Brexit: ¿merece la pena correr el riesgo de perder empleos y que bajen los salarios?

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A menos de dos semanas para que concluya la campaña sobre el referéndum de permanencia en la UE, parece que los resultados no se conocerán hasta el último minuto.

Los sindicatos intensifican el llamamiento a sus miembros, a sus familias y a las comunidades, les instan a no perder de vista qué pasará con sus empleos, sus derechos laborales y sus salarios, y a votar por la permanencia.

No obstante, un pequeño número de sindicatos se ha opuesto sistemáticamente a la permanencia en la UE. Por causa: las políticas de derechas de ciertos Gobiernos europeos, concretamente los ataques contra Grecia y contra los derechos colectivos en el trabajo. Otros optaron por no involucrarse debido a su tradición de neutralidad política. Pero la central sindical Trades Union Congress (TUC) y sindicatos que representan a dos terceras partes de los afiliados sindicales han apoyado el voto favor de la permanencia.

Las voces sindicales son una parte cada vez más importante de la campaña del referéndum, probablemente más que en ninguna otra de las elecciones generales recientes. Ambas partes han venido calificándose a sí mismas como defensoras de la justicia y de los trabajadores y trabajadoras (en ocasiones por primera vez en su vida política).

Esto viene a contrastar con las primeras etapas de la campaña, caracterizadas por la prensa como una disputa entre los políticos conservadores de clase alta apoyados por los bancos, por un lado, y los fondos de cobertura por el otro. Todavía sigue siendo así como algunos ven la campaña. Pero la campaña de los sindicatos ha incorporado las preocupaciones de los trabajadores en el programa.

En gran parte esto ha ayudado a la campaña por la permanencia, que ha venido centrándose esencialmente en la economía y los riesgos de abandonar la UE. La TUC inició la campaña con una contundente opinión legal de uno de los más relevantes abogados laboralistas del país, demostrando cómo muchos derechos en el trabajo podrían correr peligro si el Reino Unido saliese de la UE. Derechos sobre igualdad, vacaciones remuneradas, sanidad y seguridad, justicia para los trabajadores a tiempo parcial, temporales y contratados a través de agencias de empleo, que están bien respaldados por directivas europeas.

El impacto económico de lo que ha pasado a denominarse ‘Brexit’ ha sido un tema controvertido en el referéndum, pero existen pruebas evidentes de que sería muy perjudicial para el empleo y la inversión. Estudios financiados por la TUC han demostrado que entre 3 y 4 millones de puestos de trabajo británicos dependen del comercio con el resto de la UE, y aunque nadie puede afirmar que vayan a perderse todos, supondría un enorme riesgo.

Los empleos que se perderían serían en manufactura (la TUC estima que este sector se vería siete vece más afectado por el Brexit que los servicios), que en general proporcionan puestos de trabajo mejor pagados y más cualificados. El estudio de la TUC, que indica que podría suponer una bajada de los salarios de £38 a la semana si el Reino Unido sale de la UE, no ha sido –algo prácticamente único durante la campaña– seriamente rebatido.

 
NHS y la inmigración

La sanidad, es decir el National Health Service (NHS) será la clave en las últimas semanas de la campaña, pese a que la sanidad no entra dentro de las competencias de la UE. Los defensores de la salida han argumentado que el NHS podría beneficiarse de fondos liberados al no tener que contribuir al presupuesto de la UE y porque los migrantes de Europa del Este dejarían de ocupar camas y acaparar recursos si no pudiesen ejercer sus derechos de libre circulación en Reino Unido.

Sindicatos de la sanidad han respondido aduciendo que el daño económico ocasionado por el Brexit en realidad reduciría la inversión en el NHS, y han apuntado a la hipocresía de los defensores de la privatización y de introducir recortes, que de repente se han erigido como los salvadores del NHS.

Oponerse a la inmigración, no obstante, ha sido la principal carta esgrimida por la campaña a favor de la salida, incluyendo algunos elementos bastante lamentables. Los migrantes en realidad lo que hacen es sostener, más que saturar el NHS, y muy a menudo son las primeras víctimas de la explotación a manos de empleadores sin escrúpulos que han socavado también los términos y condiciones de empleo del resto de la mano de obra. Los sindicatos aducen que lo que se requiere son leyes más firmes contra esa explotación y ese deterioro, en lugar de intentar dividir a la clase obrera por motivos raciales.

Los sindicatos y el TUC han desarrollado su campaña en las redes sociales, la prensa escrita y los medios de radiodifusión, con material educativo para los miembros, así como la publicación de informes directos y hojas informativas sobre temas clave. Desde una perspectiva positiva, también hemos expuesto cómo podría ser una futura Europa más social, junto con el grupo Otra Europa es Posible que apunta en la misma línea. Gran parte de la campaña sindical se ha desarrollado sobre el terreno, en lugares de trabajo, teniendo en cuenta los ajustados presupuestos electorales que deben cubrir tanto las comunicaciones con los miembros como la campaña pública.

El resultado va a ser muy ajustado, gane quien gane, y los sindicatos tendrán que pasar de inmediato de la campaña sobre el referéndum a la defensa de los derechos de los trabajadores frente a posibles ataques si gana la opción de salir de la UE, o a promover más derechos y una Europa mejor, más social, si votamos por permanecer en ella.