Los dirigentes sindicales vigilan de cerca la batalla que se está librando en el mayor puerto de contenedores de Europa, altamente automatizado, ya que podría sentar un precedente de peso.

“Esta es una prueba de fuego”, explica a Equal Times Livia Spera, Secretaria Política de la Sección Portuaria y de Pesca de la Federación Europea de los Trabajadores del Transporte (ETF). “La situación actual se debe a decisiones empresariales erróneas, tomadas a ciegas”.

La expansión del puerto en los últimos años, combinada con la crisis económica, ha traído como consecuencia un exceso de capacidad. Hay planes de eliminar hasta 700 empleos de una plantilla total de unos 3600 empleados y empleadas.

Paralelamente, Rotterdam compite con los puertos de Amberes, Hamburgo y Le Havre, explica Spera.

“Por esta razón, otros sindicatos se han unido a nuestra lucha”, afirma. “No se trata sólo de una batalla del sindicato holandés, afecta a todos los sindicatos. Lo que suceda en el puerto de Rotterdam tendrá repercusiones en otros puertos”.

Al paro de 24 horas convocado por el sindicato portuario holandés FNV Havens del 7 al 8 de enero de 2016 se sumaron la ETF y la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF), el sindicato belga BTB, el alemán Ver.di y la CGT de Francia.

Desde el piquete, Niek Stam, Secretario de FNV Havens, explica a Equal Times que la huelga tuvo un seguimiento “próximo al 100 %. Todas las grandes terminales están cerradas. Hay varias vallas y barreras de neumáticos”.

El puerto reaccionó invitando a los sindicatos y operadores a reunirse y reanudar las negociaciones. “Si no hay negociaciones en los próximos días o semanas, iniciaremos una nueva huelga, pero no queremos dar información por adelantado,” afirma.

En una conferencia de prensa, Stam dijo a los reporteros que había cientos de empleos en la cuerda floja “porque en Rotterdam no existe el crecimiento industrial suficiente para sostener estas nuevas terminales portuarias, además de las existentes; ¡Los empleadores están intentando jugar al juego de las sillas con nuestros empleos!”.

El Vicepresidente de la ETF, Torben Seebold, explica que “luego de meses de negociaciones estériles sobre un tema tan importante como este, han dejado con muy pocas alternativas a los portuarios, que cuentan con el apoyo de los trabajadores y trabajadoras del transporte de todo el mundo”.

El portavoz del puerto de Rotterdam, Tie Schellikens, dijo a Equal Times que la huelga había afectado a “unos cuantos kilómetros” de los 40 kilómetros de muelles que posee el puerto. “Sólo afectó a las terminales de contenedores, a siete buques. Cada día hay cien”.

Pero las repercusiones de la huelga son graves, afirma. “Estamos hablando de la confiabilidad del puerto. Es la primera huelga en 13 años. Y no nos gusta. Estamos trabajando para alcanzar un acuerdo y estamos muy, muy cerca de lograrlo. Esperamos, estamos convencidos, de que no habrá una nueva huelga”.

Spera explica que cuando decidió expandirse el puerto de Rotterdam “no consideraron las consecuencias sociales. En otros casos de construcción de terminales automatizadas en Europa se procedió a consultar plenamente con el sindicato y eso equilibró las consecuencias del proceso de automatización, que vino acompañado de cambios en los modelos de trabajo, en los esquemas de las pensiones”.

Por eso en Rotterdam, “los sindicatos piden indemnizaciones a las autoridades portuarias”, afirma.

Otro de los problemas en Rotterdam, añade Spera, es la falta de negociación colectiva. “Las conversaciones tienen lugar a nivel de empresa; no existe una asociación representante de los empleadores, ni acuerdo marco.

“Los sindicatos están listos para convocar nuevas huelgas en las próximas semanas”, afirma. “Dependerá de la reacción que tengan los empleadores y el puerto a esta huelga”.