Economía de plataformas digitales de la India, ¿una panacea para las mujeres trabajadoras?

Economía de plataformas digitales de la India, ¿una panacea para las mujeres trabajadoras?

There are an estimated 15 million gig workers in India, of which less than 10 per cent are thought to be women.

(AFP/Money Sharma)

“Te asignaremos trabajos en función del número de horas y días que estés disponible para trabajar. Si quieres trabajar dos horas, te asignaremos trabajo solo para dos horas. Te avisaremos de los trabajos con un día de antelación, y los trabajos estarán por tu zona para que no tengas que perder tiempo desplazándote”. Eso es lo que le dijo a Seema Singh, de 35 años, su jefe cuando esta se incorporó hace cuatro años a la empresa Urban Company, una plataforma digital que ofrece toda una gama de servicios profesionales a domicilio por encargo, desde tratamientos de belleza y peluquería hasta trabajos de limpieza profesional.

A Seema, como a muchos de los 32.000 trabajadores (o “socios”, como se les llama) que trabajan en Urban Company, le pareció el plan perfecto para una madre de dos niños pequeños. Esta flexibilidad es parte de la razón por la que se estima que el 40% de los socios de Urban Company son mujeres, un porcentaje muy superior al de la mayoría de las empresas de plataformas. Pero tras incorporarse, la empresa cambió de táctica, asignándole dos o tres trabajos diarios (que le suponían entre ocho y diez horas de trabajo) situados a distancias de 20 a 40 kilómetros de su casa, y avisándola a veces el mismo día.

“No tuve más opción que aceptar el trabajo porque necesitaba ganar dinero. En una ocasión, la empresa me obligó a aceptar a las 22.00 horas un trabajo que estaba a 40 km de mi casa, prometiéndome que dispondría de un vehículo que me llevaría de vuelta a casa y que me darían una dieta por desplazamiento. Pero a las 23.30 horas, cuando terminé el trabajo, la dirección de la empresa no respondió a mis llamadas. Me encontraba en una zona desierta y no había autobuses. Tampoco pude reservar un Ola o un Uber. Estuve sola en la oscuridad durante una hora, hasta que mi marido vino a recogerme”, recuerda Seema.

Según un informe de 2020 publicado por las Cámaras Asociadas de Comercio e Industria de la India, en el país hay cerca de 15 millones de trabajadores de la economía por encargo o de plataformas.

Aunque no se dispone de datos a gran escala, se calcula que menos del 10% de los autónomos, consultores y demás trabajadores de la economía de plataformas son mujeres.

“Las mujeres se incorporan a la economía de plataformas sobre todo por la flexibilidad que ofrece, puesto que tienen responsabilidades domésticas y de cuidados que atender. No obstante, si las trabajadoras no responden a los trabajos o tareas, se les da una puntuación baja. Y eso significa que solo les asignan trabajos básicos mal pagados, como depilar cejas con hilo por 300 rupias indias (4,5 dólares estadounidenses), aunque estén lo suficientemente capacitadas como para ganar el triple de esa cantidad en el mismo tiempo”, señala Rikta Krishnaswamy, coordinadora del sindicato de trabajadores de plataformas All Indian Gig Workers Union (AIGWU). “Las plataformas aseguran ofrecer flexibilidad, pero obligan a los trabajadores a trabajar más allá de su capacidad”, explica.

Chiara Furtado, asistente de investigación en el Centre for Internet and Society de Bangalore, coincide en que la economía de plataformas digitales no es la panacea a los problemas laborales de las mujeres de la que tanto se habla: “La segregación profesional presente en el mercado de trabajo tradicional también existe en la economía de plataformas. Las mujeres se concentran sobre todo en los sectores de la belleza, la sanidad, el bienestar, la enfermería, el cuidado infantil y el trabajo doméstico”, tradicionalmente peor remunerados que los no catalogados como trabajos de mujeres. “Aunque las mujeres pueden trabajar en los servicios de taxis y de reparto, su porcentaje no supera el 1% debido a problemas estructurales como el acceso a los vehículos”, continúa Furtado. “Por eso la capacidad de ingresos de las mujeres en este campo es inferior”.

