Bangladesh: La siniestralidad de los trabajadores de la construcción

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Amin Miah no tenía ni idea de lo que le esperaba al terminar de enyesar los muros de un edificio inacabado en Dhaka.

Estaba a punto de terminar su jornada laboral cuando un grupo de jóvenes se colaron en la obra donde trabajaba y se pusieron a destrozar todo lo que se encontraban por su camino.

Solicitaron “hablar” con el director. ¿La razón? Cobrar cuotas de extorsión.

Como era el único miembro del personal que se encontraba por allí, Amin se acercó para hablar con la banda, pero antes de que pudiera pronunciar palabra dispararon dos tiros de advertencia.

Amin cayó inconsciente.

Cuando volvió en sí se encontró en una cama de hospital con una bala en el pie derecho.

Lo que le sucedió a Amin no es tan inhabitual.

Como jornalero en una ajetreada obra de la construcción en Dhaka, muchos trabajadores bangladeshíes se enfrentan a peligros parecidos.

La práctica cada vez más extendida de la extorsión, a menudo con bandas de jóvenes que cuentan con patrocinadores políticos, pone a los jornaleros en la línea de fuego de la violencia.

Los ingenieros, el personal de oficina y los miembros de la dirección están siempre que pueden fuera del emplazamiento.

 Los trabajadores de la construcción víctimas de estos ataques apenas reciben apoyo alguno por parte de las autoridades o de las empresas para las que trabajan, y raramente se hace justicia, incluso en los casos en que la víctima termina quedándose discapacitada de por vida o que fallece.

Las organizaciones de los derechos humanos bangladeshíes dicen que los testigos, las víctimas y sus familias se muestran reticentes a denunciar estos ataques a las autoridades debido a que no hacen prácticamente nada al respecto.

Y los empleadores encuentran lagunas jurídicas por medio de las cuales consiguen no tener que pagar ninguna indemnización a las víctimas ni a sus familias.

La legislación laboral de 2006 prevé disposiciones para una indemnización de 1.200 USD en caso de un accidente en el lugar de trabajo que provoque la muerte o lesiones graves.

No obstante, la estructura del sector de la construcción implica que los trabajadores nunca trabajan para una sola empresa el tiempo suficiente (tres años como mínimo) como para tener derecho a recibir indemnizaciones.

En consecuencia, los ataques violentos no sólo provocan complicaciones mentales y físicas a las víctimas sino que además tienen graves implicaciones financieras.

 

Accidentes de trabajo

Si bien los trabajadores de la construcción se ven a menudo confrontados a este tipo de violencia, son mucho más vulnerables a los accidentes de trabajo.

Un estudio realizado por el Instituto de Estudios Laborales de Bangladesh (BILS), basado en informes de periódicos, encontró que un total de 487 trabajadores de la construcción fallecieron y 790 resultaron heridos en el trabajo en un período de seis meses, hasta junio de 2012.

De estas cifras, unos 97 trabajadores fueron asesinados y otros 246 resultaron heridos en incidentes violentos.

Los 380 fallecidos y 544 heridos restantes sufrieron accidentes en el lugar de trabajo.

 Las causas de los accidentes de trabajo son numerosas. Muchos trabajadores no reciben ni la formación ni el equipo de seguridad adecuados. También trabajan a grandes alturas y en espacios reducidos, y al mismo tiempo tienen que manejar sustancias químicas nocivas y maquinaria peligrosa sin disponer de protección.

El BILS descubrió asimismo que los trabajadores de la construcción se ven obligados a trabajar en unos entornos laborales ruidosos, polvorientos, con poca luz, con escaso suministro de agua potable y sin unas instalaciones sanitarias adecuadas.

Debido a estos entornos insalubres, los trabajadores corran el peligro de contraer fiebres, ictericia, malaria y enfermedades de la piel.

Al igual que en muchos otros países, el sector de la construcción es uno de los motores para el desarrollo en Bangladesh.

Representa más del 9% del PIB y su índice de crecimiento del 11% es superior al de los otros tres principales sectores de Bangladesh: la agricultura, la industria y el servicio.

Según la asociación de inmobiliarias Real Estate Association of Bangladesh (REHAB), cada año se construyen como mínimo 9.000 unidades, para lo que se requiere la contratación de unos dos millones de trabajadores de la construcción en 1.200 empresas miembros.

Pero en realidad, si se tiene en cuenta la construcción de viviendas públicas, escuelas, hospitales, edificios comerciales, fábricas, carreteras y puentes, el número total de trabajadores es mucho más alto.

El Bangladesh Nirman Sramik League (central sindical nacional) dice que hay aproximadamente siete millones de trabajadores contratados en los sectores de la construcción y la carpintería.

 

Luchar por los derechos de los trabajadores de la construcción

Syed Sultan Uddin Ahmmed, Director Ejecutivo Adjunto de BILS, dice que la naturaleza del trabajo de la construcción ha cambiado debido al uso de intermediarios que contratan a los trabajadores por día o en régimen contractual para las empresas inmobiliarias.

Gracias a esto – dice –las empresas consiguen eludir sus responsabilidades en cuanto a salud y seguridad de los trabajadores de la construcción, cosechando al mismo tiempo los beneficios financieros.

En Bangladesh existe un puñado de ONG, organizaciones de la sociedad civil y defensoras de los derechos humanos que hacen campaña para garantizar los derechos de los trabajadores de la construcción.

Al igual que BILS, la asociación de abogados ambientalistas Bangladesh Environment Lawyers Association (BELA) y la fundación de salud y seguridad ocupacional Occupational Safety and Health Foundation (OSHE) merecen un reconocimiento por sus esfuerzos para que las cosas cambien.

Hace unos años los trabajadores de la construcción no estaban organizados.

Pero hoy día la asociación de trabajadores de inmuebles y la construcción de Bangladesh, Imarat Nirman Sramik, vela por sus intereses.

 El Nirman Sramik Oikyo (Unity) Parisad, un órgano vértice creado por el BILS, ha elaborado también una carta de demandas de cinco puntos, solicitando sueldos más altos, acceso a servicios de atención médica, entornos laborales mejores, reducción de la jornada laboral, vacaciones, derechos legales y seguridad social. Pero todavía no se han cumplido ninguna de estas demandas.

La Junta Nacional de Salarios de Bangladesh también ha revisado recientemente el salario mínimo de los trabajadores de la construcción.

Pero, si bien el salario mínimo de los trabajadores de la construcción ha aumentado de 130 taka (1,65 USD) a 425 taka (5,18 USD) diarios, sigue estando muy por debajo de lo que los trabajadores reclaman.

Nurul Haque, Secretario General de la Bangladesh Nirman Sramik League, dijo que habían estado negociando la introducción de un subsidio por riesgo laboral.

Pero hay gente que no piensa que la situación sea tan desesperada.

Tanveer Ahmed Probal, ex Presidente de REHAB, alega que los trabajadores de la construcción tienen mejores salarios que los trabajadores de otros sectores importantes.

Sostiene que, debido a la alta demanda de jornaleros, es difícil mantener a los trabajadores de la construcción en un solo proyecto durante mucho tiempo.

También afirma que las condiciones en los lugares de trabajo para los trabajadores de la construcción han mejorado, y que muchas empresas están proporcionando cascos, guantes, cuerdas y mosquiteras.

Y en cuanto a la violencia en el lugar de trabajo, REHAB admite que los trabajadores de la construcción sufren a manos de los vándalos, pero niega que los empleadores no estén haciendo nada por ayudar a los trabajadores.

El caso de Amin Miah sugiere sin embargo lo contrario.

 

Este artículo ha sido traducido del inglés.