España: el camino para dejar de ser el paradigma mundial del maltrato animal

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“El Toro de la Vega, las becerradas de Algemesí, el toro de Coria, el toro embolao de Véjer... 3.000 festejos populares en España giran en torno al animal, a tratarlo con crueldad e incluso matarlo. Una barbaridad que solo puede generar el más absoluto de los rechazos y que nos convierte en el paradigma mundial del maltrato animal”, denuncia a Equal Times Chesús Yuste, parlamentario español y coordinador de la Asociación Parlamentaria en Defensa de los Animales (APDDA).

La reciente prohibición por decreto-ley (este 19 de mayo) del gobierno regional de Castilla-León de “dar muerte a las reses de lidia en presencia del público en espectáculos taurinos populares y tradicionales”, ha vuelto a traer la discusión entre animalistas y pro-taurinos al orden del día. El torneo del Toro de la Vega ha quedado tocado con la medida, pero el pueblo de Tordesillas promete no quedarse con los brazos cruzados.

La APDDA, fundada a finales de 2007, contaba con 60 miembros procedentes de todos los partidos hasta la disolución de las Cámaras por la convocatoria de nuevas elecciones. Orgullosos de la tarea de “lobby parlamentario” que desarrollan a título personal, conectan a las protectoras y asociaciones con los representantes de todos los españoles en el Congreso de los Diputados. Un ejemplo de ello es el reciente foro celebrado entre animalistas y parlamentarios durante el cual se proyectó (en el parlamento) el documental “Febrero, el miedo de los galgos".

Este documental expone dos de los grandes problemas en materia de derechos animales en España: la caza y el abandono. La temporada acaba en febrero y “miles de galgos son abandonados, ahorcados o arrojados vivos a pozos como deshechos; la mayoría no supera los tres años de edad”, denuncia SOS Galgos.

Hace unos meses National Geographic denunciaba esta realidad en un reportaje que describía prácticas crueles como “tocar el piano” –cuando el perro no rinde se le castiga colgándole de un árbol con las puntas de las pezuñas rozando el suelo, mientras lucha por sobrevivir–.

En la APDDA también recogen las demandas de las protectoras y las convierten en preguntas parlamentarias. Ahora han dado el salto a las Propuestas No de Ley (PNL). “Así conseguimos que España ratificara el Convenio de Animales de Compañía. En este momento estamos con la reforma del Código Civil para que los declaren ‘seres sintientes’. Aquí solo lo ha hecho Cataluña”, explica Yuste.

Desde 2009, el art. 13 del Tratado de Lisboa, impone a los Estados miembros la obligación de tratar a los animales como “seres sintientes” en su legislación nacional. Pero las excepciones –ritos religiosos, costumbres regionales y tradiciones culturales– amparan a los espectáculos taurinos.

 
Protección animal y programas políticos

A pesar de la gravedad de la situación, para Yuste algo está cambiando. “Los programas electorales de todos los partidos mencionan la protección animal. La reforma del Código Penal –muy criticada por su dureza en otras cuestiones–, tipifica y amplía el delito de maltrato animal”, señala.

Para este político, el siguiente paso es conseguir penas que garanticen la entrada en prisión de los maltratadores. “Hasta que el primer empresario contaminador no entró en prisión, los jueces no se animaron a dictar sentencias. Con los maltratadores de animales pasará lo mismo. Aunque ya hay dos sentencias, se deben a “la ‘voluntad’ de la jueza”.

La educación también es clave. “Hay que trabajar la empatía con los animales en el currículum educativo, y al próximo gobierno se lo pediremos”, promete.

Aún sin representación parlamentaria, el éxito del Partido Animalista PACMA –miembro de la red de partidos animalistas europeos– en las últimas elecciones, es otra señal del cambio. “Defendemos los derechos de los animales porque queremos un mundo más justo para todos”, declara Silvia Barquero, su presidenta desde 2013.

Con un programa “muy completo sobre animales, medio ambiente y justicia social”, Barquero se felicita por ser considerados “la sorpresa electoral” y porque los medios les hagan un hueco. “El partido se fundó en 2003 al calor del movimiento animalista. Todos los que lo integramos provenimos de ahí”, explica. “Al principio nos consideraban, unos freaks, un voto inútil. Ha sido un camino muy duro, pero la sociedad española ahora nos valora”, expone.

“Hay gente que quiere votarnos, pero se decanta por la emergencia social. Por eso los 220.000 votos al Congreso y el más de un millón al Senado de las pasadas elecciones, en un contexto tan complicado y con fuerzas como Podemos que daban respuesta a ese hartazgo, son un éxito enorme. Hay un sector de la población que entiende que defender a los animales no excluye defender la justicia social”, dice la representante de PACMA.

“Este es un país muy complicado para el movimiento animalista, por lo que sorprende el cambio de los últimos 15 años. Hemos crecido mucho en resultados electorales en lugares como Andalucía, donde el uso de los animales está muy arraigado. La perspectiva es muy positiva, aunque aún existe una España rural que no asume el concepto de protección animal que sí se está dando en las ciudades a gran velocidad”, valora Barquero.

