Evitan el cierre de minas polacas

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Tras 11 días de huelga subterránea, el 17 de enero miles de mineros polacos pusieron fin a la protesta y volvieron a salir a la superficie, después de que les informaran que habían logrado conservar las minas y sus puestos de trabajo.

Después de varios días en que las negociaciones se estancaron, al final los sindicatos y el gobierno llegaron a un acuerdo para no cerrar las minas estatales, aunque el gobierno las considera no rentables.

El sindicato Solidarnosc, que representa a muchos de los trabajadores del sector, anunció que el 7 de enero alrededor de 2.000 mineros iniciaron una huelga subterránea después de que el gobierno esbozara un plan para cerrar cuatro minas en la región de Silesia al sur de Polonia, una medida que habría dejado sin trabajo a alrededor de 5.000 mineros.

Según el gobierno, la empresa estatal de carbón Kompania Weglowa pierde aproximadamente 18 USD por cada tonelada métrica de carbón producida. Asimismo, la caída de los precios mundiales del carbón y el aumento de los costes operativos la están empujando al borde de la quiebra.

El gobierno asegura que es necesario llevar a cabo una reestructuración para salvar a la empresa, que emplea casi a la mitad de los 100.000 mineros de carbón del país.

Miles de mineros y activistas fuera de las minas apoyaron a los que hacían huelga bajo tierra.

En Katowice, las manifestaciones bloquearon las vías del tren. Además, se había planeado una huelga general para el 20 de enero en caso de que no se llegara a un acuerdo.

Sin embargo, el sábado por la noche se evitaron más acciones al anunciar que se había logrado un acuerdo.

En una declaración conjunta con la primera ministra polaca Ewa Kopacz, Dominik Kolorz de Solidarnosc anunció que se encontrarían inversores y no se cerrarían las minas.

Sin aportar ningún detalle sobre el acuerdo, Kolorz afirmó que los planes de reestructuración incluirían ahora la vinculación de las minas con los productores de electricidad.

Otra empresa estatal de energía, el grupo Tauron, es uno de los posibles inversores.

La primera ministra Kopacz declaró en un comunicado: “Gracias a la firme voluntad de ambas partes, estoy segura de que podemos anunciar a más de 47.000 mineros empleados por la Kompania Weglowa que este tenso período ya ha acabado”.

 

Tan solo el principio

Sin embargo, Kopacz añadió que esto es “tan solo el principio” de los cambios que se llevarán a cabo en la industria minera de Polonia.

Para los mineros, la alegría está teñida de incertidumbre. Muchos temen que este no sea el fin de sus problemas.

Tras el acuerdo, algunos políticos manifestaron preocupaciones similares tildando el acuerdo de “táctica dilatoria”.

“El acuerdo solo sirve para que el gobierno gane tiempo. No es una solución”, afirmó Andrzej Olechowski, fundador del partido gobernante Plataforma Cívica, en una entrevista para el canal polaco de noticias TVN 24.

El presidente de Solidarnosc, Piotr Duda, describió el acuerdo como “una derrota” para el gobierno.

“Fue una lección de humildad para la primera ministra y para todo el gobierno”, declaró en un comunicado.

“Ahora intentan ocultarlo todo. Dicen que fue ‘histórico’. Yo digo que fue histérico. Por su parte hubo mucha histeria. Tenían miedo de que las protestas en Silesia se extendieran por todo el país”.

Asimismo, añadió que la afirmación del gobierno de que el acuerdo se había logrado a través del diálogo era “inaceptable”.

“Dos mil personas protestando en las minas, una alerta de huelga en todo el país, gente manifestándose por toda Silesia… ¿Y esto, según ellos, es un acuerdo logrado a través del ‘diálogo’? Se trata de un acuerdo logrado única y exclusivamente gracias a la presión de los sindicatos y al levantamiento popular en Silesia”, concluyó.

Algunos analistas compararon a Kopacz, que dirige un gobierno provisional formado en noviembre, con Margaret Thatcher después de que prometiera derrotar a los sindicatos y dejar de subvencionar la industria minera del carbón.

Sin embargo, Olechowski declaró que esta era la segunda vez que Kopacz había “claudicado ante las demandas de los sindicatos” en los pocos meses que lleva dirigiendo el gobierno. La primera fue después de que los médicos polacos iniciaran una huelga a principios de este mes en un conflicto relacionado con los contratos.

Aunque sigue con sus planes de reestructuración, el gobierno asegura que consultará a los sindicatos “acerca de la cuestión de la estructura y la calidad del empleo”.

Asimismo, solicitará fondos de la UE a la Comisión Europea.

Según los defensores del medio ambiente, la reestructuración del sector energético del país es inevitable. Aseguran que Polonia debe depender cada vez menos del carbón y dar pasos hacia fuentes de energía renovable si quiere cumplir con los objetivos de reducción de emisiones de la UE.

Varsovia se ha opuesto a los nuevos objetivos de la UE para 2030, pues teme que la reducción del uso del carbón aumente los costes energéticos en el país.

Actualmente, Polonia depende del carbón para más del 90% de su electricidad.
Iwo Los, responsable de la campaña energética de Greenpeace Polonia, explicó a Equal Times que “la energía barata procedente del carbón es una ilusión cara que simplemente no nos podemos permitir”.

“El sector energético polaco debe sufrir una transformación”, declaró. “Tras años y años de problemas para el sector minero y enormes sumas para pagar a la industria, una reforma profunda es inevitable”.

Asimismo, añadió que en Polonia existe un amplio respaldo social a las energías renovables; una encuesta reveló que el 89% de la población estaba a favor.

“Sin embargo, el gobierno debería disponer de un plan para transformar el sector energético mediante el aumento de las cuotas de energía renovable y eficiencia energética, y mediante la creación de puestos de trabajo en dichos sectores; dichos puestos de trabajo podrían ser ocupados por la gente que hoy en día está empleada en la industria minera”.

 

Este artículo ha sido traducido del inglés.