¿Diseño innovador para mejorar las viviendas de bajo coste en Ciudad del Cabo?

¿Diseño innovador para mejorar las viviendas de bajo coste en Ciudad del Cabo?

Esta fotografía de febrero de 2017 muestra una de las primeras construcciones del proyecto Empower Shack en el barrio chabolista de Khayelitsha, Ciudad del Cabo. Este año, dicho proyecto de viviendas de bajo coste ha sido nominado para el prestigioso Premio Internacional RIBA.

(Jan Ras/Urban-Think Tank/ETHZ)

En el salón de su casa de dos plantas construida con láminas acanaladas de zinc, madera y bloques huecos de hormigón, Magau Mhlupheki lava la ropa en un gran cubo de plástico. Se trata de una nueva rutina, aunque su consumo de agua se ve limitado por las restricciones que han impuesto para evitar que la ciudad se quede sin el preciado líquido.

“Me ha cambiado la vida”, nos cuenta Mhlupheki, de 45 años, sobre su nuevo hogar desde hace dos años, ubicado en la zona del lote C del barrio chabolista de Khayelitsha en Ciudad del Cabo. “Antes no tenía un fregadero. Solía traer agua de fuera para lavar los platos. Ahora tengo un retrete dentro. Antes compartía un retrete en la calle”.

Ciudad del Cabo es una urbe de grandes desigualdades basadas, en gran medida, en divisiones raciales. Aunque alberga algunas de las propiedades inmobiliarias más caras del mundo, una cuarta parte de sus habitantes, principalmente negros y de minorías étnicas, viven en asentamientos informales. Khayelitsha es uno de los mayores barrios chabolistas de Sudáfrica, con una población que se calcula entre algo menos de medio millón de personas y hasta tres veces dicha cifra.

Según la Encuesta General de Hogares de 2016, publicada por el Instituto de Estadística de Sudáfrica, el 13,9% de los 16,7 millones de hogares del país son viviendas informales como las que se pueden ver en Khayelitsha; es decir, miles de hileras de diminutos edificios informales de una planta, apretujados los unos contra los otros. Se espera que las chabolas reformadas, donde ahora viven Mhlupheki y varias personas más, ofrezcan una solución extra para solucionar la crisis de vivienda en Sudáfrica.

En enero, el proyecto Empower Shack fue nominado para el Premio Internacional del Real Instituto de Arquitectos Británicos (RIBA) de 2018, un galardón que se otorga a un “edificio que ejemplifique la excelencia en el diseño y la ambición arquitectónica, al mismo tiempo que tenga una repercusión social significativa”, según la página web del RIBA.

Las casas destacan por varias razones. Fueron diseñadas y construidas por la ONG Ikhayalami, con sede en Khayelitsha, en colaboración con el estudio interdisciplinario de diseño Urban-Think Tank (U-TT), con sede en el Instituto Suizo de Technología de Zurich (ETHZ), y con la comunidad del lote C.

Al transformar las frágiles viviendas de una sola planta con poca ventilación y poca o ninguna luz natural en estructuras sólidas, bien diseñadas y estancas de dos plantas ofrecen a los residentes unos hogares decentes con más espacio y que permiten comodidades básicas, como la electricidad y el saneamiento.

Además, la práctica de la replanificación del espacio público reduce el riesgo de que los incendios se propaguen y ofrece un espacio para infraestructuras como las carreteras de acceso para los servicios de urgencias.

Las viviendas de Empower Shack son formales e informales al mismo tiempo: formales por sus paredes de bloques de cemento e informales por las fachadas de fuertes láminas acanaladas de zinc y aluminio. Los prototipos tienen seis tamaños diferentes. En el interior no se han levantado paredes de división, por lo que los habitantes quedan libres para dividir el espacio como deseen. Asimismo, el diseño del prototipo permite contar con más espacio para la familia, para trabajar desde casa o para alquilar una habitación.

Andy Bolnick, fundadora y directora de Ikhayalami, asegura que el proyecto “reconoce el ingenio de la vida en las chabolas” y analiza el modo en que el diseño puede ayudar a las viviendas de bajo coste. “El diseño es fundamental para las viviendas de bajo coste porque el espacio es limitado y muy valioso. Realmente hay que optimizar cada centímetro cuadrado”, explica a Equal Times. Por ejemplo: “Les dijimos que es vital diseñar verticalmente debido a la falta de terrenos bien ubicados. Queremos que los pobres puedan acceder a la ciudad y los servicios que ofrece y se incorporen al tejido urbano como ciudadanos bien acogidos”.

Alrededor de mil millones de personas de todo el mundo viven en barrios de chabolas y asentamientos informales, donde se enfrentan a la falta de servicios públicos básicos, una infraestructura deficiente, unas viviendas precarias y una ínfima intervención del gobierno. Según Marianne Millstein, investigadora jefe del Instituto Noruego para la Investigación Urbana y Regional (NIBR) de la Universidad Metropolitana de Oslo, la falta de viviendas decentes y asequibles en Sudáfrica tiene su origen en la época del apartheid y se ha visto agravada por la política desde 1994.

“Después de la época del apartheid, los retos para la construcción de viviendas están compuestos por una combinación de las realidades económicas (falta de dinero para lograr objetivos ambiciosos), la voluntad política y la capacidad para abordar realmente los problemas subyacentes”, asegura Millstein.

Mejora de las chabolas

El proyecto Empower Shack se inició cuando el arquitecto y cofundador del U-TT Alfredo Brillembourg, que había trabajado en proyectos similares en favelas brasileñas, visitó Sudáfrica en 2012. Le impresionó el trabajo de Ikhayalami y la idea de la “mejora de las chabolas”.