Para la presidenta de PACMA el trabajo de los activistas ha sido clave en este proceso. “Son la vanguardia del movimiento en Europa –Igualdad Animal es el mejor ejemplo– y han desarrollado un tipo de activismo que ha calado mucho en la sociedad”.

“Al usar la tauromaquia como bandera, damos la visión de un país en cuyos valores está la crueldad con los animales y eso nos perjudica. La España del siglo XXI puede exportar otros símbolos, apostar por el I+D+I y las energías renovables", propone.

 
El rol de los medios

También en los medios se nota el cambio: El País, el diario.es y El Español dedican un espacio a los animales. Pero el primer blog periodístico sobre protección animal en España fue el de Melisa Tuya. Esta periodista y escritora coordina los blogs del tercer diario digital en español más leído del mundo, 20 minutos.

Este medio “fue el primero en retirar la publicidad a los toros”, destaca orgullosa.

“Algunos compañeros dicen que nunca me tomarán en serio como periodista si tengo mi timeline lleno de perros y de gatos, pero esta información es importante. Para conocer la realidad hay que pisar las protectoras, hablar con quienes están cada día en primera línea de batalla, desbordados”, recalca.

“Tradicionalmente los medios han infravalorado esta información: o sacan las noticias terribles, porque dan tráfico, o cosas banales que ni contrastan, cosa que no harían con otro tema. Pero Internet ha sido fundamental. Ahora las asociaciones tienen herramientas y un canal que están aprovechando. Y cuando sus actos tienen repercusión, los medios les damos cobertura”.

Sobre si en España existe una cultura de crueldad animal, Tuya coincide con el diputado Chesús Yuste: “en Europa, antes de la Ilustración, se sometía a los animales a prácticas crueles que ésta barrió. Aquí se dejó pasar esa oportunidad histórica. (…) Pesan los cuarenta años de dictadura y su legado de aquella España que se divertía en los toros y de caza”, añade la periodista.

“El problema del maltrato en España es muy complejo y requiere soluciones complejas. La falta de medios y de fondos imposibilita aplicar medidas de protección animal, sobre todo en el ámbito local, como en el caso de la Ley de Sacrificio Cero de Madrid. Además, el ‘batiburrillo’ legal en las comunidades autónomas genera un caos que da pie a la impunidad”, denuncia Tuya. Un ejemplo: Andalucía permite el entrenamiento de galgos atados a vehículos a motor, algo considerado maltrato en el resto del Estado.

“El auténtico drama no son los casos de crueldad que se convierten en noticia, sino las prácticas diarias que provocan sufrimiento a miles de ‘seres sintientes’, principalmente los toros, la caza y el abandono”, explica. Cada año se abandonan en España 140.000 mascotas –400 al día–. En más de 100.000 casos se trata de perros, según un estudio de la Fundación Afinitity. La buena noticia es que el 44 por ciento de estos animales son adoptados, cifra (la de adopciones) que no ha dejado de crecer en los últimos años.

Respecto al futuro, hay optimismo. “Lo primero que van a desparecer son los toros (las corridas), por el cambio de mentalidad de las nuevas generaciones”, afirma Melisa Tuya. De hecho, la encuesta de World Animal Protection recoge que el 84 por ciento de los españoles entre 16 y 24 años afirmó estar “poco” o “nada” orgulloso de vivir en un país donde la tauromaquia es una tradición cultural. “En España existe una mayoría social para abolir todas estas fiestas tan bárbaras, así como la tauromaquia”, afirma Yuste.

Aunque no va a ser tan fácil. La prohibición de las corridas de toros en Cataluña –pero no de otros festejos protagonizados por estos animales, como los correbous– llevó a la Comunidad de Madrid a declarar aquellas Bien de Interés Cultural (BIC) en 2010. Unos meses después, el gobierno de José L. Rodríguez Zapatero las reconocía como “una disciplina artística y producto cultural” y en 2013 obtenían la protección BIC a escala nacional.

En 2015 se aprobó la ley que las incluía como “patrimonio cultural inmaterial de la humanidad” junto a otras manifestaciones de la “idiosincrasia e identidad de los pueblos” como el flamenco o la dieta mediterránea, ambas protegidas por UNESCO.

La norma contiene preceptos tales como la “adecuada difusión, transmisión y promoción de ese bien inmaterial a las nuevas generaciones y el fomento mediante la educación”.

El penúltimo movimiento en este tira y afloja fue la histórica manifestación pro taurina celebrada en Valencia en marzo, encabezada por figuras internacionales del toreo: El Juli, César Rincón y Ortega Cano entre otros. Todos conscientes de la encrucijada en la que se encuentra la Fiesta.

“Avanzar en los derechos de los animales es hacerlo en respeto y empatía. El mundo camina hacia el individualismo feroz, pero si alguien es capaz de empatizar con un animal, le importará que su vecino maltrate a su mujer, que la gente pierda el trabajo o que alguien huya de la guerra en Siria”, recalca Barquero.