¿Y después de la ratificaión del C189 por parte de alemania, qué?

 

Dos años después de que la Organización Internacional del Trabajo adoptara el Convenio 189 sobre los derechos de los trabajadores/as del hogar, Alemania se ha convertido hoy en el noveno país en haberlo ratificado. A pesar de ser sólo el segundo país europeo en ratificar el C189, este ha sido uno de los procesos de ratificación más rápidos de la historia alemana.

Ya cuando se celebró la Conferencia Internacional del Trabajo de 2011, la Canciller alemana Angela Merkel expresó su apoyo al convenio, demostrando que la voluntad política del Gobierno siempre había estado presente.

Once meses después, la Hans-Böckler-Foundation de la Confederación Alemana de Sindicatos (DGB) publicó un informe de investigación que revelaba la ausencia de obstáculos legales para la ratificación alemana del C189 y que no se necesitaría modificar ninguna ley.

Hasta ahora este ha sido el único requisito para todos los Gobiernos alemanes que desde 1945 han querido ratificar convenios internacionales: que la ley se ajuste al tratado internacional que se vaya a ratificar.

Por eso se ha tardado más de siete años en ratificar el Convenio sobre el trabajo marítimo – que también ha sido aprobado hoy por el Parlamento Federal.

En este caso fue preciso redactar una legislación laboral completamente nueva.

Pero, después de las celebraciones, ¿cuál es el siguiente paso?

La situación de los trabajadores/as del hogar en Alemania es que al 95% de las 700.000 trabajadoras del hogar que se calcula hay en el país, se les paga en efectivo.

En muchos casos estos hombres y mujeres trabajan varias horas en un sitio y varias horas en otro.

En consecuencia, los trabajadores no pueden beneficiarse de una baja por enfermedad remunerada, de prestaciones por desempleo, ni de una pensión por parte del empleador. Pero además no pagan impuestos, lo cual debería interesar al Gobierno alemán.

La ratificación del convenio se realizó excluyendo a más de 50.000 personas, a saber, los/as asistentes sociales internos dedicados día y noche al cuidado de personas mayores a domicilio.

Nosotros, en tanto que sindicatos, consideramos que ahora se tienen que adoptar las medidas necesarias para tomar las riendas de este sector informal.

Necesitamos un debate público sobre la economía informal. Pagar a los trabajadores del hogar “por debajo de la mesa” no debería estar aceptado en nuestra sociedad como un delito menor.

El procedimiento normal ha de ser que toda persona empleada de un hogar tenga derecho a una protección del empleo a través de la seguridad social.

También nos hace falta un sistema sostenible que ofrezca condiciones de trabajo decentes a los trabajadores del hogar y que siga permitiendo a las familias obtener la ayuda que necesitan.

El método para registrar a un trabajador del hogar hoy en día, en el marco del denominado “minitrabajo” – que permite a los trabajadores del hogar ganar un máximo de 400 euros al mes – no resulta práctico.

Nadie puede vivir con ese dinero; pero por otra parte se les prohíbe tener más de un minitrabajo.

Por último, tenemos que proporcionar seguridad social desde la primera hora de trabajo hasta la última, y tenemos que conseguir que el convenio colectivo entre el Sindicato de Hostelería, Alimentación e Industrias Afines NGG y la asociación de empleadores Netzwerk Haushalt sea generalmente vinculante.

La ratificación ha sido un primer paso importante, pero ahora tenemos que efectuar estos cambios para repercutir realmente en la vida de los trabajadores y trabajadoras del hogar de Alemania.

 

Este artículo ha sido traducido del inglés.