Los maestros mexicanos luchan contra las reformas educativas a pesar de las balas y las penas de prisión

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El domingo 19 de junio, numerosos manifestantes cortaron una de las carreteras principales del estado mexicano de Oaxaca (una forma común de protesta al sur del país) después de que el gobierno federal detuviera a los líderes del sindicato de maestros/as del estado. Agentes de policía fuertemente armados abrieron fuego contra los maestros, estudiantes, padres y simpatizantes. Nueve personas murieron a consecuencia de las heridas de bala y muchas más resultaron heridas.

Desde entonces, Nochixtlán, la localidad donde tuvo lugar la masacre, se ha convertido en el símbolo de la resistencia de los maestros y maestras mexicanos frente a la reforma educativa corporativa. En Estados Unidos, los trabajadores y trabajadoras de la educación respondieron rápidamente para apoyar a sus colegas mexicanos en lucha, condenando los ataques a los maestros/as y exigiendo la liberación de los sindicalistas encarcelados.

Estos hechos se desencadenaron una semana antes, cuando Rubén Núñez, presidente de la oaxaqueña Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y líder nacional de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE o la Coordinadora, un grupo dentro del SNTE fundado a finales de la década de 1970), fue detenido en la Ciudad de México cuando salía de una reunión. A continuación le metieron en un avión y le encerraron en una prisión federal de alta seguridad en Hermosillo (estado de Sonora), a miles de kilómetros de distancia al norte.

Varias horas antes hicieron lo mismo con Francisco Villalobos, el segundo dirigente más importante del sindicato. Ambos corrieron la misma suerte que Aciel Sibaja, el secretario financiero de la Sección 22, encarcelado en la misma prisión desde el 14 de abril.

Los dirigentes sindicales fueron acusados de haber aceptado cuotas entregadas voluntariamente por los maestros/as de todo el estado de Oaxaca. Durante el último año, la Sección 22 ha tenido que recaudar las cuotas en efectivo, pues las autoridades federales no solo congelaron las cuentas bancarias del sindicato, sino también las cuentas personales de sus dirigentes. El gobierno tildó las cuotas recaudadas de esta forma de “recursos de procedencia ilícita”.

Desde el pasado octubre, otros cinco líderes sindicales han sido encarcelados. Luis Hernández Navarro, ex maestro y actual director de Opinión del diario La Jornada en la Ciudad de México, ha descrito a los líderes como “rehenes”. “Su detención es simultáneamente una advertencia de lo que puede ocurrir a otros maestros si continúan rechazando la ‘reforma educativa’ [del gobierno federal] y una venganza para obligar al movimiento a desmovilizarse”.

El 19 de mayo, el Secretario de Educación Pública Aurelio Nuño Mayer anunció que iba a despedir a 4.100 maestros y maestras de los estados de Oaxaca, Guerrero, Chiapas y Michoacán (los baluartes de la CNTE) por no haber trabajado durante los días que hicieron huelga.

Una de las disposiciones más polémicas incluidas en la reforma educativa del gobierno federal obliga a los maestros/as a presentarse a unos exámenes para evaluar sus aptitudes. Los que no obtengan la puntuación suficiente serán despedidos. Miles de maestros y maestras se han negado a presentarse a dichos exámenes.

Asimismo, el 22 de marzo Nuño anunció una medida que significaría el fin del sistema nacional mexicano de escuelas para la formación de maestros/as, llamadas escuelas normales. Desde la Revolución Mexicana (1910-1920), las escuelas normales han sido el medio mediante el cual los niños y niñas de las familias pobres en zonas rurales y de las familias de los mismos maestros/as se han convertido en educadores/as formados.

Hace dos años, la escuela normal de Ayotzinapa (en el estado de Guerrero) fue el objetivo de un ataque que provocó la desaparición y posible asesinato de 43 estudiantes, lo cual movilizó a toda la sociedad mexicana.

Oaxaca se convirtió en el blanco de la represión, pues hace algo más de seis años la Sección 22 propuso su propia reforma educativa alternativa que hace hincapié en el respeto a las culturas indígenas y en la formación de alianzas entre los maestros, los padres y sus comunidades.

Durante varios años, el sindicato utilizó su fuerza política para aplicar este programa en lugar del programa del gobierno federal. Numerosos analistas como Navarro, que trabaja en La Jornada, aseguran que el gobierno federal considera la derrota de la Sección 22 como la clave para obligar a la sociedad a aceptar sus reformas educativas corporativas.

