Turquía: Se exigen mejoras en la seguridad tras la muerte de 10 trabajadores de la construcción

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Continúan en Turquía las protestas tras la muerte de diez trabajadores de la construcción el domingo pasado en Estambul, un incidente que ha vuelto a centrar el foco de atención en el funesto historial que sigue acumulando este país en materia de seguridad de los trabajadores.

Los trabajadores, que estaban construyendo un rascacielos de lujo en Estambul, sufrieron una caída mortal desde una altura de 32 plantas al producirse un fallo en el mecanismo de frenado del ascensor en el que se encontraban.

Se alega que antes del accidente del 6 de septiembre, las autoridades del lugar habían ignorado repetidamente las advertencias en cuanto a los problemas que tenía el ascensor, así como otras cuestiones de seguridad en la obra.

La policía utilizó la fuerza para dispersar a los manifestantes que se habían reunido cerca de la obra al día siguiente de producirse el accidente mortal, y se notificó también de la organización de otras manifestaciones en Izmir, al oeste de Turquía.

Dirigentes sindicales y políticos de la oposición han criticado enérgicamente tanto al Gobierno como a la Torunlar Real Estate Investment Company (REIC), la empresa pública de construcción encargada de la obra del Torun Center, un complejo residencial de lujo situado en el terreno del antiguo estadio de fútbol de Galatasaray, en la que fallecieron los trabajadores.

Además de acusarlos a ambos de negligencia y favoritismo, los sindicatos han calificado las muertes de “asesinato industrial”.

Los medios de comunicación locales también haninformado de las condiciones en las que se encuentran los trabajadores que viven in situ.

Torunlar REIC ha interrumpido indefinidamente el trabajo en la obra y ha puesto en marcha una investigación, según se explica en un comunicado de prensa de la empresa.

“En este país las normas de seguridad no tiene ningún sentido”, declaró a Equal Times Tekin Aslan, dirigente del Sindicato de Trabajadores de la Construcción (İnşaat İşçileri Sendikası), durante una manifestación organizada el 8 de septiembre a las puertas de la obra del Torun Center.

Las normas de seguridad tienen que ser prioritarias, no los beneficios – dijo Aslan.
“Pero, por desgracia, aquí las cosas no funcionan así.”

En el transcurso de la manifestación, los trabajadores de la construcción de otras partes de Estambul bloquearon el tráfico de la autopista principal, exigiendo que se ponga fin a las condiciones de trabajo “inhumanas” que existen en el complejo residencial del Parque de Tema.

“La comida que nos dan tiene insectos. Todos tenemos problemas de salud. No nos pagan con regularidad”, declaró un manifestante a los medios de comunicación locales. Parece ser que, desde entonces, la empresa de construcción ha accedido a entablar negociaciones.

 

“Una sucesión de Somas”

El pésimo historial en materia de seguridad en los lugares de trabajo que ha ido acumulando Turquía resonó en los titulares internacionales el pasado mes de mayo después de que más de 300 mineros murieran al producirse una explosión y un incendio que los dejó atrapados en el interior de una mina de carbón cerca de Soma, Turquía.

“Igual que lo que sucedió en Soma no fue ni casualidad ni accidente, lo que ha sucedido aquí tampoco es un accidente. Se trata claramente de un asesinato”, dijo Arzu Çerkezoğlu, Secretario General de la Confederación de Sindicatos Progresistas (DİSK) ante la multitud reunida a las puertas del Torun Center.

“Si continúa negándose a abordar el problema que tiene en materia de seguridad, Turquía va a enfrentarse a una sucesión de Somas”, declaró a Equal Times Rory O’Neill, editor de la revista Hazards.

Turquía registra la tercera tasa mundial más alta de accidentes laborales mortales, y la tasa más alta de Europa, según las estadísticas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Basándose en los datos proporcionados por la DİSK y el Instituto de Estadística de Turquía (TÜİK), los medios de comunicación turcos informan de que, desde el año 2002, más de 13.000 trabajadores han perdido la vida en el país debido a accidentes laborales.

Al menos 272 trabajadores de la construcción han muerto en Turquía en 2014, según datos de la Asamblea de Seguridad Laboral y Sanitaria de los Trabajadores Turcos.

O’Neill considera que existen tres factores principales que podrían contribuir a mejorar drásticamente las condiciones de seguridad de los trabajadores turcos.

“Un sistema de regulación y cumplimiento de la normativa que implique que los empleadores sin escrúpulos se enfrenten a posibilidades reales de ser atrapados. Un sistema de justicia efectivo que encarcele a quienes cometan crímenes relacionados con la seguridad laboral. Y unos sindicatos informados y capacitados, con una voz en el lugar de trabajo y derechos a saber y a dejar de trabajar cuando se identifique alguna amenaza inminente para la salud. Turquía no aplica ninguno de estos factores. Es una sucesión de accidentes completamente previsibles.”

Aunque Turquía aprobó una ley de salud y seguridad ocupacional en el año 2012, los accidentes mortales no han hecho sino aumentar, expresó la DİSK en una declaración publicada después de las muertes que se produjeron el domingo.

En respuesta a este último accidente mortal, el Viceprimer ministro Bülent Arınç anunció el 9 de septiembre que el Gobierno enviaría rápidamente al Parlamento dos Convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para su ratificación.

Turquía no ha ratificado todavía 48 Convenios de la OIT, incluyendo el Convenio sobre seguridad y salud en la construcción, el Convenio sobre la prevención de accidentes industriales mayores y el Convenio sobre salud y seguridad en las minas.

Los trabajadores fallecidos en el accidente del ascensor del Torun Center son Bilal Bal, Vahdet Biçer, Cengiz Bilgi, Tahir Kara, Ferdi Kara, Hıdır Ali Genç, Menderes Meşe, İsmail Sarıtaş, Cengiz Tatoğlu y Murat Usta.

 

Este artículo ha sido traducido del inglés.