El gobierno de Macedonia ignorala histórica movilización estudiantil

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El 10 de diciembre, miles de estudiantes macedonios tomaron las calles de la capital Skopje por segunda vez en dos meses para expresar su oposición a un nuevo proyecto de ley sobre la educación superior, conocido como “prueba externa” o “examen estatal”.

Aunque la primera manifestación reunió a unos 3.000 estudiantes, se cree que en esta segunda han participado alrededor de 10.000 personas. Fuentes fiables han calculado hasta 12.000 manifestantes, la primera manifestación de este tamaño desde la independencia de Macedonia en 1991.

Sin embargo, el partido gobernante, el VMRO-DPMNE, y los medios de comunicación progubernamentales cuestionan estas cifras e insisten en minimizar el impacto de las protestas.

Dirigentes del partido gobernante, incluido el Primer Ministro Nikola Gruevski, han intentado disuadir a los estudiantes de salir a las calles, afirmando que las manifestaciones tenían “motivos políticos”.

Algunos dirigentes llegaron incluso a tildar a los estudiantes de “activistas del SDSM” (es decir, del principal partido socialdemócrata de la oposición) o de “manipulados por (George) Soros” (haciendo referencia a las Fundaciones para una Sociedad Abierta consideradas “enemigas” y “agentes extranjeros”): una estrategia que suelen utilizar contra periodistas e intelectuales.

A pesar de las críticas, los estudiantes no muestran ninguna intención de retirarse.

“Esta vulgar política del partido que consiste en etiquetar y descalificar personalmente lleva mucho tiempo en la escena pública y todo el mundo está harto, así que no esperamos que los estudiantes se echen atrás. Todo lo contrario. Numerosos estudiantes han afirmado que debido a la deshonesta ofensiva progubernamental, están más decididos que nunca a ayudar a que el movimiento estudiantil tenga éxito”, asegura Darko Malinovski, un estudiante macedonio miembro de la organización de base Pleno de Estudiantes.

 

Las semillas de la ira

Aunque el contenido exacto del proyecto de ley sobre la educación superior todavía no está muy claro, la intención del gobierno es poner a prueba los conocimientos de los estudiantes de manera externa, muy probablemente a través de una comisión estatal que estaría por encima de la evaluación de los profesores.

Según el gobierno, el objetivo consiste en “acabar con la corrupción en la educación superior”, ya que ha salido a la luz que varios profesores aceptaban sobornos.

Aunque los estudiantes reconocen la necesidad de encontrar una solución para dicho problema, también consideran que la reforma constituye un intento por parte del gobierno de seguir minando la autonomía de las universidades.

Exigen una “retirada completa de la propuesta de reforma” y la aplicación de reformas bien pensadas para mejorar la educación superior general en el país, “en lugar de tomar medidas apresuradas”, explicó a Equal Times Vladimir Delov del Pleno de Estudiantes.
Para Krisitina Ozimec, periodista y directora de asuntos educativos de la radio “Foro Educativo Juvenil”:“La Constitución garantiza la autonomía de las universidades.

Además, ¿no demuestra esta medida un desprecio total por el trabajo de los profesores y por su capacidad para evaluar a sus propios estudiantes? Las explicaciones sobre los motivos por los que se va a aplicar dicha medida, los problemas que se supone va a resolver y cómo mejorará la educación superior resultan poco convincentes”.

Sin embargo, para el Pleno de Estudiantes, la oposición al examen estatal es tan solo “la punta del iceberg”.

Hace años que la frustración y el descontento crecen a causa de una serie de asuntos relacionados con la educación: la corrupción generalizada, la intromisión de los partidos políticos en la autonomía de las universidades y las terribles condiciones de vida en los dormitorios estudiantiles.

Los manifestantes también denuncian enérgicamente la incompetencia de la asociación oficial de estudiantes, llamada el Parlamento Estudiantil.

“La politización del Parlamento Estudiantil es un problema que se remonta a su creación en 1997. El partido en el poder creó un sistema de dependencia, un sistema que compra tu obediencia a través de la afiliación política. Es una especie de clientelismo estudiantil”, explica Delov.

Desde que se inició el movimiento, el Parlamento Estudiantil, dirigido por un cercano aliado del partido gobernante, ha permanecido en silencio sobre los asuntos que han planteado los estudiantes.

Por tanto, mucha gente, incluso ajena al movimiento estudiantil, recibió al Pleno de Estudiantes como una bocanada de aire fresco.

“Por primera vez en nuestra historia reciente, un movimiento de la sociedad civil no tiene miedo de los partidos políticos”, asegura Marjan Zabrcanec, veterano activista y ex presidente del Foro Educativo Juvenil.

Asimismo, afirma que la influencia del movimiento podría resultar “decisiva” para el activismo macedonio en general, pues “educará al público sobre el hecho de que la política no es solo una cuestión de partidos políticos”.

 

Este artículo ha sido traducido del inglés.