En prisión por denunciar la esclavitud en Mauritania

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El jueves 15 de enero de 2015 conocimos la sentencia: Biram Ould Dah Abeid, Presidente de la Iniciativa por la Resurgencia del Movimiento Abolicionista Mauritania (IRA), fue condenado a dos años de prisión por el tribunal de Rosso, situado a 200 kms de la capital, Nuakchot.

La misma pena a la que son condenados otros dos acusados, Brahim Ould Bilal Ramdane, Vicepresidente del IRA, y Djiby Sow, Presidente de la asociación Kawtal, tras un proceso judicial enturbiado por las irregularidades y violaciones de los derechos de la defensa. Las otras cinco personas acusadas fueron puestas en libertad. Los abogados de los tres condenados van a presentar recurso.

¿Su crimen? Haber participado, el 11 de noviembre pasado, en una manifestación a favor del derecho a la propiedad de los campesinos víctimas de la esclavitud.

Esta lacra jamás ha logrado ser totalmente erradicada en Mauritania.

Sus víctimas continúan siendo vendidas, alquiladas e incluso entregadas como regalo.

Las personas esclavas no tienen derecho a la propiedad, dado que ellas mismas son consideradas meros objetos pertenecientes a otros.

Se estima que un 4% de la población mauritana vive en condición de servidumbre. A nadie sorprende que Mauritania encabece el Indice Global de Esclavitud.

Hasta 2007, nuestro país no criminalizó esta forma abyecta de sumisión. Pero, a pesar de las medidas y de los numerosos tratados internacionales, se constatan pocos cambios en este país en el que aún quedan unos 180.000 esclavos y, en cerca de ocho años, sólo se ha dictado una condena por este tipo de delito —pero el culpable fue puesto en libertad a la espera de un recurso que aún está pendiente.

Mauritania no logrará solucionar así sus problemas de esclavitud. Está haciendo todo lo contrario: ¡en lugar de poner entre barrotes a los esclavistas, el país encarcela a los activistas!

La organización y participación de estos militantes en la manifestación contra la esclavitud se enmarca en el ejercicio de las libertades individuales y colectivas reconocidas por la Constitución mauritana. Además, las autoridades competentes habían sido debidamente informadas.

Consideramos que este fallo no va a contribuir a disipar las divergencias y posiciones antagónicas respecto a la erradicación de las prácticas de la esclavitud en Mauritania, una lucha justa y legítima que afecta, sin distinción, a todas las personas patriotas.

Nadie esperaba la condena emitida el jueves, que ha sembrado la desolación en nuestra confederación sindical, la Confédération Générale des Travailleurs de Mauritanie (CGTM).

Ha llegado la hora de que nos movilicemos, junto a todas las personas que militan en la sociedad civil, para poner fin, de una vez por todas, a esta práctica arcaica.
El movimiento sindical continuará luchando mientras Biram y sus colegas permanezcan en prisión y hasta que el último esclavo del país sea liberado.

 

Para firmar la petición para la liberación de los activistas contra la esclavitud en Mauritania, Pinche aquí

Este artículo ha sido traducido del francés.