Despertar sindical en la antigua Alemania del Este

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El 9 de noviembre, Alemania celebrará el 25º aniversario de la caída del muro de Berlín, que abriera la vía a la reunificación alemana.

Pero un cuarto de siglo después de ese importantísimo acontecimiento, una frontera invisible continúa separando el este y el oeste de Alemania: la de las diferencias de ingresos.

El Producto Interior Bruto (PIB) per cápita es en efecto una tercera parte más bajo en las regiones de la ex República Democrática de Alemania, y el salario medio es 800 EUR (1.015 USD) inferior al del oeste.

El desempleo supera el 9% en el este, frente a una tasa de apenas el 5,8% en el oeste.

Esta situación económica constituyó durante bastante tiempo un obstáculo a las reivindicaciones sindicales en la antigua Alemania del Este. Ya no es el caso hoy en día.

“Tras la desindustrialización de los años 90, el temor a perder el empleo sigue siendo bastante más intenso aquí que en el oeste”, comenta Franziska Wolf, Secretaria General del sindicato IG Metall en Zwickau, en el estado de Sajonia.

“Pero desde hace algunos años, la gente está cada vez menos dispuesta a trabajar a cambio de salarios miserables. Dicen que la situación de todos modos no puede realmente empeorar. Así que se comprometen”.

Wolf encabezó el año pasado la primera acción de huelga en el sector textil alemán del este. El objetivo era reclamar un incremento salarial. Y fue todo un éxito.

Los huelguistas obtuvieron un aumento del 5,6% en dos años para los 16.000 trabajadores del sector en Alemania oriental.

“En este sector, sigue habiendo salarios de menos de 7 EUR (8,80 USD) brutos por hora en empresas que no están cubiertas por un convenio colectivo. Así pues, esta huelga es algo que muchos compañeros esperaban”, añade la sindicalista.

 

El desafío de la organización sindical

El mundo del trabajo en Alemania oriental sigue registrando un retraso en materia de organización de las relaciones laborales.

Más de la mitad (53%) de los trabajadores alemanes del este no están cubiertos por ningún convenio colectivo, frente al 40% en el oeste.

Tienen por tanto que negociar sus salarios y condiciones de trabajo directamente con sus empleadores.

“La gran mayoría de las empresas de la región son pequeñas empresas, con menos de cinco empleados. Resulta difícil ahí negociar convenios colectivos”, analiza Iris Kloppich, Presidenta de la sección de Sajonia de la central sindical alemana Deutscher Gewerkschaftsbund (DGB).

El retraso queda también patente en cuanto a la representación del personal.
En el este, apenas el 36% de los asalariados están representados por lo que aquí se denomina un comité de establecimiento (Betriebsrat). En el oeste, el porcentaje ascienden al 43%.

“Constituir comités de representación del personal sigue todavía siendo un auténtico combate en Alemania, más aún en el este”, subraya Heiner Dribbusch, investigador del instituto de análisis económicos en la fundación Hans-Böckler de Düsseldorf.

Pero también ahí, las cosas están cambiando.

Stephan Sander, 25 años, por ejemplo ha creado un comité de personal en 2011 en su empresa, un cine multiplex en Leipzig.

“Hemos tenido dificultades con nuestro empleador respecto a los horarios. Resultaba totalmente imposible discutir respecto a ninguna cuestión con él”.

Todo esto con salario muy bajos, en torno a 6 EUR (7,5 USD) brutos por hora.

Así pues, Stephan Sander no dudó en presentarse como candidato siendo elegido, junto con otros dos compañeros, para representar a los 26 empleados del cine.

“El empleador contestó, en vano, la elección ante el tribunal. Pero luego obtuvimos algunas mejoras en las condiciones de trabajo”, comenta el joven.

Cada vez más empleados de Alemania oriental apuestan por la sindicalización.

“De las 130 empresas que cubrimos en el sector mecánico en la región de Sajonia-Anhalt, hemos conseguido el establecimiento de 25 nuevos comités de representación del personal desde 2012”, se felicita Martin Donat, Secretario General de IG Metall en Halle.

“Y en cinco empresas se están manteniendo de momento negociaciones para reclamar un convenio colectivo, en ocasiones acompañadas de huelgas”.

El nuevo salario mínimo legal que ha sido votado debería también ayudar a reducir las diferencias de ingresos entre las dos Alemanias.

Fijado en 8,50 EUR (10,70 USD) brutos por hora, deberá entrar en vigor el próximo 1 de enero.

“Constituye un logro haber obtenido un salario mínimo único para este y oeste”, indica Wolfgang Lemb, Vicepresidente de IG Metall y ex representante político a nivel regional.

“Es algo que no estaba en absoluto garantizado al iniciarse las discusiones”.

 

Este artículo ha sido traducido del francés.