A pesar de la escasa inversión, las tecnologías geoespaciales demuestran ser un motor esencial del desarrollo en África

A pesar de la escasa inversión, las tecnologías geoespaciales demuestran ser un motor esencial del desarrollo en África

An aerial view of long horns cows in Central Equatoria, Terekeka, South Sudan. Geospatial technology, such as drones, can help generate critical scientific data to support evidence-based decision making.

(AFP/Eric Lafforgue/Hans Lucas)

Pese a la escasa inversión de los gobiernos y de la falta de marcos jurídicos que regulen su uso, las tecnologías geoespaciales se están aplicando ya en múltiples ámbitos en toda África y están demostrando ser herramientas indispensables en el desarrollo socioeconómico del continente, según una reciente conferencia sobre el tema.

La quinta edición de la Conferencia Internacional del Centro Regional de Cartografía de Recursos para el Desarrollo (RCMRD), celebrada en formato virtual y presencial en Nairobi (Kenia) entre el 6 y el 8 de septiembre de 2022, analizó el tema de los “Servicios de observación de la Tierra para la resiliencia de los sistemas sociales”.

“Las tecnologías geoespaciales resultan decisivas para aumentar la resiliencia de los sistemas sociales y, más importante aún, para tomar decisiones basadas en datos empíricos que propicien la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)”, explica a Equal Times Emmanuel Nkurunziza, director general del RCMRD, desde la sede de la organización, en Nairobi.

El término hace referencia a las herramientas de última generación que permiten recopilar, almacenar y analizar información geográfica. Incluyen la teledetección, los sistemas de posicionamiento global (GPS) y los sistemas de información geográfica (SIG), y se están utilizando en ámbitos tan diversos como la ayuda humanitaria, la agricultura o la planificación urbana, para llevar a cabo tareas como la cartografía de bosques, lagos y otros ecosistemas sensibles para la vigilancia de la biodiversidad, la reducción del riesgo de desastres y la gestión de catástrofes.

En los países que autorizan el uso de vehículos aéreos civiles no tripulados, comúnmente conocidos como drones, las tecnologías geoespaciales se están utilizando en la agricultura para rociar pesticidas en granjas y pastizales, como sucedió, por ejemplo, durante la reciente plaga de langostas que arrasó el Cuerno de África. Además, han demostrado su utilidad en la distribución de suministros básicos, como medicinas, en zonas remotas y en la generación de datos científicos cruciales durante las catástrofes para la adopción de decisiones basada en datos reales.

“Hemos afrontado varios desafíos en la región, como las recientes inundaciones [en Sudán, Malaui, Sudáfrica y, después de la conferencia, en Nigeria]. Estamos teniendo problemas de sequía que están afectando a la seguridad alimentaria y provocando escasez de agua y asistiendo a la presión creciente de la expansión urbana. Todos estos retos requieren que intensifiquemos nuestra capacidad de monitorización del territorio para ser capaces de desarrollar estrategias de mitigación”, explica Nkurunziza, así como para mejorar la eficiencia en la prestación de servicios a los 1.400 millones de habitantes de África.

La importancia de la precisión de los datos

Los más de 600 asistentes a la conferencia profundizaron en siete temas –como la geoinnovación en la salud o las ciudades inteligentes y verdes– y escucharon los éxitos y las lecciones que pueden extraerse del uso de las tecnologías de observación de la Tierra. Por ejemplo, en el ámbito de la gobernanza forestal, las aplicaciones utilizadas en dos observatorios forestales dedicados a la vigilancia de los ecosistemas de África del sur y central están proporcionando datos cruciales en tiempo real que permiten mejorar la gestión de los bosques, según explica Robert Nasi, director general del Centro de Investigación Forestal Internacional (CIFOR) con sede en Bogor (Indonesia).

Uno de dichos observatorios, el Observatorio Forestal de África Oriental y Meridional (OFESA), proporciona información sobre las tendencias y las amenazas en los bosques de Etiopía, Kenia, Tanzania, Mozambique y Uganda, que permite mejorar las decisiones necesarias para la gestión de los ecosistemas forestales.

La iniciativa, dirigida por el CIFOR y el RCMRD, con fondos de la Unión Europea, está elaborando un marco de gobernanza que permitirá a los países participantes compartir, utilizar y analizar datos para abordar problemas comunes, como la deforestación o la invasión humana de los espacios naturales.

