Nuevos datos revelan un descenso de la tasa de natalidad en Grecia, asolada por la crisis

La inseguridad laboral, una tasa de desempleo superior al 25%, los recortes salariales y de las pensiones, una enorme deuda pública... Estas son solo algunas de las razones por las que el gobierno griego dirigido por Syriza está intentando revocar las medidas de austeridad.

Sin embargo, podría haber otro motivo que constituye una consecuencia directa de todos los factores ya mencionados : el descenso de la población.

Según las últimas cifras de la Oficina Estadística Griega (ELSTAT) sobre los cambios demográficos naturales, en 2013 se produjeron 111.794 muertes y tan solo 94.134 nacimientos, lo cual significa una disminución total de la población de 17.660 personas.

En los últimos años, esta tendencia se ha ido acelerando. En 2012, el descenso de población fue de 16.297 personas, casi cuatro veces más que en 2011, año en que fue de tan solo 4.671 personas.

Margarita Tzaki, directora de la unidad de neonatología del hospital ateniense de maternidad Elena Venizelou, explicó a Equal Times : “Hemos constatado una reducción progresiva de los nacimientos en el hospital de maternidad desde 2009, cuando ascendieron a 7.009. En 2013 tuvimos 4.478 nacimientos. Es decir, una reducción del 37%”.

Sin embargo, todavía hay parejas que deciden dar el gran paso y tener un hijo.
El pasado octubre, Natasa Georgantza y Nasos Efstratiadis asistieron emocionados al nacimiento de su primera hija, Afrodite.

“Es algo que ambos deseábamos en esta etapa de nuestras vidas. Por suerte, somos uno de esos ‘hogares afortunados’ en los que ambos progenitores tienen empleo”, asegura Natasa, de 34 años.

Su marido y ella trabajan en el sector privado y sus sueldos mensuales combinados ascienden a 1.600 € (1.740 USD). Sin embargo, cada mes que pasa las cosas se ponen más difíciles.

Con arreglo a la legislación laboral griega, durante las primeras 17 semanas de su baja por maternidad, Natasa tendrá derecho a su salario normal.

Sin embargo, durante los siguientes seis meses tan solo cobrará el subsidio especial para la protección de la maternidad otorgado por la Oficina Nacional de Empleo (OAED), que se redujo de 613 euros (665 USD) en 2012 a 487 euros (529 USD) actualmente.

“Lo que un bebé realmente necesita es amor, tiempo y atención. Todo eso podemos ofrecérselo”, explica Nasos.

Aun así, para muchas parejas, un salario alto y la seguridad laboral siguen siendo los requisitos necesarios para tener un hijo.

La terapeuta Artemis Spyropoulou, de 35 años, y su marido Alexis Kouris tuvieron a su primer hijo, Iasonas, hace cuatro años, pero aseguran que ni siquiera pueden pensar en tener otro.

“Incluso si quisiéramos tener un segundo hijo, no nos lo podríamos permitir debido a nuestra situación financiera”, afirma Artemis.

Aunque sus ingresos ascienden a unos 1.800 euros, dependen de los padres de Artemis para pagar su hipoteca.

“Tenemos grandes dificultades para llegar a fin de mes. Miramos cada euro que gastamos, lo cual resulta bastante estresante”, concluye Alexis.

 

Bebés abandonados

Aún más grave es el hecho de que la crisis económica ha aumentado la cifra de recién nacidos abandonados en los centros de maternidad.

“Antes de 2009 teníamos a unos cinco bebés abandonados por año. A partir de 2009, esa cifra ha aumentado a dos o tres cada mes”, denuncia Tzaki.

“Las madres los abandonan debido a problemas económicos, psicológicos y sociales. También hay mujeres que abandonan a sus hijos porque estos nacen con problemas de salud o porque son drogodependientes.”

Según las cifras facilitadas a Equal Times por la fiscalía de menores de Atenas, en 2014 tan solo en los dos mayores centros de maternidad de la ciudad (Elena Venizelou y la unidad de maternidad del hospital general Alexandra) fueron abandonados 45 bebés.

Más de la mitad (24 bebés) no pudieron ser trasladados directamente a una institución y tuvieron que quedarse en el hospital durante varios meses.

“Cuando abandonan a un bebé, tenemos que dar parte a la fiscalía de menores, que ordena su traslado a una institución. Pero, como también abandonan a muchos bebés en otros hospitales y unidades de maternidad, dicho traslado se suele retrasar. Por desgracia, esto implica que el niño crece en un ambiente inadecuado hasta una edad que abarca desde los diez a los doce meses”, concluye.

El centro infantil Mitera, un hogar estatal para niños, recibió a 56 bebés en 2014, siete más que en 2013.

Sin embargo, esto no significa que los niños sean acogidos inmediatamente por familias adoptivas.

La falta de personal para procesar las demandas y los recortes públicos en los presupuestos del Estado han reducido el número de adopciones.

En Mitera se llevaron a cabo solo 19 adopciones en 2014, lo que significa una disminución significativa si se compara con las 33 adopciones de 2013.

Según la fiscalía de menores, algunos niños incluso acaban pasando cinco o seis años en una institución, durante un período formativo que se considera fundamental en la vida de todo ser humano.

 

Cet article a été traduit de l'anglais.