Rebelión en Bahrein: ¿y ahora qué?

 

Hace poco más de un mes se organizaron manifestaciones a favor de la democracia en la capital de Bahrein, Manama, y en otras localidades de los alrededores, en respuesta a un llamado de un colectivo de activistas jóvenes que se autodenominan “la rebelión de Bahrein” o Tamarod Bahrein.

Como al parecer el 15 de agosto marca el aniversario de independencia de la Corona Británica en 1971, se eligió la víspera para intensificar las protestas que se han venido organizando desde el 14 de febrero de 2011 a favor de la libertad y la democracia.

Sin embargo, esas protestas fueron reprimidas por las fuerzas de seguridad, que afrontaron a los manifestantes con gases lacrimógenos, escopetas de pistón y perdigones.

Los manifestantes eran mucho menos de lo que se esperaba y decenas fueron detenidos, según Yusuf al-Muhafeza, observador en el Centro de Derechos Humanos de Bahrein (BCHR) – muchos de los cuales no han sido aún liberados.

Según las declaraciones oficiales del Gobierno, el movimiento Tamarod ha “fracasado” gracias a las medidas cautelares adoptadas por las autoridades para reforzar las leyes penales y de lucha contra el terrorismo, además de la masiva presencia de las fuerzas de seguridad.

En la última ola de arrestos, la policía detuvo a un chico de 14 años, Ali Hatem Ali Salman el 26 de agosto de 2013 que, según informes, fue torturado durante un interrogatorio para que “confesara” haber participado en los disturbios.

Con todo, los organizadores de la manifestación afirmaron haber conseguido su objetivo de protestar pacíficamente.

 

Leyes contra el terrorismo

Se ha dado el nombre de Consejo Nacional a la reunión de las dos Cámaras – elegidas y nombradas – del Parlamento de Bahrein.

Ese Consejo, que está bajo el control de la mayoría favorable al Gobierno, había emitido 22 recomendaciones para oponerse a la protesta popular.

En una reunión conjunta – por primera vez en la política del país – ambas Cámaras recomendaron que se endurecieran las sanciones previstas en las leyes de lucha contra el terrorismo. Entre ellas figuraba la retirada de la ciudadanía bahreiní a todos los perpetradores – o instigadores – de “delitos terroristas”, así como la prohibición de todas las sentadas, marchas y reuniones en Manama.

Las dos Cámaras también otorgaban mayores poderes a las fuerzas de seguridad para luchar contra grupos políticos que apoyaran el “terrorismo”.

Esas recomendaciones fueron acogidas favorablemente por el régimen en el poder en Bahrein.

El rey Hamad al-Khalifa de Bahrein emitió varios decretos reales por los que se modificaban las leyes contra el terrorismo.

El Gobierno también se reunió en sesión extraordinaria para dar aplicación a las recomendaciones.

 

Críticas internacionales

Desde el inicio de las manifestaciones a favor de la democracia en febrero de 2011, la Ley relativa a la protección de la comunidad contra actos terroristas se ha aplicado contra la oposición política y los activistas de derechos humanos.

Muchos de ellos están cumpliendo actualmente penas de cárcel que oscilan entre un año y cadena perpetua, algunas de las cuales fueron dictadas por tribunales militares y luego confirmadas por tribunales civiles.

Por su parte, las organizaciones nacionales e internacionales de derechos humanos han criticado las medidas preventivas adoptadas por el Gobierno de Bahrein.

En una declaración, Amnistía Internacional indicó que la aprobación de las enmiendas a las leyes antiterroristas “darán lugar a más violaciones de las obligaciones internacionales de Bahrein en materia de derechos humanos”.

Amnistía también manifestó su temor de que esas enmiendas conduzcan a una “mayor erosión de los derechos a la libertad de expresión, de reunión y de crear asociaciones”, refiriéndose a la “manera en que las autoridades han utilizado erróneamente las leyes para suprimir la oposición”.

El BCHR también se manifestó sumamente preocupado por las medidas adoptadas por las autoridades bahreiníes que califica de medidas para “legitimar las violaciones de los derechos humanos”.

 

Diversas modalidades de la rebelión

Sin embargo, a pesar de todas las medidas de intimidación y de las numerosas amenazas a la seguridad y libertad individuales, miles de manifestantes salieron a la calle el 14 de agosto.

Algunas manifestaciones comenzaron por la mañana. Según algunas estimaciones, más de 60 manifestaciones tuvieron lugar en gran parte del territorio del país, incluida la capital, Manama.

Para evitar los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, los manifestantes también inventaron nuevas formas de protesta: las familias se sentaban frente a sus casas esgrimiendo pancartas a favor de la democracia y pidiendo la liberación de los prisioneros políticos.

La población de Bahrein no tiene una idea clara de si la rebelión ha triunfado o fracasado.

El Gobierno y los partidos políticos que le son leales no dejan de elogiar la eficacia de las fuerzas de seguridad para reprimir las manifestaciones, mientras que los grupos de oposición y los movimientos de jóvenes siguen convencidos de que el llamamiento de la rebelión ha sido un éxito.

Prueba de ello es que muchas manifestaciones tuvieron lugar, incluso en la capital.

Asimismo ponen de manifiesto el espíritu de responsabilidad de los ciudadanos que manifestaron, lo que confirmó que el movimiento bahreiní es un movimiento pacífico de protesta.

 

Resolución

Cabe preguntarse, sin embargo, si existen posibilidades reales de resolver la crisis en Bahrein.

Desde febrero de 2011, Bahrein ha atravesado una crisis política y de seguridad que ha causado muchas víctimas.

Se han dictado sentencias muy severas en contra de varios dirigentes políticos y activistas de derechos humanos. Miles de trabajadores y sindicalistas han sido despedidos de sus empleos y algunos de ellos no han podido aún volver a su puesto de trabajo.

A pesar de las repetidas promesas del Gobierno, que se ha comprometido a respectar las normas de derechos humanos, la oposición y las organizaciones de derechos humanos siguen exigiendo que el Gobierno aplique “de forma eficaz y honesta” las recomendaciones del comité de investigación, conocidas en el país como las “recomendaciones de la Comisión Bassiouni”, así como las recomendaciones formuladas por el Consejo de Derechos Humanos.

Se tiene la esperanza de que tarde o temprano se inicie otra ronda de diálogo político con la participación de los principales grupos de oposición, a pesar de sus reservas sobre el mecanismo para determinar quién ha de participar en el diálogo y los temas que se han de tratar, o de la manera en que se aplicarán los acuerdos que eventualmente se alcancen.

Sin embargo, los observadores no esperan que ese diálogo desemboque en acuerdos serios que liberen al país de del bloqueo actual, en especial en vista del apoyo internacional de que goza el Gobierno de Bahrein y la ayuda financiera que recibe de sus hermanos del Consejo de Cooperación del Golfo.

Por otra parte, la presencia de partidos que obstaculizan las reformas en el seno de la familia reinante, bajo la dirección del primer ministro que lleva 40 años en su puesto, significa que el Príncipe heredero (considerado por los partidos de oposición como alguien que podría conducir su país por el sendero de la reforma, aunque limitada) tiene las manos atadas.

 

 

Este artículo ha sido traducido del inglés.