La UCT y Rhodes: retirada de estatuas y desmantelamiento del legado colonial

Durante las últimas tres semanas, los alumnos y alumnas de la Universidad de Ciudad del Cabo (UCT) han organizado protestas para exigir la retirada de la estatua de Cecil John Rhodes del campus universitario.

Esta campaña se ha extendido a otras universidades sudafricanas, como la Rhodes y la de KwaZulu-Natal, y ha recibido mensajes de apoyo de lugares tan lejanos como la Universidad de Oxford y la de Ámsterdam.

Aparentemente, la campaña ha tenido éxito, pues la UCT se ha comprometido a retirar la estatua. Sin embargo, los alumnos y alumnas siguen ocupando las dependencias administrativas de la universidad con una lista de demandas, entre las que se encuentran: la reducción de las “desorbitadas” tasas de las matrículas; el pago a todos los trabajadores y trabajadoras de la UCT de un salario mínimo que les permita vivir dignamente; la aplicación de “un plan de estudios que se centre de manera crítica en África y los subalternos”; y el reconocimiento de que “la historia de los que construyeron nuestra universidad (los negros esclavizados de la clase trabajadora) se ha borrado mediante la cultura institucional”.

Los alumnos/as de la UCT consideran que la estatua de Rhodes rinde homenaje al legado del imperialismo.

Según el historiador estadounidense Robert Rotberg, Rhodes fue un colonialista británico que fundó Rodesia (la actual Zimbabwe) y Rodesia del Norte (la actual Zambia), lo que le permitió asegurarse el control del 90% de las minas de diamantes y oro del mundo.

En su libro Founder: Cecil Rhodes and the Pursuit of Power (El fundador: Cecil Rhodes y la búsqueda del poder), Rotberg describe a Rhodes como a “un capitalista blanco de ínfulas imperialistas cuyo cruel desprecio hacia las aspiraciones africanas coincidía con las actitudes que imperaban entre los europeos de aquella época”.

Según Rotberg, su proyecto imperialista no estaba fomentado por el odio a los africanos, sino que, según el propio Rhodes, los africanos constituían un obstáculo para el progreso del imperio. Asimismo, el autor recalca que para Rhodes los africanos constituían la personificación de una “barbarie anacrónica”.

Por tanto, Rhodes pensaba que “los blancos tomarían el poder, instruirían a los africanos sobre asuntos superiores y formarían colonias en las que un puñado de blancos gobernarían a un gran número de negros y, naturalmente, dependerían de su trabajo”, escribe Rotberg.

Este es el discurso sobre la carga del hombre blanco que los estudiantes de la UCT llevan cuestionando durante las últimas tres semanas.

Según los medios de comunicación, Ramabina Mahapa, presidente del Consejo de Representantes Estudiantiles de la UCT (SRC), declaró que “los negros no se pueden sentir orgullosos en la UCT, ya que la universidad no habla positivamente de nuestra imagen”.

Según Mahapa, “a través del uso de símbolos, como el monumento a Rhodes, la universidad está discriminando a los negros”.

Esta no es la primera generación de alumnos negros de la UCT que expresan estos puntos de vista sobre la estatua de Rhodes. Incluso profesores sudafricanos blancos, como Melissa Steyn y Mikki van Zyl, llevaron a cabo una investigación en 1999 acerca de las experiencias que tenían los estudiantes en relación con la cultura institucional en la UCT.

Una de las revelaciones del estudio fue que los alumnos consideraban que la imagen histórica de la UCT estaba tan fuertemente arraigada en la supremacía blanca que “afirmar que la UCT es una universidad ‘africana’ no se corresponde con la realidad”.

 

TransformUCT

Lo que diferencia a esta nueva generación de alumnos y alumnas de la UCT de las anteriores es que ha conseguido llevar a cabo una exitosa campaña para retirar la estatua en cuestión.

Según el vicerrector de la universidad, Max Price, el grupo de altos directivos de la UCT apoya la propuesta de retirar la estatua de Rhodes del campus universitario.

Aunque históricamente se trata de un acto significativo, en esencia no cambia la cultura intelectual de la universidad.

TransformUCT, una asociación formada por profesores negros de diferentes departamentos y facultades de la UCT, hace hincapié en que la estatua de Rhodes simboliza el paisaje intelectual de la universidad, pues no ha conseguido transformar el legado colonial que heredó de la época del apartheid.

