En Filipinas, la contractualización manda

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Melissa (pseudónimo), de 22 años, trabaja ocho horas al día en un centro comercial. Es una de las trabajadoras que ha solicitado a sus empleadores una prestación de menos de 100 pesos (2,15 USD) para cubrir gastos de comida y transporte. Aún no ha obtenido nada.

Está obligada a llevar tacones y debe estar continuamente de pie durante las largas jornadas laborales en las que se desempeña como vendedora en el SM Mall of Asia de la ciudad de Pasay, al sur de la capital de Filipinas, Manila.

“Nos tienen prohibido sentarnos, aunque nos duelan las piernas”, declara a Equal Times. Los empleados tienen una hora de descanso para el almuerzo y otra media hora para el café.

Melissa es una de las decenas de miles de trabajadoras y trabajadores contractuales empleados en la cadena de los 55 (que pronto serán 56) supermercados SM que hay por todo Filipinas. Gana 481 pesos (10,32 USD) al día, con arreglo al salario mínimo sectorial diario establecido en la región de la capital; y en virtud del Código Laboral de Filipinas, sus dos años de servicio en SM la califican para tener un empleo permanente.

Sin embargo, Melissa fue contratada por Product Image Marketing Corp., un subcontratista de SM Supermalls que la fichó para un total de cinco contratos a lo largo de un período de dos años.

En Filipinas, donde hay un exceso de mano de obra barata, las empresas privadas y los subcontratistas recurren a la denominada práctica de contratación de “5-5-5”, por la cual los trabajadores son empleados con contratos temporales de cinco meses (puesto que a los seis meses comienzan a aplicarse las protecciones de los trabajadores previstas en la legislación laboral de Filipinas). Una vez finalizado el contrato, los trabajadores son despedidos y vueltos a contratar para otros cinco meses, y así sucesivamente.

Esto impide que los empleados consigan un contrato permanente y que puedan disfrutar de diversas prestaciones laborales, sociales y médicas que esta situación les conferiría.

Nicon Fameronag, Subsecretario de Trabajo del país, comenta a Equal Times que “la mayoría de los subcontratistas, incluidos los que utiliza SM Supermalls, son famosos por la práctica de contratación de 5-5-5. Por eso necesitamos que tanto la empresa principal como el subcontratista se impliquen en un acuerdo tripartito que permita acabar con los abusos de los trabajadores”.

 

“Uno de cada tres” trabajadores está subcontratado

Los subcontratistas de Filipinas no sólo prestan servicios a SM Supermalls sino que están presentes a todos los niveles del sector servicios. Sin embargo, la práctica de contratación de 5-5-5 es mucho más habitual en el sector de la construcción, según indica Fameronag.

Aunque no se dispone de una estimación exacta respecto al número de trabajadores contratados por subcontratistas en Filipinas, la confederación sindical Federation of Free Workers (FFW) sitúa la cifra en uno de cada tres trabajadores del país.

Fameronag señala a Equal Times que el Ministerio de Trabajo y Empleo (DOLE) está llevando a cabo continuas investigaciones sobre las prácticas de contratación ilegal.

“Pero no podemos ser demasiado duros a la hora de imponer sanciones contra estas empresas”, dice, añadiendo que “el bienestar de los empleados está en juego”.

Explica que el Ministerio de Trabajo ha adoptado un “enfoque evolutivo”, reuniéndose con los principales empleadores y subcontratistas para conseguir que respeten el Código Laboral, en virtud del cual la práctica de 5-5-5 está efectivamente prohibida.

Fameronag afirma que esto es más beneficioso que acabar con los Certificados de Conformidad emitidos por el DOLE a los principales empleadores y subcontratistas, lo cual resultaría en congelaciones de las contrataciones y pérdidas de puestos de trabajo.

SM Supermalls es la mayor cadena de centros comerciales del país, y tiene una plantilla de aproximadamente 200.000 trabajadores. Su fundador y propietario, Henry Sy, fue nombrado hace poco la persona más rica de Filipinas, según la Lista Forbes 2016 de multimillonarios del mundo.

Este magnate de 91 años tiene una fortuna valorada en 15.100 millones USD. Su principal firma –SM Investments Corp– es la mayor minorista de Filipinas y dispone de más de 200 establecimientos repartidos por todo el país.

