Zimbabwe: sindicatos interrogan al Gobierno sobre planes de flexibilización laboral

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El Gobierno zimbabwense ha sido acusado de renegar de su promesa de mejorar los derechos de los trabajadores tras anunciar sus planes de enmienda a la legislación laboral para abrir paso a la flexibilización laboral.

En la presentación del presupuesto de 2015 el pasado mes de diciembre, el Ministro de Finanzas Patrick Chinamasa señaló que para poder atraer más inversión extranjera directa (IED) sería preciso relajar la legislación laboral del país.

Dijo que la legislación actual proporciona demasiada protección a los trabajadores y que hace peligrar la viabilidad de las empresas que están luchando para mantener “unas escalas salariales insostenibles”.

“La estructura del costo de nuestras empresas no es sostenible, no podemos competir con otras empresas de la región, (...) tenemos unos costes laborales demasiado altos”, dijo ante una audiencia de líderes empresariales con ocasión de la entrega de los Premios BUY Zimbabwe en diciembre.

Por otra parte, en un Congreso sobre el Panorama Económico 2015 de la Confederation of Zimbabwe Industries, celebrado en Harare la semana pasada, Chinamasa hizo un llamamiento a favor de una congelación total de los salarios en todos los sectores.

El Gobierno está proponiendo, entre otras medidas, que las negociaciones salariales se lleven a cabo a nivel empresarial, en lugar de hacerlo a nivel sectorial.

El gabinete ha aprobado los principios de enmienda, abriendo así las puertas a las propuestas que habrán de presentarse ante el Parlamento, donde se espera serán aprobadas.

Pero el Presidente del Zimbabwe Congress of Trade Unions (ZCTU), George Nkiwane, dijo que las propuestas de Chinamasa van totalmente en contra de los principios acordados en la plataforma de diálogo social de Zimbabwe, el Foro de Negociación Tripartita (FNT).

“Los principios inicialmente acordados se ajustaban a la Constitución y eso se gestionó cuidadosamente. Este cambio por parte del Gobierno supone una violación de los derechos de los trabajadores y trabajadoras y, efectivamente, una violación de la Constitución “, declaró Nkiwane a Equal Times.

Dijo que los representantes de los trabajadores, de las empresas y del Gobierno presentes en el FNT habían acordado que las enmiendas a la legislación laboral del país se centrarían en la armonización, respetando las normas internacionales del trabajo, la protección de los trabajadores contra la temporalidad del empleo y el reconocimiento de los plenos derechos de los trabajadores y trabajadoras a la negociación colectiva.

No obstante, Nkiwane describió las propuestas de Chinamasa como lo opuesto a lo que se había acordado. Además acusó al Gobierno de socavar la labor del Consejo Nacional de Empleo, que negocia los salarios mínimos en Zimbabwe.

Tanto Chinamasa como el recién nombrado Ministro de Trabajo, Prisca Mupfumira, no estaban disponibles para hacer ningún comentario cuando fueron contactados por Equal Times.

Pero Nkiwane ha expresado esperanzas de que Mupfumira esté dispuesto a entablar un diálogo sobre las enmiendas propuestas.

“El actúa el Ministro tiene algo de experiencia en la industria, y estamos convencidos de que, mediante un compromiso, conseguiremos hacer progresos”, expresó Nkiwane.

 

¿Un demonio necesario?

Tau Tawengwa, investigador en el ámbito industrial, que trabaja en Harare, dijo a Equal Times que las propuestas respecto a la flexibilidad del mercado laboral eran un “demonio necesario” en aras de la prestación de servicios eficientes y de la buena gobernanza económica.

“Las leyes laborales rígidas no permiten el empleo a gran escala en sectores que son altamente intensivos en mano de obra”, dijo.

No obstante, Joel Akhator Odigie, Coordinador de derechos humanos y sindicales para la oficina en África de la Organización Regional Africana de la Confederación Sindical Internacional (CSI África), explica que lo que está sucediendo en Zimbabwe es sintomático de algo que está sucediendo en todo el continente gracias a las intervenciones “destructivas” de instituciones financieras internacionales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

“La flexibilidad es una estrategia por la cual se utiliza la mano de obra para incentivar la IED. Pero es también una manera de desregular el mercado laboral y de liberar al Estado de la responsabilidad de proteger a los trabajadores y trabajadoras”, declaró a Equal Times.

Sostiene que una mano de obra bien formada, competente y adecuadamente remunerada es un método mucho más efectivo para atraer inversores que ofrecer sueldos baratos e incentivos cortos de vista.

“La flexibilización laboral es una carrera al fondo”, dijo Odigie. “Empobrece aún más a los trabajadores y proporciona a las IED unos beneficios que no pueden ser retenidos en el seno de la economía local.”

 

Este artículo ha sido traducido del inglés.