Trabajadores aeroportuarios unidos para lograr un cambio

Opinión

Carol Ruiz lleva siete años trabajando en un aeropuerto de EEUU. Intenta mantener a su familia al tiempo que se recupera de un cáncer. “Tiene que ser justo para todos”, comenta, “tener un salario decente y seguro médico. Trabajamos muy duro para que nuestras aerolíneas sean buenas y los clientes estén contentos. Merecemos un trato mejor”.

Trabajadores aeroportuarios como Carol constituyen la espina dorsal de la industria de las aerolíneas comerciales. A cambio, se ven obligados a trabajar cada vez más duro, por menos dinero y viendo reducida su seguridad laboral. Hasta aquí han llegado.

El mes pasado se produjo el lanzamiento de una nueva organización, Airports United (Aeropuertos Unidos), que representa a decenas de miles de trabajadores aeroportuarios en más de 100 aeropuertos del mundo. Su misión es clara: mejorar la aviación garantizando la justicia económica, la protección y la seguridad laboral para todos aquellos que contribuyen al éxito de la industria.

El nacimiento de la nueva organización se vio apoyado por la publicación de un informe de la ITF –Record profits for airlines; airport workers under pressure (Beneficios récord para las aerolíneas, trabajadores aeroportuarios bajo presión)– que revela justamente aquello contra lo que se rebelan los trabajadores. Y demuestra que, pese a que en el sector se prevén beneficios récord este año, las aerolíneas aprovechan cualquier oportunidad para recortar gastos. Esto ha derivado en una espiral descendente, ejerciendo enormes presiones y pasando factura al personal aeroportuario, la seguridad y la calidad de los servicios.

Cada vez más servicios de las aerolíneas y los aeropuertos se dejan en manos de subcontratistas donde, generalmente, las condiciones de trabajo son malas. Esta cultura de recorte de gastos ha desembocado en un alto grado de rotación del personal y una plantilla menos experimentada. Los propios trabajadores han manifestado que esto conduce a retrasos en los vuelos, un creciente riesgo de violaciones de las normas de seguridad –los nuevos empleados tienen dos veces más probabilidades de infringirlas de manera no deliberada– y la introducción de todo tipo de recortes en una carrera por cumplir los plazos establecidos con cada vez menos personal, con lo que se pone en peligro la seguridad del personal y de los aviones.

Obvia decir que un personal aeroportuario bien entrenado resulta vital para la seguridad y el bienestar de los pasajeros. Incluyen a todos aquellos que se ocupan de la seguridad, la asistencia con sillas de ruedas, reaprovisionamiento de combustible, manejo de carga y equipajes, limpieza de la cabina y facturación de pasajeros. A menudo son los primeros que responden en caso de emergencia, y aportan una asistencia vital para conducir a los pasajeros a las áreas seguras del aeropuerto.

El estudio revela asimismo una tendencia a la baja en el número de personal aeroportuario, así como una carga de trabajo cada vez mayor para los que conservan su empleo. Por ejemplo, en el aeropuerto de Hamburgo en Alemania, había 531 trabajadores por millón de pasajeros en 2006. Para 2011, la proporción se redujo a 466 por millón de pasajeros. Para colmo de males, un personal con una carga de trabajo cada vez mayor y más estrés, asiste atónito a la bajada de salarios.

 

Llamada de atención

Por todos estos motivos, nos enorgullece apoyar a Aeropuertos Unidos y a todos sus trabajadores y trabajadoras. La nueva red ha lanzado ya una clara llamada de atención a la industria de la aviación civil, de que existe un grave problema en su seno, que debe ser abordado.

Para marcar su establecimiento, el 1 de junio se organizaron manifestaciones, con despliegue de pancartas y distribución de volantes en 33 aeropuertos de Argentina, Australia, Brasil, Alemania, Irlanda, Corea del Sur, Suecia, Países Bajos y EEUU en apoyo a sus reivindicaciones de justicia económica, protección y seguridad en el trabajo.

Al día siguiente transmitieron su enérgico mensaje –que las compañías se enriquecen cada vez más, mientras el personal gana menos, trabaja más y se ve despojado de su seguridad laboral– directamente a los ejecutivos de las compañías, reunidos con ocasión de la asamblea general anual de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) en Dublín, Irlanda. Pueden ver fotos de estas acciones pulsando aquí y seguir los progresos del grupo en Twitter utilizando el hashtage #AirportWorkers.

Fue un gran comienzo. Al que seguirían rápidamente más buenas noticias. La central sindical de los Países Bajos FNV, miembro de Aeropuertos Unidos, registró una doble victoria en el aeropuerto de Schiphol.

Gracias a los esfuerzos del sindicato, la aerolínea nacional KLM se vio obligada a renunciar a la inclusión en las negociaciones del convenio colectivo de sus planes para la externalización de 6.000 de los 16.000 puestos de trabajo en el aeropuerto. Justo cuando Walter Van der Vlies, miembro de FNV y representante del personal de tierra de Schiphol, hablaba a la prensa en Dublín, Schiphol y sus compañías de servicios de seguridad decidieron contratar al menos a 40 agentes de seguridad adicionales, limitar a dos horas el tiempo que los trabajadores deben permanecer de pie, e instalar climatización.

Aeropuertos Unidos tiene un importante mensaje y una importante misión. No cabe duda de que empezaron de manera destacable. También es seguro que continuará creciendo y luchando por los cambios que deben introducirse por el bien de todos aquellos –pasajeros y trabajadores por igual– que queremos una industria de la aviación segura, justa y eficiente.

 

Este artículo ha sido traducido del inglés.