 

Protestas solidarias

Tras la enorme indignación popular que provocó la masacre en Nochixtlán, las manifestaciones contra la reforma educativa federal se extendieron por todo el país. Una manifestación de protesta en la Ciudad de México, organizada por el partido de izquierdas MORENA (Movimiento de Regeneración Nacional) presidido por el antiguo alcalde capitalino Andrés Manuel López Obrador, reunió a más de 100.000 participantes. En varios estados consiguieron cortar las principales carreteras.

Asimismo, los trabajadores/as de la educación organizaron protestas en Estados Unidos, incluidos piquetes en los consulados mexicanos de Los Ángeles, San Francisco y Chicago. Lita Blanc, presidenta del sindicato United Educators of San Francisco, leyó una declaración en la que anunciaba una campaña para convencer al Congreso estadounidense de que suspenda todas las ayudas militares a México “hasta que el gobierno mexicano ponga fin a estas flagrantes violaciones de los derechos humanos y laborales”.

En Chicago, numerosos manifestantes del sindicato Chicago Teachers Union realizaron un vídeo en el que corean la frase: "¡Todos somos Oaxaca!".

Josh Pechthalt (presidente del sindicato California Federation of Teachers), Eric Heins (presidente de la organización sindical California Teachers Association) y la Dra. Lorretta Johnson (tesorera de la central sindical American Federation of Teachers; AFT) también llevaron a cabo protestas formales y exigieron la liberación de los maestros encarcelados. Pechthalt solicitó a todas las secciones locales del sindicato californiano que se unieran a las manifestaciones y escribieran al presidente mexicano Enrique Peña Nieto.

“Todos nos estamos enfrentando a los mismos ataques”, les explicó. “Los mismos intereses corporativos en ambos países pretenden privatizar la educación pública, socavar nuestra capacidad para trabajar como educadores profesionales y socialmente responsables y eliminar nuestro derecho a formar sindicatos, negociar colectivamente y emprender acciones”.

En México, el gobierno de Peña Nieto se vio obligado a emprender negociaciones con la CNTE, pero advirtió que los cambios en su programa de reforma educativa no se someterían a debate. Enrique Enríquez Ibarra, presidente del sindicato de maestros/as de la Ciudad de México, respondió que los maestros y maestras no cederían y seguirían desarrollando un plan educativo democrático y alternativo. Según declaró, las manifestaciones y huelgas seguirían produciéndose hasta que “todos nuestros colegas despedidos se reincorporen a sus puestos de trabajo, les paguen sus salarios atrasados y desbloqueen nuestras cuentas bancarias”.

En Michoacán cortaron todos los trenes en dirección a Lázaro Cárdenas, el puerto principal del estado, por lo que el gobernador se tuvo que reunir con la CNTE. Asimismo, bloquearon las carreteras de entrada y salida a las capitales de Chiapas (Tuxtla Gutiérrez), Guerrero (Chilpancingo) y Tabasco (Villahermosa).

Amanda, una madre que vive en Tuxtla Gutiérrez, explicó a La Jornada que: “Ahora una de las principales tareas de los padres consiste en proteger las escuelas públicas durante la huelga de los maestros”. Otros padres exigieron que se supriman las tasas escolares y se ponga fin a la reforma educativa del gobierno.

Como las protestas se generalizaron, el 10 de julio la Secretaría de Educación Pública anunció que no seguiría adelante con el despido de miles de maestros/as. Durante la jornada nacional de protesta del 16 de julio, las secciones 7 y 40 del SNTE en Chiapas ocuparon cadenas de televisión y radio para informar al público de sus motivos para oponerse a la reforma educativa federal y para condenar la matanza de Nochixtlán. Ese mismo día se llevaron a cabo manifestaciones en los estados de Puebla, Jalisco, Hidalgo y México.

Finalmente, a mediados de julio, liberaron a dos de los maestros encarcelados: Aciel Sibaja y Roberto Abel Jiménez.

Aunque se encontraban en prisión, en la conferencia estatal mensual de la Sección 22, Rubén Núñez y Francisco Villalobos volvieron a salir elegidos como secretario general y secretario de organización, respectivamente. “Aunque las últimas sesiones de diálogo entre la CNTE y la Secretaría de Gobernación son esperanzadoras, su legitimidad seguirá siendo reducida mientras dichos líderes sindicales sigan en prisión”, declaró Johnson de la AFT en una carta al embajador mexicano en Estados Unidos.

 

Este artículo ha sido traducido del inglés.