Armas autóctonas para nuestra propia destrucción masiva

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Si hubiera una razón que ayudara a explicar las numerosas situaciones de conflicto armado, violencia política y colapso estatal en toda la región de Oriente Medio y el Norte de África (MENA, por sus siglas en inglés) sería el hecho de que decenas de millones de jóvenes desesperados deambulan como fantasmas por sus propias sociedades, incapaces de gozar de un empleo satisfactorio o de una ciudadanía significativa.

Es impresionante la cantidad de jóvenes (algunos de apenas 14 años) que hay dispuestos a unirse a grupos armados, organizaciones criminales y milicias extremistas, como se puede ver en Iraq, Yemen, Siria, Sudán, Libia y zonas de otros países árabes.

Entre las causas de esta triste realidad se encuentra el hecho de que, desde la década de 1970 cuando varias familias partidarias del Estado policial se hicieron con el control de muchos de nuestros gobiernos, la mayoría de las sociedades árabes no han conseguido crear una relación productiva entre sus sistemas educativos y sus mercados laborales.

Millones de jóvenes en edad escolar nunca han pisado una escuela y muchos millones más están en riesgo de abandono escolar.

Ellos son decenas de millones de jóvenes árabes furiosos, asustados y en su mayoría desesperados que constituyen una presa fácil para los movimientos radicales y criminales, así como para los sistemas corruptos de gobernanza, que hoy en día representan las mayores amenazas para nuestros países.

Se trata de amenazas autóctonas, no de invasores ni colonizadores procedentes del extranjero.

Los nuevos datos publicados a principios de este mes por Unicef y el Instituto de Estadística de la Unesco permiten realizar un sólido análisis de la magnitud y las causas de este problema de los “niños no escolarizados”.

Los datos revelan que en todo el mundo árabe más de 21 millones de niños y adolescentes no están escolarizados o se encuentran en riesgo de abandono escolar.

Lo más preocupante es que en la última década la cifra de niños no escolarizados había disminuido en un 40%, pero ahora parece que nuestros ciudadanos más jóvenes han vuelto a caer en desgracia.

Esto se debe a una combinación de razones, entre las que se incluyen la pobreza, la discriminación de género y de otros tipos, la mala calidad del aprendizaje, las actitudes sociales, los matrimonios a edades tempranas, la falta de mujeres docentes y los conflictos.

 

Escolarizados, pero sin aprender

Sabemos muy bien cuál será el destino de los 12,3 millones de niños y adolescentes no escolarizados en la región de Oriente Medio y el Norte de África (MENA), los más de seis millones en riesgo de abandono escolar y los tres millones que han dejado de ir a la escuela en Siria e Iraq.

La abrumadora mayoría de estos más de 21 millones de niños y niñas probablemente tengan que enfrentarse a una vida de pobreza, vulnerabilidad, marginación, mala salud, degradación y sufrimiento, lo cual constituye la receta perfecta para una inestabilidad y violencia permanentes.

En mi opinión, el hallazgo más alarmante del informe es que los adolescentes abandonan los estudios principalmente debido al bajo nivel de la enseñanza y a la escasa calidad de los entornos educativos.

El informe no profundiza demasiado en este asunto, pero yo me enteré del bajo rendimiento de los niños/as árabes escolarizados cuando realicé una investigación para una universidad estadounidense sobre la relación existente entre la educación y las revoluciones árabes.

Los datos disponibles de las pruebas que miden la alfabetización y las capacidades matemáticas de los estudiantes de educación primaria y secundaria a nivel mundial revelan que alrededor de la mitad de todos los niños/as escolarizados en el mundo árabe no están aprendiendo nada.

Voy a repetirlo para dejar claro que no se trata de una errata: alrededor de la mitad de todos los niños/as escolarizados en la región de Oriente Medio y el Norte de África no están aprendiendo nada.

Un contundente informe publicado el año pasado por la Brookings Institution (Arab Youth: missing educational foundations for a productive life?) analizaba los resultados de las pruebas en 13 países árabes.

La conclusión fue la siguiente: “Basándonos en los promedios de las puntuaciones de las pruebas de alfabetización y capacidades matemáticas realizadas en los 13 países para los que disponemos de datos, calculamos que el 56% de los estudiantes de primaria y el 48% de los de secundaria elemental no están aprendiendo”.

Estos son valores promedio. Los resultados para algunos países son increíbles, incluidos los de algunos de los acaudalados Estados productores de petróleo.

En 2011, el porcentaje de estudiantes de primaria que no llegaban a un nivel básico de aprendizaje (el promedio de alfabetización y capacidades matemáticas) ascendía a aproximadamente el 90% en Yemen, el 77% en Marruecos, el 69% en Kuwait y el 63% en Túnez.

Los países con mejores resultados (con entre un 30 y un 40% de estudiantes que no aprendían) fueron Bahrein, los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita, aunque en la rica Qatar, por ejemplo, más del 53% de los niños de secundaria elemental no estaban aprendiendo.

Éstas no son solo las primeras señales de alerta para que nuestras sociedades se tomen en serio el poner fin a la sangría de nuestro talento y potencial humano.

Son las señales de un peligro inminente advirtiéndonos de que dejemos de empujar hacia el desastre a las decenas de millones de nuestros niños a los que se niega la oportunidad más importante de sus vidas: la de desarrollar su máximo potencial intelectual y creativo para poder participar como ciudadanos de pleno derecho en la construcción de sociedades estables y satisfactorias.

De no ser así, esas decenas de millones de jóvenes árabes sin educación se convertirán en las armas que se encarguen de nuestra propia destrucción masiva.

 

Este artículo ha sido traducido del inglés.

Este artículo se ha vuelto a publicar con el permiso de la Agence Global. Copyright ©2015 Rami G. Khouri.