En Ikhayalami también quedaron impresionados con el trabajo de Brillembourg y consideraron que el U-TT también sería un buen socio. El primer prototipo se construyó en Suiza durante un taller de diseño organizado en el U-TT en 2013 y apoyado por Ikhayalami. El segundo se erigió in situ y fue una unidad de dos plantas. El tercero, montado en el almacen de Ikhayalami, incorporó paredes de bloques de hormigón como cortafuegos. En 2015 se erigieron otras cuatro unidades in situ. El quinto prototipo se está construyendo actualmente. Hoy en día ya han finalizado un total de 72 viviendas.

Los habitantes de las chabolas se alojan con familiares y amigos en Khayelitsha mientras se reforman sus viviendas. Las unidades de Empower Shack se financian principalmente a través de la empresa mundial de seguros Swiss Re, pero también se espera que los habitantes contribuyan con una aportación monetaria. Esto se suele conseguir con la ayuda de préstamos de microfinanciación específicos para proyectos. Paralelamente, el gobierno local ha asegurado que proporcionará toda la infraestructura necesaria, incluida el agua, el saneamiento, la electricidad y el alcantarillado para cada vivienda.

El líder comunitario local Phumezo Tsibanto solía vivir con su hermana y hermano en un hokkie, una chabola construida con delgadas láminas de zinc y madera sin tratar. “Cinco familias utilizan un solo retrete”, explica a Equal Times. El único abastecimiento de agua disponible proviene de una fuente pública.

Tsibanto y su familia se mudarán permanentemente a una chabola de Empower Shack en algún momento de este mes.

Tsibanto, de 43 años, nos cuenta que lleva tres décadas en la lista de espera para conseguir una vivienda del Programa de Reconstrucción y Desarrollo (RDP), una casa de ladrillo subvencionada por el gobierno. Como la Ciudad del Cabo erige tan solo 6.000 de estas viviendas al año y entre 320.000 y 350.000 personas están apuntadas en la lista según un informe de 2017, los investigadores concluyen que el tiempo de espera puede llegar a ser de 60 años.

Una de las numerosas soluciones

Existen otros programas de viviendas protegidas que ayudan a acelerar la creación de hogares de calidad, que abarcan desde mejorar los asentamientos informales como las llamadas “viviendas de patio trasero” (construidas en los patios traseros de otras propiedades y recientemente identificadas como el tipo de vivienda alquilada de mayor crecimiento en Sudáfrica) hasta construir nuevos hogares para ciudadanos de ingresos bajos y medios.

El programa Unidades para Residentes de la Comunidad, por ejemplo, tiene como objetivo convertir en viviendas familiares los antiguos albergues segregados por sexos donde, durante el apartheid, se obligaba a vivir a los trabajadores migrantes de las zonas rurales y países vecinos.

Tsibanto habló con Equal Times sobre la casa que le facilitará Empower Shack: “Quizá acabe muriendo antes de conseguir mi subsidio [en forma de casa del RDP], pero esta es mucho mejor mientras espero”. Sin embargo, para Brillembourg, las casas de Empower Shack constituyen una solución de vivienda permanente: ofrecen una mejora inmediata del espacio sin desplazar a los residentes; el espacio en una de estas viviendas es más amplio que en una casa del RDP; es compatible con estructuras de diseño urbano; y ahorra un 60% en tierra e infraestructura si se compara con la típica casa del RDP.

“La idea consiste en construir estas viviendas por toda Sudáfrica como sustitutas de las casas del RDP y utilizar el programa para que los habitantes de las chabolas se integren en la planificación urbana”, destaca Brillembourg.

Charles Rudman, representante del distrito de Khayelitsha/Mitchells Plain en Ciudad del Cabo, asegura que el proyecto reúne todos los requisitos, pues “cumple con todas las normativas en materia de salud pública, seguridad pública, estabilidad estructural e incendios y permite el acceso de los particulares a todos los servicios, incluida la electricidad”. Sin embargo, también hace hincapié en que el ayuntamiento está dispuesto a aprender cómo se puede mejorar.

“Será interesante llevar a cabo una encuesta entre los usuarios finales para que la comunidad beneficiada nos explique cómo ven su nuevo entorno y qué ajustes habría que llevar a cabo”, advierte. “[Pero] no existe ningún motivo por el que este proyecto no se deba aplicar a gran escala para abordar el tema de la vivienda informal en la ciudad”.

Para Merhawi Okbaselasie, director de proyectos de la red de organizaciones comunitarias Shack/Slum Dwellers International (SDI) en Sudáfrica, Empower Shack ofrece una importante alternativa al actual modelo de gestión habitacional: “El modelo vigente de creación de viviendas consiste en el desarrollo de la construcción de casas fomentadas por el gobierno en zonas no urbanizadas de menor densidad y situadas en la periferia urbana, lejos de las oportunidades sociales y económicas y de los centros de transporte.

Aunque se están dando cambios políticos cada vez mayores en la introducción de mejoras en los asentamientos informales in situ, que en su mayor parte están bien ubicados, los cambios en el ámbito práctico van muy a la zaga”, advierte Okbaselasie.

“Empower Shack cuestiona estos modelos vigentes de creación de vivienda y sienta un sólido precedente para la introducción gradual de mejoras in situ en los asentamientos informales de Sudáfrica”.

Sin embargo, la ONG Ikhayalami parece tener en mente objetivos mucho más ambiciosos. “Se trata de un proyecto que se puede replicar no solo en Sudáfrica, sino en todo el mundo”, concluye Bolnick.

Este artículo ha sido traducido del inglés.