“Uno de los principales problemas de las instituciones forestales es la falta de datos actualizados, lo que reclama un mayor esfuerzo para actualizar los ya existentes. En OFESA estamos abordando estas carencias de capacidad y colaborando en el desarrollo de un marco de gobernanza que facilite el intercambio de datos”, afirma Douglas Bwire, responsable de Investigación del CIFOR.

Los datos recabados por OFESA se compartirán con los Gobiernos y las organizaciones de protección de los bosques a través de informes periódicos sobre el estado de los mismos. Bwire reconoce que, sin datos precisos, resulta imposible controlar para su conservación los aspectos ecológicos, medioambientales y sociales de las zonas boscosas.

Una iniciativa más ambiciosa aún es Digital Earth Africa (DE Africa). “DE África está empoderando a los países de toda África con observaciones del territorio para propiciar la mitigación y la adaptación climática, una mayor seguridad alimentaria y el desarrollo sostenible”, explica a Equal Times Kenneth Mubea, responsable de Desarrollo de Capacidades de DE África. Cualquier persona, sea del sector privado, del público o de la sociedad civil, puede utilizar los datos generados, siempre que sea con fines de desarrollo.

Entre sus socios se encuentran el Instituto de la Región Africana para la Ciencia y la Tecnología de la Información Geoespacial (AFRIGIST), con sede en Nigeria, el Centro de Investigación de Agricultura, Hidrología y Meteorología (AGRHYMET), con sede en Níger, el Observatorio del Sáhara y el Sahel (OSS), con sede en Túnez, y el RCMRD, entre otros organismos regionales.

“Hemos logrado un gran impacto y recibimos numerosos testimonios de los usuarios finales. Por ejemplo, hemos apoyado la iniciativa de mapeo de los manglares [en Zanzíbar (Tanzania)], la reubicación de las jirafas que habitaban en una isla inundada por el lago Baringo (Kenia) y ofrecemos formación gratuita”, explica Mubea.

La plataforma imparte formación en línea para ayudar a los usuarios a explorar y visualizar los datos disponibles. Por ejemplo, se ofrecen sesiones semanales en inglés y francés de orientación sobre los diversos usos y aplicaciones que tienen los datos de la observación de la Tierra para el trabajo diario a los usuarios.

Un motor de desarrollo

La conferencia también puso de manifiesto algunos de los obstáculos que frenan el despliegue a gran escala de las tecnologías geoespaciales en África. En concreto, la escasez de inversión. Además del desconocimiento sobre estas tecnologías por parte de quienes manejan los hilos del dinero público, está el problema de la escasez de recursos y la falta de capacidad para mantener y aumentar el uso de estas tecnologías.

Un informe de 2019 del Africa Regional Data Cube (ARDC), un proyecto de recopilación de imágenes satelitales y datos de observación de la Tierra en cinco países africanos, ofrece una buena idea de algunos de estos desafíos. Por ejemplo, el informe señala que se necesitan “entre cuatro y seis meses de deliberaciones con las partes interesadas para lograr un marco institucional y que acepten invertir tiempo y recursos humanos en la adopción del ARDC”. Pero muchas otras organizaciones e iniciativas no tienen el tiempo o los recursos necesarios para dedicar este constante nivel de compromiso y cabildeo.

También se señala que hay que invertir una cantidad de tiempo considerable en “conseguir que los usuarios se familiaricen con la tecnología, para que comprendan bien qué es, qué información puede proporcionar y cómo acceder a ella y utilizarla”.

Otro problema que puede frenar la generalización del uso de las tecnologías geoespaciales en África es la ausencia de reglamentación. Una de las víctimas de esta carencia es Fahari Aviation, una filial de Kenya Airways. Aunque sus drones se utilizan ampliamente para la cartografía aérea, la agricultura, la topografía, el transporte y la aviación, la empresa ha tenido dificultades para expandirse más allá de las fronteras keniatas debido a la falta de reglamentación en los países miembros de la Comunidad de África Oriental (CAO), de la que Kenia es miembro fundador –y ello a pesar de que la empresa se ha asociado con el gigante aeroespacial Boeing para introducir vehículos aéreos no tripulados para la inspección y el mantenimiento de aviones–.

“Como todos sabemos, la falta de datos precisos es un problema grave en toda África que obstaculiza la planificación. Podría remediarse fácilmente desplegando la ciencia de la observación de la Tierra. Por experiencia sabemos que la tecnología que utilizan los drones permite una precisión inigualable”, afirma el director general de Fahari Aviation, Hawkins Musili. Sin embargo, hasta que no mejore la reglamentación y se invierta más dinero en el sector, sus beneficios seguirán siendo limitados en el continente.