Orquesta juvenil convierte basura en instrumentos y desagravia la pobreza

Orquesta juvenil convierte basura en instrumentos y desagravia la pobreza

Jóvenes de Cateura ensayan miércoles y sábados con instrumentos realizados por luthiers. Las piezas proceden del vertedero que cerca su barrio.

(Santi Carneri)

Entre los desechos de un vertedero a cielo abierto situado en uno de los barrios más pobres de Asunción, Paraguay, cientos de niños caminan con instrumentos musicales, grandes y pequeños, colgados a la espalda. Los estuches negros no escoden un Stradivarius o un violonchelo de maderas preciosas, sino violines, guitarras, flautas, saxofones y hasta contrabajos construidos con monedas, pedazos de tubería, plásticos, latas y restos de instrumentos donados.

Sus orgullosos propietarios son miembros de la Orquesta de Instrumentos de Reciclados de Paraguay, una agrupación infantil y juvenil surgida en Cateura, un barrio estigmatizado por su pobreza y por su cercanía al vertedero municipal de Asunción.

El proyecto ideado en 2006 por el técnico ambiental y músico paraguayo Favio Chávez, ha transformado su comunidad gracias a la música, a su empeño y al de sus alumnos.

Cuando Chávez llegó a Cateura, a sus calles sin asfalto, el barrio solo ocupaba páginas de sucesos en los diarios. Albergar la basura de toda una ciudad donde apenas existe un mínimo sistema de reciclaje da lugar a muchas notas policiales y sensacionalistas que ahondan los prejuicios sobre una comunidad dedicada en su mayoría al reciclaje de basura.

Chávez quería terminar su tesis sobre separación de residuos, pero los hijos de los gancheros, como son conocidos en Paraguay los trabajadores del vertedero, reclamaban su atención mucho más allá de la basura.

 

Nuevos sueños y oportunidades más allá del reciclaje

Técnico, pero también músico, decidió traer dos guitarras para entretener a los niños mientras sus padres y madres trabajaban entre los desechos. Los instrumentos ayudaron a alejarles de las peligrosas máquinas, de la suciedad y de otras amenazas que rodean el vertedero.

Cada vez más niños quisieron participar y Chávez no tenía instrumentos para todos, así que decidió convencer a "Don Colá", Nicolás Gómez, un veterano trabajador del vertedero para que recompusiera un violín roto.

Don Colá aprovechó maderas del instrumento original y añadió restos metálicos encontrados entre la basura para terminar un violín sui generis. Así nació la seña de identidad que ha hecho a la orquesta de Cateura alzarse por encima del resto de agrupaciones profesionales del país, ser convocados para conciertos por las casas reales de España y Holanda e invitados a la gira suramericana de la banda estadounidense Metallica.

"Cuando Favio lo agarró y tocó, yo no lo podía creer, nunca pensé que fuera a sonar", dijo a Equal Times el luthier Don Colá, mientras trabajaba en su humilde taller, pegado al vertedero.

Las precarias casas de los bañados, como son conocidos los pobres barrios que rodean Asunción, prácticamente se caen al agua. Con cada lluvia, todo se inunda. Viviendas pequeñas y familias numerosas, muchas carencias sociales, falta de servicios estatales, caminos, desagües, así es Cateura, pero con el plus de tener un enorme vertedero con poco control ambiental.

"La gente nos trae su basura y nosotros la convertimos en música", dice a Equal Times Jorge Cóne Ríos, padre de tres alumnas de la orquesta y uno de los más antiguos vecinos del barrio.

Gracias a la iniciativa de Chávez y el apoyo de Don Colá, pronto hubo guitarras, violines y tambores de hojalata para todos, incluso saxofones y trompetas, aprovechando las tuberías viejas. Cuando algunos alumnos comenzaron a adquirir nivel, Favio y las madres de muchos alumnos, impulsoras de la asociación comunitaria Armonía de Cateura que sostiene y organiza la escuela, formaron la orquesta.

Ahora cientos de niños sueñan con estudiar música, tocar, viajar, con salir del barrio. La escuela los acepta a todos y cuando se van formando, van entrando a la orquesta, que sale de gira nacional e internacional.

La comunidad y el país respeta a los "reciclados", como los mismos integrantes de la orquesta se reconocen.

La basura sigue ahí. Pero la barriada ya no destaca solo por su vertedero sino por sus niños corriendo cada miércoles y sábado con sus estuches de instrumentos en la mano.

 

Los de Cateura llegan a la gran pantalla

Ahora, el documental Landfill Harmonic, una producción estadounidense, retrata la experiencia musical de la Orquesta de Instrumentos de Reciclados de Paraguay.

El proyecto musical da el salto a gran pantalla de la mano de los directores Brad Allgood y Graham Townsley, quienes comenzaron a filmar a los protagonistas en 2012. La cinta, que se mostró en la comunidad de los músicos la pasada semana, se estrenará oficialmente en Estados Unidos el próximo mes de septiembre.

"Me siento un poco ansioso de que los paraguayos conozcan esta película. Siento cosquilleos al pensar que se proyectará en pantalla gigante y en las salas. Las chicas lo saben manejar mejor porque ya la vieron en distintos festivales. Me siento muy orgulloso de esto", dijo Cóne tras la presentación del filme.

Su hija Ada tenía 13 años cuando comenzó a aprender a tocar el violín en la orquesta, ahora con 18 años no duda de que el resto de su vida estará vinculada a la música y ya cuenta con una plaza en una importante escuela de la capital.

"Está pasando lo que supe desde un principio, que la película serviría para demostrar que a pesar de las adversidades la gente pobre o de escasos recursos puede salir adelante. En los barrios con más carencia también existen personas buenas, no delincuencia y marginalidad como hacen creer a los ricos", afirmó el orgulloso padre, sastre de profesión. Según Cóne, la película tiene muchas cosas buenas para mostrar: creatividad, arte, ecología y solidaridad. "Es excelente", sentenció.