el sistema de Amazon, que se basa en una estandarización de todos los gestos del trabajo”, constata Christian Krähling.

Porque todo se mide en Amazon. En los centros logísticos, un programa informático determina incluso el camino más corto y eficaz que deben tomar los empleados para ir de un lugar a otro.

 

Amenazas de deslocalización

Paralelamente a estos pocos avances, Amazon también emplea amenazas para silenciar al movimiento: la de deslocalizar la actividad alemana a los países vecinos de Europa del Este. La empresa abrió el año pasado plantas de distribución en Polonia y en la República Checa, aunque el grupo no ofrece un sitio de venta en línea en las lenguas de estos países.

“En Polonia, los compañeros trabajan dos horas más al día para ganar solamente 400 euros netos al mes, es decir, unas tres veces menos que en Alemania”, precisa Stefan Najda. Por otra parte, Amazon no ha reducido su actividad en Alemania desde la apertura de sus centros en Europa del Este. Y no se ha cerrado ningún centro alemán.

“Aquí también se nos amenaza con la deslocalización. Es solamente para asustarnos”, indica también Sébastien Boissonet, trabajador de Amazon en la planta francesa de Saran y delegado sindical de la Confédération générale du travail (CGT).

En Francia, los empleados y empleadas de Amazon también tienen un movimiento desde hace años para pedir el fin del empleo de trabajadores precarios y la mejora de los salarios y las condiciones de trabajo.

“Amazon es un modelo bastante rígido en materia social. No es nuevo, pero cada vez está más marcado”, destaca el trabajador francés.

Y el fenómeno es general. Amazon emplea a 32.000 personas en 28 plantas en toda Europa. Además de en Alemania, Francia, Polonia y la República Checa, la empresa también está presente en España e Italia.

En todas partes, las condiciones de trabajo y de gestión son particularmente duras. Las organizaciones sindicales apuestan por lo tanto por una internacionalización de su movimiento, coordinada por la federación UNI Comercio.

“Los sindicato polacos y alemanes trabajan juntos. Estamos estableciendo una estrategia común”, precisa Grzegorz Cisoń, del sindicato polaco Solidarność.

El año pasado, empleados alemanes de Amazon fueron a apoyar a sus colegas franceses en huelga. Y en junio, una delegación de representantes de Solidarność de plantas polacas de Amazon se unió a los trabajadores alemanes.
Las acciones solidarias en la Unión Europea cada vez son más frecuentes.

 

Este artículo ha sido traducido del inglés.