En Asia y el Pacífico, los trabajadores jóvenes enfrentan inestabilidad y vulnerabilidad

Artículos

En Asia y el Pacífico, casi de la mitad de los trabajadores entre 15 y 29 años son trabajadores independientes, y dos de cada tres jóvenes tienen empleos asalariados sin un contrato escrito, sostiene un nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Según el estudio, titulado Labour market transitions of young women and men in Asia and the Pacific, (Transición al mercado laboral de los hombres y mujeres jóvenes en Asia y el Pacífico), la informalidad y el empleo vulnerable son una realidad para la gran mayoría de los trabajadores jóvenes de la región.

Si bien en la región, el desempleo sigue siendo una preocupación importante para los jóvenes, la baja calidad del trabajo es un problema más grave. Entre quienes trabajan, muy pocos tienen un contrato de trabajo formal ni acceso a las prestaciones fundamentales como la licencia remunerada por enfermedad o la cobertura de seguridad social.

“La falta de perspectivas de un empleo seguro, asociado a un nivel de educación superior, el acceso a las tecnologías modernas y la exposición de las aparentes ventajas de las economías desarrolladas, generan un riesgo de frustración entre los jóvenes. Lo cual, a su vez, puede culminar en descontento político o migración externa”, declaró Sara Elder, especialista en empleo juvenil y autora del informe.

Las conclusiones del informe se basan en encuestas sobre la transición de la escuela al trabajo realizadas en 2012-13 entre los jóvenes en cinco países (Bangladesh, Camboya, Nepal, Samoa y Vietnam), en el marco del Proyecto Work4Youth (W4Y) de la OIT, una asociación mundial entre la OIT y la Fundación Master Card.

La tasa promedio de desempleo juvenil de estos países se situaba en 14,2 por ciento, oscilando desde 3,8 por ciento en Camboya hasta 28,9 por ciento en Nepal.

La tasa de desempleo de la mujeres jóvenes superó la de homólgos en los cinco países; la tasa de desempleo juvenil femenino era de 19,9 por ciento en comparación con la tasa masculina de 11,9 por ciento.

El porcentaje de jóvenes en empleo informal varía de 67,7 por ciento de los jóvenes trabajadores en Samoa a 98,3 por ciento en Camboya. También en este caso las mujeres están en desventaja. En los cinco países, los hombres jóvenes tenían mayores probabilidades de encontrar un empleo estable, regular y de recibir un salario más alto.

 

El vínculo entre la educación y el empleo

El informe constató una estrecha relación entre la educación y el empleo. Uno de los problemas identificados es que el nivel de instrucción permanece relativamente bajo en la región, a pesar de los progresos alcanzados en los últimos años.

En Bangladesh, Camboya y Nepal, más de 50 por ciento de los jóvenes finalizan su escolaridad al terminar su educación primaria o antes. En Camboya y Nepal, las mujeres tienen mayores probabilidades de abandonar los estudios más temprano. La “razones económicas” son la explicación más frecuente a esta situación, lo cual implica que la pobreza de los hogares se perpetuara de una generación a la siguiente.

Aunque la falta de instrucción no es un obstáculo para encontrar trabajo (de hecho las tasas de desempleo aumentan con el nivel de educación), los resultados muestran con claridad que invertir en educación aporta beneficios en términos de salarios y de acceso a “mejores” empleos.

Sin embargo, el desajuste entre las competencias y el empleo alcanza un nivel alto en los cinco países. Más de la mitad de los trabajadores jóvenes de Bangladesh, Camboya y Nepal han recibido una educación insuficiente para el trabajo que realizan.

Esto puede tener un impacto negativo en la productividad del trabajador y por lo tanto en el rendimiento de las empresas, además puede afectar la sensación de seguridad de los individuos.

Al mismo tiempo, la sobreeducación también es una preocupación. En Vietnam, alrededor de una cuarta parte (23,5 por ciento) y en Samoa más de la mitad (59,6 por ciento) de los jóvenes trabajadores están demasiado capacitados para el trabajo que realizan. Es probable que estos jóvenes ganen menos de lo que podrían y que no estén utilizando plenamente su potencial productivo.

El informe tiene el objetivo de ayudar a los gobiernos para a colocar el empleo juvenil al centro de sus prioridades políticas y de ofrecer información para formular y supervisar la aplicación de medidas eficaces.

Para ayudar a que un número mayor de jóvenes encuentre empleos de calidad, el informe propone una serie de acciones gubernamentales, como la formulación de políticas macroeconómicas dirigidas a promover el crecimiento del empleo, garantizar el acceso a la educación para todos, prevenir el abandono prematuro de la educación, y fortalecer el apoyo a las empresas informales.

 

Esta historia se publicó originalmente en la página de Noticias de la OIT.

Este artículo ha sido traducido del inglés.