En París, las “dames pipi” luchan por recuperar su empleo

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“Esta situación me ha hecho caer enferma, explica Françoise entre sollozos. Si no voy a cobrar mi sueldo a fin de mes, ¿cómo voy a pagar el alquiler y a alimentar a mis hijos”.

Françoise, de 45 años, es una de las 11 encargadas de mantener limpios los urinarios de París, aseos públicos situados en los lugares turísticos de la capital.

Estas “dames pipi”, de entre 45 y 70 años, se manifiestan cada día desde hace un mes y medio ante los aseos públicos situados al pie de la colina de Montmartre, clamando su desesperación por ser tratadas como “bayetas desechables”.

Françoise, Angèle o Gabrielle llevaban entre 12 y 32 años trabajando para Stem Propreté, hasta que el 30 de junio una licitación cedió la gestión de los cinco aseos públicos a la compañía holandesa 2theloo.

Esta compañía, que ya gestiona más de 150 aseos públicos en 13 países, se especializa en ofrecer aseos de diseño futurista, con perfume ambiental y una tienda de complementos.

Una vez obtenida la concesión, 2theloo se niega a mantener a las empleadas de la antigua prestataria. Françoise aún no ha salido del shock: “Una mañana recibí una llamada de 2theloo diciéndome que no viniera a trabajar porque iban a realizar reformas en los aseos. Días más tarde, un colega me dijo que nos habían reemplazado dos hombres”.

Estas mujeres, que ganaban unos 1.300 EUR netos al mes (1.460 USD), se encuentran en un laberinto jurídico: no tienen trabajo, ni ingresos, ni empleador pero tampoco despido. “2theloo no respeta ni el Código del Trabajo francés ni el convenio colectivo de las empresas de limpieza”, explica Jean Hedou, Secretario General de la federación sindical de transportes y servicios Fédération de l’équipement, de l’environnement, des transports et des services - Force ouvrière (FEETS-FO).

Cuando se produce un cambio de empleador, la nueva prestataria tiene la obligación legal de aceptar la transferencia de los contratos de trabajo de los asalariados. Además, el mantenimiento de las 11 empleadas se menciona en el pliego de condiciones de la convocatoria de la mencionada licitación, obtenida por Mediapart.

2theloo se defiende argumentando que no realiza ninguna actividad relacionada con la limpieza. Afirma que con su concepto de “aseos-boutique”, la empresa ofrece “un servicio inspirado en las consejerías de lujo” que es “totalmente distinto”, subraya su abogado, Paul Coëffard.

“2theloo se encarga en un 95 % de la limpieza y en un 5 % de la venta de productos”, le contradice Jean Hedou.

La compañía holandesa objeta también que las “dames pipi” no hablan suficientes idiomas y no cumplen el perfil necesario para este empleo. Pero Françoise recuerda que “nosotras nos encargamos de hacer caja y de tratar con los turistas, desde siempre”.

 

Personal de limpieza de todos los países…

Después de haberse despojado de toda responsabilidad, el Ayuntamiento de París apoya a las “dames pipi”. “Esta compañía no tiene razón jurídica ni moral. Lo que ha hecho es totalmente inaceptable”, declaró Emmanuel Grégoire, Vicealcalde del Ayuntamiento de París, a France 2.

Las empleadas han recurrido a la Magistratura de Trabajo, cuya audiencia, prevista el 26 de agosto, se ha pospuesto hasta el 8 de septiembre. “Tengo confianza, pero si hace falta ir a Rotterdam, hasta la sede estos jóvenes traders de los urinarios y de la miseria, iremos”, advierte Jean Hedou.

“Hasta ahora los aseos públicos eran gratuitos, añade. De aquí en adelante 2theloo cobrará 80 céntimos a cada usuario. Con 1 millón de clientes al año, imaginen cuánto van a ganar”.

Este litigio plantea la cuestión de la transferencia de esta actividad de manos públicas a privadas, una tendencia que está afectando a los servicios de limpieza de todo el mundo. Las empleadas de los aseos de las estaciones de tren francesas, cedidas igualmente a 2theloo, también han sufrido las consecuencias.

Después de una huelga de una semana, el pasado mes de enero, y gracias a las presiones de la SNCF, lograron plegar a la compañía holandesa, que se ha comprometido a mantenerlas.

En el extranjero, varias plataformas sociales han conseguido que se acepten las reivindicaciones del personal de limpieza.

En los Estados Unidos, la campaña de los conserjes, “Justice for Janitors”, lanzada en 1985, ha logrado reunir a más de 225.000 empleados y empleadas de limpieza y consejería, que luchan por mejorar sus salarios, condiciones laborales e incluso reclaman un seguro médico digno de ese nombre.

En Inglaterra surgió un movimiento similar, “Justice for Cleaners”.

Y en Australia, la campaña lanzada en 2006 United Voice, que da voz al personal de limpieza de oficinas y centros comerciales, ha logrado mejorar sus condiciones laborales.

En París, las “dames pipi” de los urinarios públicos reclaman, por sí mismas, sólo una cosa: poder conservar su empleo.

 

Este artículo ha sido traducido del francés.