Aparte de los centros comerciales, SM tiene intereses en los sectores inmobiliario, bancario y de la energía. La empresa ha establecido además cinco centros comerciales en China.

El abogado Sonny Matula, presidente de la FFW, explica a Equal Times que “varios sindicatos como FFW, Kilusang Mayon Uno [Movimiento del Primero de Mayo] y el Trade Union Congress of the Philippines (TUCP), han tratado de sindicalizar a los trabajadores de SM Supermalls, pero todos ellos han fracasado en el intento debido a la fuerte oposición desplegada por la dirección de la empresa. A raíz de esto, los subcontratistas pueden recurrir con más facilidad a la práctica de contratación de 5-5-5”.

 

Orden Ministerial 18-A

En noviembre de 2011, el DOLE emitió la Orden Ministerial 18-A para acabar con los abusos de los trabajadores contractuales.

Según la Ministra de Trabajo filipina, Rosalinda Baldoz, como resultado de dicha orden, el número de firmas de subcontratación que operan legalmente en Filipinas ha caído en picado, pasando de 17.000 en 2011 a apenas 4.000 en 2015.

“La orden (D.O 18-A) permite establecer un sistema de subcontratación profesional y ético siempre y cuando los subcontratistas cumplan las normas del trabajo y las normas de salud y seguridad en el trabajo”, señala Baldoz a Equal Times.

La D.O. 18-A otorga además igualdad de derechos a los trabajadores contratados directamente por empleadores y a los que son contratados por subcontratistas. Ofrece la posibilidad de regularización tras seis meses de servicio consecutivos, además de un seguro médico y social, el derecho a crear un sindicato y a la negociación colectiva, vacaciones pagadas y bajas por vacaciones y enfermedad.

Pero a pesar de la aplicación de la D.O.-18A, SM sigue utilizando la práctica de contratación de 5-5-5.

Un directivo de SM que habló a condición de permanecer en el anonimato, dijo a Equal Times que aproximadamente el 50% de la mano de obra total de la empresa está contratada por subcontratistas, mientras que el otro 50% está empleada directamente por la empresa.

No obstante, el directivo dijo que la empresa se toma la ley muy en serio.

“En lo que respecta a los subcontratistas, siempre comprobamos que cumplan adecuadamente el Código Laboral”, indica el directivo a Equal Times.

El cumplimiento de la ley sigue siendo una cuestión importante. Para impedir que los subcontratistas recurran a la práctica de 5-5-5, se emite un Certificado de Conformidad tanto a la empresa como al subcontratista, indicando el período de duración que habrán de tener los contratos de los trabajadores.

Esto significa que si SM Supermalls accede a ofrecer a su subcontratista un contrato de seis meses, todos los empleados contratados por este último también deberán estar contratados por seis meses, no cinco.

Pero la mayoría de los trabajadores no lo saben, y los que sí lo saben, no consideran que estén en posición de denunciar ninguna vulneración.

Así pues, Melissa explica a Equal Times que ella no sabía que hubiera leyes que pudieran protegerla en tanto que trabajadora.

Al igual que muchos jóvenes de Filipinas, la pobreza y la falta de oportunidades la obligaron a marcharse a Manila para buscar trabajo. Desafortunadamente, en la capital del país asiático los bajos salarios y los contratos inseguros son, por lo general, la norma.

Matula dice que los sindicatos del país seguirán organizando a los trabajadores para luchar contra las condiciones de trabajo precarias y la práctica generalizada de la contractualización en Filipinas.

Afirma que la FFW apoya el proyecto de ley del Senado 3030, presentada en diciembre del año pasado por el Senador Aquilino Pimentel III para fortalecer la lucha contra la contractualización de mano de obra, imponiendo sanciones más estrictas a las empresas privadas y a los subcontratistas que vulneran el Código Laboral.

Melissa dice que su sueño es encontrar un trabajo bien pagado, con cierta seguridad en el cargo y con beneficios, en particular un seguro médico. En dos ocasiones enfermó de gripe (mientras trabajaba en SM Supermalls) y tuvo que ser hospitalizada. Al no tener un seguro médico, gastó los pocos ahorros que había acumulado y tuvo que pedir dinero prestado a sus amigos.

“Mi sueldo también se redujo debido a los días que tuve que ausentarme por enfermedad. Espero que el próximo empleo que tenga me permita tener por fin un poco de seguridad en mi vida”, concluye.

 

Este artículo ha sido traducido del inglés.