Camboya persigue a sindicalistas antes de que se inicie una campaña por el aumento salarial

Camboya persigue a sindicalistas antes de que se inicie una campaña por el aumento salarial

Trabajadores/as del sector textil bajan de un camión en Phnom Penh (Camboya) en julio. Los sindicatos se están preparando para volver a ejercer presión con el objetivo de aumentar el salario mínimo de 100 USD en el sector, que el año pasado produjo unos ingresos de 5 mil millones USD y que emplea a unas 600.000 personas.

(Lauren Crothers)
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La industria textil camboyana se enfrenta a nuevos conflictos después de que seis de los líderes sindicales más prominentes del país hayan sido detenidos en relación con una serie de protestas a favor del aumento del salario mínimo

Las fuerzas gubernamentales dispararon contra los manifestantes, poniendo fin de un modo violento a las huelgas que comenzaron el pasado diciembre.

Cinco manifestantes fueron asesinados, lo cual significó el cierre de uno de los capítulos más sangrientos de la lucha de los trabajadores que pedían un aumento de 60 USD del salario mínimo que actualmente asciende a 100 USD.

Aunque no ha habido ninguna censura oficial de las acciones de los funcionarios implicados (ni ninguna investigación transparente y exhaustiva de los asesinatos), ahora son los representantes sindicales los que se enfrentan a penas de un mínimo de 14 años de prisión si les declaran culpables de cargos entre los que se encuentran el haber provocado premeditadamente daños y actos graves de violencia o cortado el tráfico.

Esta medida promovida por el Tribunal Municipal de Phnom Penh también coincide con una época en que los sindicatos se están preparando para iniciar el miércoles 17 de septiembre una nueva campaña relacionada con el salario mínimo. Sin embargo, recientemente ha habido diferencias sobre la suma del aumento salarial que se va a exigir.

Tras haber reivindicado durante meses la cantidad de 160 USD, los sindicatos aumentaron su demanda a 177 USD, lo cual, en su opinión, reflejaba el aumento de la inflación y del costo de la vida. Esta semana, se redujo a 150 USD.

Moeun Tola, director del proyecto laboral de la ONG local Community Legal Education Project (CLEC; Centro de Educación Jurídica Comunitaria), aseguró que la acción judicial se había iniciado “en el momento justo” para interferir con la nueva campaña que precede a las negociaciones de octubre sobre el salario mínimo que celebrará el Comité Consultivo Tripartito sobre Asuntos Laborales.

“Según mi opinión personal, utilizan al tribunal para intimidar a los artífices de la campaña y obligar a los sindicatos a aceptar la cantidad que decidan el gobierno y los fabricantes”, explicó Tola a Equal Times.

En un comunicado publicado el jueves, la organización de derechos humanos Human Rights Watch (HRW) exigió que se anulara el “juicio por motivos políticos” de Pav Sina, Chea Mony (cuyo hermano, el también líder sindical Chea Vichea, fue asesinado a tiros en 2004 tras pedir el aumento salarial), Ath Thorn, Rong Chhun, Morm Nhim y Yang Sophon.

“Las autoridades camboyanas presentan falsos cargos contra los activistas sindicales en un intento evidente de obligarles a abandonar sus demandas de mejores salarios y condiciones laborales”, afirmó en el comunicado Brad Adams, el director del departamento de Asia de HRW.

“Esta es solamente la última medida del gobierno para asustar a los activistas y a la oposición política con el objetivo de que abandonen sus planes de utilizar las protestas para promover sus causas”, añadió.

Los acusados dirigen, respectivamente, los siguientes sindicatos: el Collective Union of Movement of Workers, el Free Trade Union, el Coalition of Cambodian Apparel Workers’ Democratic Union, la Cambodian Confederation of Unions, el National Independent Federation Textile Union of Cambodia y la Cambodian Alliance Trade Unions,.

Thorn, presidente de la Coalition of Cambodian Apparel Workers’ Democratic Union, explicó a Equal Times que pretende seguir luchando para conseguir un salario digno.

“Seguiremos exigiéndolo”, anunció. “También pediremos a nuestros trabajadores que sigan adelante con la campaña”.

“Creo que a pesar de las acusaciones judiciales, las protestas seguirán adelante. Todavía no he recibido una citación, pero la semana pasada vi en el tribunal que mi nombre estaba en la lista de acusados por la fiscalía”.

“Creo que como protestamos [en diciembre y enero], hubo presión internacional”, explicó.

“Pero ahora, como estamos esperando y algunas ONG nos han olvidado, las empresas están intentando frustrar nuestros planes y presionarnos”.

El sector textil camboyano produce unos ingresos de 5 mil millones USD al año y emplea a unas 600.000 personas que fabrican artículos para grandes empresas internacionales como H&M, Gap y Puma.

 

Este artículo ha sido traducido del inglés.