Defender la educación de las niñas el Día de Malala

 

Todo aquel que siga la actualidad o esté interesado en la educación ha oído hablar de una adolescente pakistaní que responde al nombre de Malala Yousafzai. Los que prefieren seguir las noticias de las celebridades también han oído hablar de Malala: fue nombrada por la revista Time Magazine una de las 100 personas más influyentes del mundo en 2013.

Conocemos el nombre de Malala, porque el 1 de octubre 2012, a la edad de solamente 14 años, un talibán le disparó a quemarropa un tiro en la cabeza.

Malala iba sentada en su autobús escolar cuando un hombre subió a bordo y preguntó “¿Quién de ustedes es Malala?” Cuando ella respondió: “Yo soy Malala”, el hombre disparó.

Malala y una de sus amigas resultaron heridas por las balas. Cabría preguntarse por qué una adolescente puede ser percibida por los talibán como una amenaza, pero Malala Yousafzai no es en modo alguno una adolescente común y corriente.

 

No es una adolescente ordinaria

En 2009, los talibanes se hicieron del control del valle de Swat en Pakistán, donde los Yousafzai viven en la ciudad de Minghora, y el padre de Malala dirigía una escuela privada de enseñanza secundaria para niñas.

Con el control de los talibán llegó la orden de cerrar todas las escuelas.

Como parte de su cobertura de estos acontecimientos, la BBC buscó personas de la localidad dispuestas a escribir un “blog” acerca de los cambios que el régimen talibán había traído a su vida cotidiana. Malala se convirtió en una bloguera de la BBC utilizando el sinónimo de “Gul Makai” (que significa flor de “aciano” en urdu).

Malala escribió sobre los temores que tenía acerca de su futuro, así como por el de sus amigas. A todas ellas les preocupa cómo poder aspirar a un futuro si se les niega el acceso a la escuela.

Malala utilizó su blog para condenar las acciones de los talibán, y exigir que las niñas tengan acceso a la escuela. Se convirtió en una defensora del derecho de las niñas a la educación.

 

Nadie está a salvo

Tras los disparos, los cirujanos pakistaníes retiraron una bala de la cabeza de Malala, quien luego fue trasladado al Reino Unido para recibir un tratamiento especializado.

Le colocaron una placa de titanio y un implante coclear y Malala salió del hospital en febrero para continuar su rehabilitación.

El ataque a Malala no fue un incidente aislado, en Pakistán los talibán también han atacado a hombres y mujeres docentes y han quemado escuelas vacías.

Hace apenas cuatro meses, en marzo, asesinaron a una maestra en una escuela para niñas cuando caminaba rumbo a la escuela en el distrito de Khyber. Un director de escuela fue asesinado y decenas de escolares, niños y niñas, han sido heridos en Karachi.

Es preocupante observar que los talibán pakistaníes no tienen el monopolio de los ataques dirigidos contra los escolares.

En los últimos meses, las escuelas, los maestros y los niños del norte de Nigeria también han sido víctimas de la “organización” extremista conocida como Boko Haram.En fecha tan reciente como el sábado 6 de julio, fueron asesinados 42 estudiantes y docentes en el estado de Yobe durante un ataque terrorista de Boko Haram.

Al igual que los talibán, Boko Haram (que significa “La educación occidental es un pecado” en hausa, la lengua más hablada en el norte de Nigeria) cree que la educación y las niñas escolarizadas son una amenaza para el Islam y para los estados islámicos que desean establecer en sus respectivos países.

Hillary Clinton ha afirmado que los escolares, especialmente las niñas escolarizadas, son considerados una amenaza por los movimientos extremistas violentos: si los niños se educan y aprenden en la escuela, no es tan fácil imponerles el extremismo cuando sean adultos.

Sin embargo, es evidente que los talibán no esperaban que Malala sobreviviera, y que en Pakistán y en el mundo entero poderosos aliados tomaran el estandarte de su causa.

 

“Acciones que hagan que el mundo entre en razón”

Dos meses solamente después del tiroteo casi fatal, la UNESCO y el Gobierno de Pakistán organizaron conjuntamente un evento de alto nivel en defensa de los derechos en la sede de la UNESCO en París, Francia, el 10 de diciembre de 2012, que es el Día Internacional de los Derechos Humanos.

