Corea del Sur: Las normas de seguridad siguen a la zaga 100 días después del naufragio del ferry

“Espera un segundo, acabo de encontrar esto en la parte trasera: es un chaleco salvavidas fabricado en 1994. Esta es la situación en el barco. Los motores no funcionan y no sabemos qué hacer. Parece que la policía costera está a punto de llegar, y yo quiero vivir.”

Realizada con el celular de un estudiante cuyo deseo de vivir no le impidió perecer en el naufragio, una grabación inédita ha ilustrado la cruda realidad de las pésimas condiciones de seguridad a bordo del Sewol, un ferry que se hundió en las costas del suroeste de Corea el 16 de abril de 2014.

Este jueves, 24 de julio, se cumplen 100 días desde que se produjo el siniestro donde perdieron la vida 294 personas – 10 cuerpos siguen estando desaparecidos.

Pero dada la perceptible falta de progresos en la investigación sobre la causa del accidente y los fallos en las operaciones de rescate, las familias de las víctimas han estado manifestándose delante de la Asamblea Nacional del país desde el 12 de julio para reclamar la aprobación inmediata de una legislación que permitiría a un comité especial llevar a cabo una evaluación completa y el procesamiento de las personas responsables.

El 17 de julio, último día de la sesión ordinaria de verano de la Asamblea Nacional, no se llegó a aprobar la tan debatida legislación.

En el núcleo del desacuerdo está la negativa por parte del Partido Saenuri en el poder de satisfacer la petición de las familias y otorgar al comité plena autoridad de investigación, incluyendo el poder para incautar pruebas y detener a los sospechosos.

En combinación con la misteriosa muerte de Yoo Byung-eun, el dueño fugitivo de la empresa que gestionaba el Sewol, la estancada legislación ha recibido numerosas críticas que dejan patente la incapacidad del Estado para abordar seriamente los problemas en materia de seguridad pública y laboral.

En Corea se han producido numerosos accidentes industriales. Según un estudio llevado a cabo por la agencia estatal de estadística (KOSIS), en 2008 se registró en Corea un índice de víctimas mortales por accidente laboral del 18,0 por 100.000 personas, superando los índices de Rusia (10,9) y México (10,0).

La cifra sólo se redujo ligeramente en 2009 (15,7) y en 2010 (15,5).

Según lo ha reconocido el propio Gobierno, 2.422 coreanos fallecieron por accidentes laborales en 2010, y la cifra de 1.929 muertes registradas en 2013, aunque supone una disminución, no deja de adjudicar al país el dudoso honor de tener la mayor tasa de trabajadores muertos entre los Estados miembros de la OCDE.

Bajo la mirada de la Presidenta Park Geun-hye, se han estado produciendo accidentes de pequeña y gran escala con una frecuencia alarmante. En particular, el 31 de agosto de 2013, tres trenes chocaron en el centro de Daegu, al sureste del país, dejando más de 20 heridos.

El 17 de febrero de 2014 el techo de un complejo turístico en la ciudad de Kyungju colapsó a causa del peso de la nieve acumulada, matando a 10 personas e hiriendo a otras 125, en su mayoría estudiantes universitarios que realizaban un retiro de preparatoria.

Mientras tanto, durante la construcción de una torre de 555 metros de altura gestionada por el Lotte Group en el sureste de Seúl, se han registrado desde el año pasado dos muertos y cinco heridos por accidente, así como un pequeño incendio y la caída de escombros en las zonas próximas a la obra.

La empresa ha sido también acusada de provocar sumideros en el barrio, como consecuencia del excesivo peso del edificio.

En el ámbito de la manufactura, Hyundai Heavy Industries, el mayor constructor naval del mundo, notificó ocho muertos y cuatro heridos en sus lugares de trabajo durante los meses de marzo y abril de este año.

En Hyundai Steel, una empresa filial de Hyundai Heavy Industries, ocho trabajadores perdieron la vida y otros ocho resultaron lesionados en accidentes laborales el año pasado.

 

Reducción de costes

Los expertos alegan que para conseguir mejorar las condiciones de seguridad pública y laboral, el Estado tiene que abordar primero el problema subyacente de la reducción de costes que practican las industrias.

No obstante, Jun Hyoung-Bae, Catedrático de Derecho de la Universidad de Kangwon y especialista en derechos laborales y seguridad en el trabajo, considera que el problema está profundamente arraigado: “El sector industrial de Corea depende enormemente de la manufactura y la construcción, sectores propensos de por sí a los accidentes.

“En segundo lugar, para seguir siendo competitivas, las empresas coreanas reducen los costes asociados con la producción a fin de poder fabricar así productos parecidos a los de fabricación extranjera pero con gastos muy reducidos y, por tanto, a un precio inferior. La idea es que si las empresas respetaran cada una de las normas de seguridad, no podrían ser competitivas.”

El sistema del transporte en metro es otro ámbito donde se observan excesivos recortes de gastos en la aplicación de la normativa de seguridad. Una serie de accidentes han sido achacados al proceso de contratación. Esta primavera se produjeron en Seúl tres accidentes de metro, de los cuales el peor tuvo lugar en la Línea 2, donde el tráfico es muy intenso, dejando un balance de 238 heridos.

El sindicato de trabajadores del metro Seoul Subway Labor Union (SSLU) sostiene que el hundimiento del Sewol no ha implicado ningún cambio significativo en la actitud de los directivos con respecto a las cuestiones de seguridad.

En una declaración pública, el SSLU observó: “Negándose a admitir la presencia de personal deficiente sobre el terreno, [la dirección] no ha hecho más que enviar una pila de documentos ordenando que se lleva a cabo una inspección. No hay ningún indicio de que el sistema operativo – que da más importancia al rendimiento y a los resultados que a las inspecciones en materia de seguridad – vaya a modificarse lo más mínimo.”

Mientras la legislación del Sewol permanece estancada, se han estado produciendo otros accidentes.

El 17 de julio se declaró un incendio en la red de metro de la ciudad de Busan, como consecuencia del cual 500 pasajeros se vieron obligados a evacuar la zona y el funcionamiento del metro quedó suspendido durante 40 minutos.

Ese mismo día, un helicóptero en el que viajaban cinco bomberos que regresaban de trabajar en las operaciones de búsqueda del Sewol, se estrelló en una zona densamente poblada de Gwangju, matando a las cinco personas a bordo.

Este artículo ha sido traducido del inglés.