La ratificación de Noruega impulsa la lucha contra la esclavitud moderna

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Coincidiendo con la conmemoración en todo el mundo del Día Internacional para la Abolición de la Esclavitud este miércoles, los activistas celebran una victoria significativa en la lucha para poner fin a todas las formas de trabajo forzoso y trata de personas.

El 18 de noviembre de 2015, Noruega ratificó el Protocolo sobre Trabajo Forzoso de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que refuerza y actualiza el Convenio sobre Trabajo Forzoso de 1930 (No. 29) añadiendo nuevas medidas para prevenir el trabajo forzoso, y proteger y compensar a las víctimas.

Según datos de la OIT, 21 millones de personas son víctimas del trabajo forzoso en todo el mundo, un negocio que genera ganancias anuales de 150.000 millones de dólares por año. No obstante, teniendo en cuenta la naturaleza oculta de esta y otras formas de explotación laboral extrema, las cifras reales podrían ser mucho más elevadas.

Convirtiéndose en el segundo país del mundo después de Níger en firmar el Protocolo de la agencia de la ONU, Noruega garantiza su entrada en vigor el próximo noviembre.

“La ratificación de Noruega ayudará a millones de niños, mujeres y hombres a recuperar su libertad y su dignidad. Es un llamado fuerte a los otros Estados miembros para que renueven su compromiso de proteger a las víctimas del trabajo forzoso, dondequiera que se encuentren”, declaró el Director General de la OIT, Guy Ryder.

Renée Rasmussen, Secretaria Confederal de la confederación de sindicatos LO-Noruega, indicó:

“El mundo ha cambiado dramáticamente desde 1930, pero en muchas sociedades las cuestiones que se quería combatir al establecer el Convenio No. 29 siguen siendo habituales”.

Aunque el 56% (11,7 millones), el 18% (3,7 millones) y el 9% (1,8 millones) de los trabajadores forzosos se encuentran en Asia, África y América Latina respectivamente, la esclavitud moderna abarca todos los países, continentes y sectores.

Los trabajadores de la agricultura, la pesca, la manufactura, el trabajo doméstico y la minería en el Sur Global son particularmente vulnerables, mientras que en las economías avanzadas el trabajo forzoso genera enormes ganancias en las cadenas de suministro.

“Nuestra experiencia [en Noruega] es que el trabajo forzoso suele darse conjuntamente con dumping social y violaciones de la Ley sobre el Entorno de Trabajo (legislación laboral), además de actividades criminales”, explicó Rasmussen.

 

Otras ratificaciones

La OIT se asoció recientemente a la Confederación Sindical Internacional (CSI) y a la Organización Internacional de Empleadores (OIE) para promover la ratificación del Protocolo, a través de la campaña 50 for Freedom.

Movilizando el apoyo de la opinión pública, se espera que al menos 50 países ratifiquen el Protocolo sobre el trabajo forzoso de aquí a 2018. El objetivo último es conseguir la ratificación universal del Convenio 29 – que ocho países, incluyendo Estados Unidos y China, aún no han ratificado – y del Protocolo, para 2030.

Mientras que varios países han manifestado su apoyo a la campaña, algunos países africanos parecen situarse a la vanguardia. Mauritania ha iniciado ya el proceso legislativo para ratificar el Protocolo y el mes pasado el presidente de Zambia, Edgar C. Lungu, señaló el compromiso de su país a la eliminación de la esclavitud moderna.

“Mi país mostrará el ejemplo adoptando las medidas necesarias para la ratificación del Protocolo”, declaró ante los delegados asistentes a una Conferencia regional de la OIT sobre trabajo forzoso y trata de personas, que tuvo lugar en la capital de Zambia, Lusaka.

Durante su intervención en esa misma conferencia, Cosmas Mukuka, Secretario General de la central sindical Zambian Confederation of Trade Unions explicó por qué es tan importante la ratificación.

“Zambia es aún lugar de tránsito para la trata de personas en África, lo que implica que la aplicación del Convenio No. 29 sobre trabajo forzoso continúa siendo un enorme desafío, que exige por tanto una estrategia regional para combatir de manera efectiva el trabajo forzoso y la trata de personas”.

En vísperas del Día Internacional para la Abolición de la Esclavitud, Urmila Bhoola, Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre las formas contemporáneas de la esclavitud, instó a los Estados, las empresas y la sociedad civil a intensificar la lucha contra la esclavitud moderna en las cadenas de suministro.

“La esclavitud moderna resulta particularmente difícil de detectar más allá de los proveedores principales en las complejas cadenas de suministro de las empresas transnacionales”, afirmó.

“Sin embargo, estas formas de esclavitud pueden erradicarse mediante estrategias multifacéticas y de múltiples partes interesadas, que garanticen que todas las operaciones comerciales y las relaciones laborales estén basadas en los derechos humanos, además de exigir cuentas a los responsables de vulnerar los derechos humanos en las cadenas de suministro, garantizando a las víctimas en derecho a remedios judiciales y no judiciales, y una asistencia apropiada y puntual destinada a empoderarlas”.

 

Este artículo ha sido traducido del inglés.