Dicho legado incluye “la escasa representación y la infravaloración del personal docente negro a todos los niveles y unos planes de estudio que ignoran en gran medida los conocimientos y prácticas africanos en toda su complejidad”.

TransformUCT aduce que dicha cultura institucional enajena al personal docente y al alumnado negro en toda la universidad.

Las opiniones de TransformUCT coinciden con las conclusiones del informe de 2008 elaborado por la Comisión Ministerial para la Transformación y Cohesión Social y para la Abolición de la Discriminación en los Organismos Públicos de Enseñanza Superior.

Aunque las conclusiones del informe se publicaron hace siete años, algunas de las observaciones recogidas en el mismo siguen describiendo con precisión el clima intelectual de la universidad.

Por ejemplo, según el informe, “algunas de las inquietudes sobre la cultura institucional de la UCT presentan una disyuntiva entre la persistente idea de la supremacía blanca en la institución, las realidades contextuales africanas y las aspiraciones de la universidad”.

La cifra de profesores blancos en la UCT asciende a aproximadamente el 87%, mientras que los docentes negros solo constituyen el 4% del total.

Según TransformUCT, “los privilegios de los blancos y la exclusión racial van de la mano y crean el contexto para los actuales retos relacionados con la equidad laboral en la UCT”.

Según el informe de 2008 publicado por la Comisión Ministerial, la “persistente idea de la supremacía blanca en la UCT” refuerza el sentimiento de pertenencia racial de los blancos en el campus, pero al mismo tiempo enajena y diferencia a los negros.

 

La supremacía blanca como modelo de excelencia

La sociología define la supremacía blanca como una dimensión del racismo que sobrevalora a los blancos por encima de los negros.

En la UCT se manifiesta de diversas maneras. Por ejemplo, según Adam Haupt, catedrático de estudios audiovisuales de la UCT, de raza negra, los estudiantes blancos de la universidad consideran el inglés estándar que hablan los blancos como “el modelo de excelencia al que todos deberíamos aspirar; el que use cualquier otro modelo es tachado de incompetente”.

En un artículo recientemente publicado, Haupt relata una experiencia personal en la que un estudiante le discriminó por su acento:

“Más recientemente he tenido que enfrentarme a un estudiante que intentó abandonar mi tutoría sobre estudios audiovisuales para apuntarse a un grupo de tutoría encabezado por una tutora licenciada más joven y menos experimentada, que resultó ser blanca. Según declaró mi alumno, tenía problemas con mi acento, lo cual superaba con creces el hecho de que yo he sido uno de los miembros del equipo docente que en los últimos 10 años ha ayudado a establecer la especialidad de estudios audiovisuales en la UCT”.

Los lingüistas negros alegan que el control del lenguaje nunca tiene que ver con que los verbos concuerden ni con pronunciar el final de las palabras, sino con negar a los negros la oportunidad de acceder a las oportunidades económicas y los cargos de influencia social.

Rosina Lippi-Green, una sociolingüista estadounidense, asegura que el mensaje del mundo anglosajón a la gente no blanca del planeta es que “deben asimilarse lingüísticamente o les dejaremos al margen sistemáticamente”.

Este es el discurso colonial (el legado de lo que representaba Cecil John Rhodes) con el que el personal docente y los alumnos negros de la UCT tienen que lidiar para progresar.

Fuera de la UCT, la lucha contra el legado colonial de Cecil John Rhodes debería incluir el cuestionamiento de su imagen tradicional como una especie de filántropo.

No sería mala idea pasar de la retirada de la estatua de Rhodes en la UCT al lanzamiento de una campaña mundial para cambiar el nombre de la beca Rhodes, para que refleje fielmente el proceso mediante el cual este personaje amasó su fortuna.

La beca Rhodes fue posible gracias al saqueo del sur de África por parte de Rhodes.

Por lo que a mí respecta, la beca Rhodes envía el mensaje implícito de que por muy malo que fuera el colonialismo, en definitiva la supremacía blanca es benévola.

Esto forma parte de la narrativa de la carga del hombre blanco. Y dicha narrativa debe cambiar.

 

Este artículo ha sido traducido del inglés.