Con el lema “Apoyemos a Malala, la educación de las niñas es un derecho”, se llevó a cabo un evento para defender el derecho inequívoco a la educación para todas las niñas del mundo.

Las niñas constituyen más del 70 por ciento de los 61 millones de niños y jóvenes de todo el mundo a quienes se les niega el derecho a la educación.

Después de Nigeria, Pakistán es el que cuenta con el segundo mayor número de niños sin escolarizar (5,1 millones), dos tercios de los cuales son niñas.

Reconociendo la magnitud de este problema en todo el mundo, el Enviado Especial de las Naciones Unidas para la Educación Mundial, Gordon Brown, afirmó en el evento del 10 de diciembre que: “No necesitamos discursos que levanten pasiones, sino acciones que hagan que el mundo entre en razón”.

El Gobierno de Pakistán respondió anunciando la creación del Fondo de Malala para la Educación de las niñas, al que el Gobierno prometió de inmediato 10 millones de dólares estadounidenses.

La oficina de Brown puso en marcha y coordinó una petición, firmada por millones de personas de todo el mundo, instando al Gobierno de Pakistán a que garantice la educación para todos, y espacios de aprendizaje seguros tanto para los docentes como para los alumnos y las alumnas por igual.

 

Un día para todas las Malalas

El 12 de julio, tendrá lugar en la sede de la ONU en Nueva York un evento especial llamado “Día de Malala”.

En este día de buen augurio en el que Malala celebrará su decimosexto cumpleaños, se dirigirá a los más altos líderes del mundo en la ONU, y les presentará una serie de demandas educativas formuladas por los jóvenes para los jóvenes – el Documento de Resultados de la Juventud.

Jóvenes líderes venidos de todos los rincones del mundo realizarán una “sentada” en la ONU, para exigir a los Estados miembros que cumplan sus promesas y conviertan sus palabras y políticas sobre la educación en medidas concretas.

El Día de Malala es un día para defender la educación de las niñas, un día para luchar por la educación universal de calidad para todos.

El borrador final del Documento de Resultados de la Juventud insta a los Estados miembros de la ONU a: aprobar una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que reconozca la crisis de la educación a escala mundial; adopte medidas que garanticen que todos los niños y las niñas puedan ir a la escuela; atiendan las dificultades que enfrentan las niñas y los grupos marginados; garantice que la educación que reciba la juventud sea una educación de calidad; incremente los fondos disponibles para la educación; y garantice la participación de los jóvenes en la formulación de las políticas educativas.

El evento del Día de Malala en la ONU se llevará a cabo paralelamente a distintos acontecimientos en todos los países del mundo, en los que las escuelas, las ONG y los sindicatos de docentes instarán a los gobiernos nacionales a que cumplan sus promesas en relación con la educación.

La Internacional de la Educación (IE), la federación sindical más grande del mundo que representa la voz de 30 millones de trabajadores y trabajadoras de la educación a nivel mundial, ha estado trabajando en estrecha colaboración con la oficina de Gordon Brown para garantizar que se proteja el derecho de todas las niñas a la educación.

La IE está igualmente preocupada por destacar la escalada de ataques extremistas contra los docentes y los establecimientos escolares, así como contra los alumnos.

La resolución de la IE sobre las escuelas como zonas de paz exige que se ponga fin a “la impunidad de los ataques contra la educación”.

El Documento de Resultados de la Juventud pone en claro que el futuro de la juventud depende del acceso a una educación de calidad desde la primera infancia hasta la educación superior.

La IE celebra la iniciativa de la juventud y su enfoque basado en los derechos para exigir una educación de calidad para todos y todas.

Todo ello refleja la movilización mundial de la IE por una educación pública de calidad y equitativa para todos, que se pondrá en marcha en colaboración con el Enviado Especial de las Naciones Unidas para la Educación Mundial, Gordon Brown este mes de octubre.

Los sindicatos y organizaciones de los docentes y educadores apoyan firmemente la voz de la juventud exigiendo que se proteja su derecho a la educación, sin importar de qué lugar del mundo provengan.

Estamos en la segunda década del siglo XXI, y todos sabemos lo que cualquier niño y niña necesita para crecer y prosperar en este mundo.

Ha llegado la hora de que las promesas se conviertan en medidas concretas para garantizar que la educación sea verdaderamente para todas y todos.

 

Este artículo ha sido traducido del inglés.