Qatar Airways – el sexismo en el lugar de trabajo alcanza nuevas dimensiones

Puede que se promocione a sí misma como lo más novedoso en viajes de lujo, pero para las empleadas de la aerolínea, Qatar Airways está tocando nuevos fondos en términos de prácticas laborales sexistas en el sector de la aviación.

Además de exigir que las empleadas solteras sólo puedan casarse tras haber completado cinco años de servicio en la empresa – e incluso así, tienen que obtener primero la autorización de la misma –, quedarse embarazada es también punible con la rescisión del contrato.

Para conmemorar el Día Internacional de la Mujer este 8 de marzo, la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF) está llevando a cabo una campaña de solidaridad para protestar contra el trato que reciben las trabajadoras de Qatar Airways.

“Las trabajadoras del transporte se merecen mucho más”, dice la carta de protesta de la ITF.

“En nuestra opinión, las empresas decentes respetan los derechos de las mujeres. Su eslogan dice que ustedes son la aerolínea de cinco estrellas del mundo – pues ya es hora de que empiecen a actuar como tal.”

Desde su lanzamiento en 1994, Qatar Airways ha desempeñado un papel importante en el crecimiento de Qatar – que sobre una base per capita es el país más rico del mundo.

La mayoría de los clientes de la aerolínea son inversores cataríes y trabajadores/as migrantes.

Los 1,4 millones de trabajadores migrantes – procedentes principalmente de países como Nepal, India, Filipinas, Pakistán e Irán – sueñan con ganar suficiente dinero para que puedan tener una vida mejor ellos y sus familias en sus respectivos países.

Pero para la mayoría la realidad no podía ser más distinta.

Los trabajadores extranjeros, que representan un 95% de la mano de obra del sector privado en Qatar, apenas tienen derechos laborales, y algunos de ellos, en particular en el sector de la construcción, trabajan en unas condiciones que han llegado a calificarse de “esclavitud del siglo XXI”.

Los sindicatos son ilegales y todos los trabajadores migrantes están atrapados en el sistema (de patrocinio) de la kafala, que la Secretaria General de la Confederación Sindical Internacional (CSI) Sharan Burrow ha descrito como “un sistema feudal que recluye a hombres y mujeres en el país, sin derechos ni voz.”

Por esta razón la CSI ha encabezado el llamamiento para que la Copa del Mundo de 2022 se celebre en otro país a menos que la monarquía de este Estado del Golfo empiece a respetar los derechos de los trabajadores y trabajadoras.

Los trabajadores migrantes que construyen los estadios de la Copa del Mundo están sujetos a unas condiciones laborales atroces y tienen que vivir en unos campamentos de trabajo inmundos.

Se estima que hay muchas probabilidades de que aproximadamente 4.000 trabajadores mueran antes de que dé comienzo la Copa del Mundo de 2022.

En los cuatro vuelos diarios que se efectúan entre Doha y Katmandú, el personal de Qatar Airways ve con frecuencia que se transportan ataúdes a bordo.

 

Un tipo de miedo distinto

Pero si bien la mayoría de los 17.000 empleados/as de Qatar Airways – el 90% de los cuales no son de nacionalidad catarí – no corren el peligro de sufrir un repentino ataque de corazón ni de morir en accidentes laborales que podrían prevenirse, la tripulación de esta aerolínea conoce en cambio otro tipo de miedo.

Un artículo publicado recientemente en el sitio web sueco de noticias Expressen.se revela el verdadero alcance de lo que sucede detrás de la glamorosa fachada de esta empresa.

Es un lugar donde las mujeres trabajadoras tienen prohibido hablar con hombres en público y donde están constantemente vigiladas – y bajo la mirada indeseada del Director General de Qatar Airways, Akbar Al-Baker.

Al-Baker, conocido por su hosca personalidad, no ha ocultado en ningún momento su desprecio hacia los sindicatos.

“Si ustedes no tuvieron sindicatos, no tendrían el problema de desempleo que tienen en el mundo occidental”, declaró a la revista Arabian Industry el pasado mes de junio.

“El desempleo lo han ocasionado los sindicatos al suprimir la competitividad de las empresas y las instituciones y haciendo que se vuelvan ineficientes.”

Los trabajadores extranjeros de Qatar Airways se alojan en viviendas para el personal donde se ven obligados a respetar un estricto toque de queda.

Sus entradas y salidas están escrupulosamente controladas – al igual que las visitas que reciben.

Estas violaciones a los derechos humanos y laborales se vuelven más intolerables todavía a causa del sistema de patrocinio para la obtención de visados de trabajo, o kafala, que ata a los trabajadores a sus empleadores y en virtud del cual los trabajadores/as necesitan una autorización para cambiar de empleador y para abandonar el país.

“El mayor problema es que en este país no existen los derechos de los trabajadores, por lo que no hay ningún sitio adonde uno pueda ir a quejarse”, explica a la ITF un antiguo trabajador de Qatar Airways.

“Si algo no te gusta, simplemente te despiden; y si eso sucede antes de haber cumplido dos años con la empresa, tienes que pagar una fianza que muchos no se pueden permitir.”

Paddy Crumlin, Presidente de la ITF, opina que la única solución de momento es “que se lleven a cabo cambios fundamentales en la totalidad de su estructura”.

Y sobre todo, que se reemplace a Al-Baker como Director General.

“Las relaciones laborales en Qatar Airways es una herida de cara a al sector de la aviación mundial”, dice Crumlin a Expressen.se.

 

Este artículo ha sido traducido del inglés.