RDC: trabajar la tierra como opción para los jóvenes sin empleo

Para muchos países africanos, el desempleo es una preocupación de talla.

Es precisamente lo que ocurre en la República Democrática del Congo (RDC), donde esta situación, de no encontrar una solución urgente y duradera, bien podría convertirse en uno de los flagelos de la postguerra.

Las estimaciones de la asociación “Masse intellectuelle”, de Bukavu, cuyo objetivo es integrar a los jóvenes en el mercado laboral, el 80% de los congoleños con edades comprendidas entre 15 y 35 años están desempleados en el este de la República Democrática del Congo, en las provincias de Kivu Norte y Kivu Sur.

A nivel nacional, el Programa Nacional de Empleo Juvenil (Proyen) señala, impotente, que el último estudio pormenorizado sobre el número de desempleados en la República Democrática del Congo data de 1960, año en que el país se independizó de Bélgica.

“Hace ya cinco años que recibí mi título de licenciado en Derecho, pero hasta ahora no he encontrado nada, no hay trabajo”, afirma Jackson, joven desempleado de Goma.

Para ocuparse, Jackson trabaja todos los días en la joyería de su tío. “Es a título voluntario, pero me permite tener un poco de crédito de teléfono y cubrir mis gastos de transporte a la espera de algo mejor, concluye.

La situación de Jackson no es única.

En las ciudades de Bukavu y Goma, o en las zonas más rurales del este del país, miles de diplomados permanecen desempleados una vez terminados sus estudios y se las arreglan como pueden en la economía informal.

Es lo que hace Amani, quien acaba de obtener su diploma en salud pública. A la espera de encontrar un trabajo acorde con sus estudios, trabaja como conductor de motocicleta en Goma.

“Hace ocho meses que obtuve mi título de estudios técnicos. No pude continuar por falta de medios. Mientras tanto, soy motociclista y gano el equivalente a 5 USD por día.”

Esta situación tiende a fomentar el reclutamiento de jóvenes por parte de los grupos armados que siguen presentes en la región.

“El agudo desempleo que afecta a los jóvenes congoleños crea en ellos una verdadera desesperación que los lleva a actuar indebidamente y mata su inspiración”, opina Benjamin Bahati, mentor de la juventud y sociólogo.

“Hemos visto muchos jóvenes engrosar las filas de los antiguos rebeldes del M23 para diseñar sus políticas, y otros son reclutados como líderes en los grupos armados de por aquí por falta ocupación”, añade.

Muchos jóvenes entrevistados se quejaron del sistema de contratación en la RDC, donde los contactos personales a menudo tienen prioridad sobre las cualificaciones, afirman.

“Si tienes a alguien que te enchufe, te contratan, este es el nuevo sistema de contratación. Todo se ha vuelto tan difícil que ya no pierdo mi tiempo en postular a los puestos vacantes”, se lamenta Bisimwa Blaise-Pascal, un joven de Bukavu sin empleo desde hace tres años.

A juicio de Adrien Zawadi, del Colectivo de solidaridad juvenil del Congo-Kinshasa (COJESKI ), los criterios actuales de selección son confusos en todos los sectores, desde las instituciones públicas hasta las empresas privadas, pasando por las organizaciones no gubernamentales, muy presentes en el este de la República Democrática del Congo.

 

La agricultura como salida

Cansados de esperar, muchos trabajadores congoleños de Kivu Norte y Sur han decidido abandonar la ciudad y dedicarse a la agricultura.

Reunidos en la plataforma juvenil del International Institute of Tropical Agriculture (IITA)-Kalambo Youth Agripreneurs (IKYA), dedicado a la agricultura tropical, estos jóvenes de diversas disciplinas académicas esperan trabajar por cuenta propia y convertirse en autónomos a través de la agroindustria.

Fundado en abril de 2014, el grupo cuenta ya con 33 miembros. Dispone de un campo semillero de tubérculos de yuca en las afueras de Bukavu, así como un platanal de una superficie de 400 metros cuadrados.

Sin embargo, ya están en marcha otros proyectos. “Vamos a poner un gallinero moderno y, después de nuestras primeras cosechas, ya pensamos cómo transformar y comercializar desde Bukavu los diversos productos de la yuca y la soja”, afirma Noël Mulinganya, uno de los miembros del grupo.

“A través de esta plataforma, pensamos movilizar de aquí a unos años a más de 200.000 jóvenes congoleños para que trabajen por cuenta propia a través de la agricultura y se conviertan así en el motor de creación de su propio empleo”, añade Eric Sika, uno de los iniciadores de la plataforma.

El grupo ha obtenido el apoyo del IITA, que ofrece formaciones técnicas en la agricultura, la gestión de tierras agrícolas y la formación empresarial.

La organización internacional también ha ofrecido recientemente una oficina totalmente equipada, un segundo campo de experimentación y ayuda logística, incluyendo un autobús para el transporte.

“Otro grupo de jóvenes empresarios agrícolas ya funciona muy bien en Nigeria. Hay potencial en la juventud congoleña”, indica Marie Octavie Yomeni, empleada del IITA a cargo de la República Democrática del Congo.

Falta, según ella, convencer a los jóvenes congoleños de abandonar la ciudad para dedicarse a cultivar la tierra.

Por su parte, los miembros del grupo esperan el reconocimiento y la participación del Estado congoleño, incluida la concesión de tierras de cultivo.

Este artículo ha sido traducido del francés.