El trabajo infantil en la Semana de la Moda

Opinión

 

Ahora que está terminando la Semana de la Moda de Nueva York y la atención del mundo de la moda se desvía hacia Londres, Milán y París, la mayoría de la gente no pensará en el trabajo infantil cuando vea a los y las estilizadas modelos desfilando por la pasarela.

La idea del glamour inherente a la profesión de modelo desvía la atención del lado oscuro de un negocio que sigue sin estar regulado en esencia y que suele contar con una mano de obra formada por menores que son valorados por su carácter dócil y su físico adolescente.

Como modelo que empezó a trabajar con 14 años, he tenido suerte en mi carrera.

Sin embargo, también me tuve que enfrentar a exigencias fuera de lugar a las que ningún niño (o adulto) debería enfrentarse nunca: acoso sexual; largas jornadas laborales sin pausas para comer ni descansar o incluso no remuneradas; numerosas presiones para posar desnuda y abandonar mi educación universitaria; una contabilidad poco clara y el robo de mis salarios.

Estos problemas son tan comunes como difíciles de denunciar sin que los y las modelos se arriesguen a perder su trabajo.

Hace alrededor de 100 años, Nueva York se convirtió en el primer estado de EE.UU. en aprobar leyes en materia de trabajo infantil, basado en la creencia de que una sociedad libre y progresista no podía existir mientras hubiera niños trabajando en las fábricas.

Sin embargo, hasta la fecha, los modelos menores de edad no están cubiertos por la legislación laboral, toda una excepción entre los menores que trabajan como artistas, intérpretes o ejecutantes en Nueva York.

Y a diferencia de otros artistas, intérpretes o ejecutantes, como los actores, bailarines y músicos, los modelos en EE.UU. carecen de protección sindical.

Esta falta de protección no es un accidente.

Prácticamente todos los y las modelos que trabajan lo hacen sujetos a contratos de exclusividad con sus agencias (que controlan su acceso a los clientes y horarios de trabajo, les consiguen trabajos y cobran sus ingresos).

Las agencias de modelos llevan décadas alegando que los modelos son contratistas independientes, no empleados.

Y como no son empleados, legalmente no tienen derecho a formar sindicatos ni están cubiertos por leyes que les garanticen un salario mínimo o prohíban el acoso sexual, la discriminación racial y otras conductas inaceptables en casi todos los lugares de trabajo.

 

Legislación

El año pasado, con el apoyo de otros y otras modelos y de los sindicatos de artistas, intérpretes y ejecutantes, como el Actors Equity and the American Guild of Musical Artists (AGMA), fundé Model Alliance, una organización sin ánimo de lucro cuya misión es proteger los derechos laborales de los y las modelos que trabajan en la industria de la moda estadounidense.

En junio, con el apoyo de los senadores estatales Jeffrey Klein y Diane Savino, presentamos un proyecto de ley que garantizará a los y las modelos menores de edad las mismas protecciones que al resto de los artistas, intérpretes y ejecutantes menores de edad que trabajan en Nueva York.

Poco después, el proyecto de ley fue aprobado por unanimidad por las dos cámaras del poder legislativo de Nueva York.

Cuando se promulgue, esta ley incluirá a los modelos menores de dieciocho años en la categoría de actores, intérpretes y ejecutores menores de edad, categoría donde los grandes ausentes siguen siendo hoy en día los modelos de publicaciones y pasarela.

Asimismo, otorgará a los y las modelos menores de edad las mismas protecciones jurídicas que a los actores, bailarines y músicos menores de edad que trabajan en Nueva York.

Estas regulaciones no solo incluyen disposiciones para los fideicomisos financieros obligatorios y la presencia de acompañantes y tutores en el lugar de trabajo (entre otras); también están supervisadas por el Departamento de Trabajo estadounidense, que dispone de muchos más recursos para hacer que se cumplan que el Departamento de Educación (la agencia que supervisa actualmente las regulaciones relativas al empleo y la educación de los modelos menores de edad en Nueva York).

La ciudad de Nueva York se considera la capital mundial de la moda y con tantos y tantas modelos que, como yo, empiezan su carrera a principios de la adolescencia, esta legislación es vital para garantizar que estos jóvenes trabajadores estén protegidos por la ley.

Además, podría incentivar a los empleadores para que contraten a mujeres, en lugar de a niñas adolescentes, que modelen diseños dirigidos a un público adulto.

En pocas palabras, empoderar a los y las modelos como trabajadores podría transformar el mundo de la moda.

 

Este artículo ha sido traducido del inglés.