Día Internacional de la Libertad de Prensa y retos para los periodistas hoy en día

Opinión

El Día Internacional de la Libertad de Prensa, que se celebra el 3 de mayo, tiene su origen en la famosa Declaración de Windhoek de 1991, formulada por los periodistas africanos a favor del pluralismo y la independencia de los medios de comunicación.

Ese mismo año, la UNESCO adoptó una recomendación en la 26ª sesión de su Conferencia General. Fue respaldada por la Asamblea General de la ONU en 1993 y así se proclamó el Día Mundial de la Libertad de Prensa.

Cada año, la UNESCO elige un tema para este día y un lugar para celebrar el acto oficial donde tradicionalmente se entrega el Premio Mundial de Libertad de Prensa UNESCO/Guillermo Cano al ganador.

En 2016, los actos oficiales del Día Internacional de la Libertad de Prensa se celebrarán en Helsinki (Finlandia), pero este año la ganadora del prestigioso premio, Khadija Ismayilova, de Azerbaiyán, no asistirá al evento.

La periodista free lance de investigación y colaboradora del servicio de Radio Europa Libre en Azerbaiyán cumple una condena de prisión de siete años y medio tras haber sido declarada culpable de “abuso de poder y evasión de impuestos”, acusaciones totalmente rechazadas como un intento de erradicar el periodismo independiente.

Aunque nos complace el reconocimiento mundial que se ha otorgado a la contribución de esta valiente periodista a la libertad de prensa, es muy preocupante que la misma independencia profesional que exigían los periodistas africanos hace más de 25 años siga siendo el motivo por el cual todavía hoy encarcelan a colegas en todas partes del mundo.

Por desgracia, hay cosas peores que perder la libertad personal en esta época en que, según la Federación Internacional de Periodistas, los altos niveles de violencia se han cobrado la vida de casi 3.000 periodistas y otros profesionales de los medios de comunicación en los últimos 25 años.

Entre las causas de estas muertes se encuentran los peligros derivados de cubrir los conflictos armados y los incidentes de fuego cruzado, pero estas deprimentes cifras no se pueden explicar solo mediante la violencia de la guerra. La mayoría de los casos son el resultado de los asesinatos selectivos de periodistas en tiempos de paz que acaban siendo víctimas del terror, diseñado para destruir a cualquiera que se atreva a sacar a la luz la corrupción, los abusos de poder y otras actividades delictivas en sus comunidades, ciudades y países.

Quizá la estadística más alarmante sea la relacionada con la falta de cualquier tipo de rendición de cuentas frente a estos crímenes; tan solo uno de cada diez asesinatos acaba con el enjuiciamiento y la condena de los asesinos. La impunidad arraigada para este tipo de acciones constituye el principal factor que contribuye a la violencia contra los periodistas.

Los niveles sin precedentes de violencia dirigida hacia los profesionales de los medios de comunicación están teniendo un impacto negativo en la cobertura mediática de los acontecimientos importantes, pues cada vez menos reporteros establecidos se aventuran a zonas que representen graves riesgos para su seguridad. Irónicamente, esta situación expone aún más a los periodistas locales, que suelen carecer del apoyo de su empresa, o a los jóvenes periodistas autónomos que se enfrentan a unas precarias perspectivas de empleo para obtener estas peligrosas misiones sin ningún tipo de formación sobre seguridad o protección social.

 

“No hay libertad de prensa cuando los periodistas viven rodeados de miedo, corrupción y pobreza”

La Federación Internacional de Periodistas es la mayor organización profesional de periodistas del mundo y la primera que en 1990 empezó a publicar informes anuales sobre los periodistas y profesionales de los medios de comunicación asesinados. Esta institución dispone de una visión de conjunto incomparable sobre la crisis de seguridad en los medios de comunicación.

De hecho, durante las dos últimas décadas, la Federación ha encabezado la campaña para promover la seguridad en el ámbito periodístico mediante la adopción del código de conducta más completo para la práctica segura del periodismo, una formación sobre seguridad y la publicación de material de referencia para preparar los reportajes de guerra. Asimismo, la FIP ha invertido en una avanzada base de datos para facilitar el seguimiento y registrar los ataques a periodistas.

Además, creó un fondo internacional de seguridad, financiado por y para periodistas, con el objetivo de brindar una solidaridad práctica a las víctimas de la violencia que necesiten ayuda para su seguridad.

La Federación cree firmemente que el periodismo es un bien común y que la seguridad en los medios de comunicación no solo debe ser responsabilidad de los periodistas. Con este fin, ayudó a fundar dentro de la industria organizaciones afiliadas, como el Intercambio Internacional por la Libertad de Expresión (IFEX) y el Instituto Internacional para la Seguridad en la Prensa (INSI), para promover una mayor protección de los medios de comunicación.

Las últimas novedades en la agenda política internacional ofrecen un atisbo de esperanza para disipar la sombra violenta que ha sacudido al periodismo en todo el mundo.

Iniciativas como el Plan de Acción de la ONU para la seguridad de los periodistas y el tema de la impunidad, el Día de la ONU contra la impunidad de los delitos que tienen como objetivo a los periodistas, celebrado el 2 de noviembre, así como las resoluciones 1.738 (2006) y 2.222 (2015) del Consejo de Seguridad de la ONU sobre la protección de los periodistas, constituyen avances en la dirección correcta.

Sin embargo, hay que hacer mucho más para que se hagan realidad en el terreno y puedan beneficiar a todos los que participan en el proceso de la recopilación y distribución de noticias. El Día Internacional de la Libertad de Prensa ofrece una oportunidad para recordar a los gobiernos sus obligaciones internacionales en virtud de las leyes internacionales.

Por tanto, la seguridad y la libertad para vivir sin temor son de vital importancia para garantizar la independencia de los periodistas y promover el pluralismo. Sin embargo, la verdadera libertad de prensa exige mucho más que eso.

Como sindicato, la Federación Internacional de Periodistas defiende las condiciones laborales de los periodistas, incluida la posibilidad de ganarse la vida de forma decente para combatir la corrupción en la profesión. Este es otro de los retos a los que se enfrenta nuestra profesión y que los afiliados a la FIP de todo el mundo debatirán durante el Día Internacional de la Libertad de Prensa.

Tan solo abordando todos estos temas podremos lograr una libertad de prensa que proteja de la mejor manera a los profesionales de los medios de comunicación y sirva fielmente al público en aras de la paz, la democracia y la justicia social.

De hecho, la declaración de la misión de la FIP sostiene como verdad universal que “no puede haber libertad de prensa cuando los periodistas viven rodeados de miedo, corrupción y pobreza”.

 

Este artículo ha sido traducido del inglés.