Sin protección jurídica (y peor aún para las mujeres)

Para las mujeres que trabajan de cara al público, el acoso sexual es un riesgo profesional importante. “A veces los clientes me miran de reojo y me asusto, pese a que es algo que sucede casi a diario”, cuenta Sheetal Kashyepi, de 42 años, taxista de Uber en Mumbai. “Pero tampoco puedo reprender a los clientes porque entonces me darán una calificación baja que repercutirá en mis posibilidades para conseguir más trabajo. O pondrán en la empresa una queja sobre mí, y esta me penalizará después”.

Furtado ahonda en el tema: “Las empresas de plataformas no se responsabilizan de la protección de las mujeres contra el acoso sexual u otro tipo de acoso que pudiera producirse durante los desplazamientos o durante el tiempo que se encuentran en el domicilio de sus clientes realizando un trabajo. Asimismo, los repartidores fueron incluidos en la categoría de servicios esenciales durante la pandemia y tuvieron que asumir grandes riesgos sanitarios, pero no reciben ningún tipo de protección”.

La economía de plataformas digitales tiene el potencial de crear hasta 90 millones de puestos de trabajo en la India, pero millones de indios trabajan actualmente en este sector sin ningún tipo de contrato ni acceso a la seguridad social debido a que las empresas de plataformas niegan la existencia de ningún tipo de relación empleador-empleado.

Aunque actualmente en la India no existe ninguna ley que defina el trabajo de plataformas o que defienda los derechos de los trabajadores de plataformas, en 2020 el Gobierno decidió consolidar 29 leyes laborales vigentes en cuatro códigos laborales, cuya aplicación es probable que se lleve a cabo este año o el siguiente.

El gobierno afirma que estos códigos laborales simplificarán y unificarán los derechos laborales en todo el país, pero los sindicatos afirman que, en realidad, estas reformas “contribuirán a aumentar la inseguridad laboral, a disminuir la capacidad de los sindicatos para proteger a sus miembros y a reducir la responsabilidad social de las empresas en el lugar de trabajo”.

En virtud de una de las reformas se introducirá un mecanismo de seguridad social para los trabajadores de plataformas (que proporcionará, entre otras cosas, un seguro médico, prestaciones por maternidad y cobertura por discapacidad) financiado por el gobierno y las empresas de plataformas (con un 1 o 2% de sus beneficios totales). Pero los trabajadores de plataformas quedarán excluidos del Código de Relaciones Laborales, que al parecer va a restringir considerablemente la capacidad de los trabajadores para sindicalizarse libremente y negociar de forma colectiva.

Pero eso no ha impedido que las mujeres de Urban Company se movilicen. En octubre de 2021, más de 100 trabajadoras se declararon en huelga para protestar por las elevadas comisiones y los bajos salarios de Uber Company, convirtiéndose en uno de los primeros ejemplos de mujeres trabajadoras de la economía de plataformas digitales que se unen para exigir mejores condiciones de trabajo. En un primer momento parecía que aquello iba a suscitar cambios positivos, ya que la empresa rebajó las comisiones de los socios, redujo las penalizaciones y estableció una línea telefónica de ayuda de emergencia para sus trabajadoras. Pero cuando un grupo más reducido de socios de Urban Company, entre los que se encontraba Seema, volvió a concentrarse en diciembre frente a las oficinas de la empresa para protestar contra la decisión de reducir drásticamente el número de reservas enviadas a los socios que no trabajan de forma regular para la plataforma, esta interpuso una demanda.

“Fue una protesta extemporánea iniciada por trabajadoras indignadas a raíz del cambio de incentivos, el absurdo sistema de calificación y otras políticas discriminatorias”, asegura Krishnaswamy. “Creo que ahora los trabajadores de la economía de plataformas digitales han empezado a darse cuenta de lo importante que es sindicalizarse. Hasta hace poco estaban detrás de las aplicaciones móviles y no estaban conectados entre sí. Pero poco a poco han empezado a conectarse a través de las redes sociales y se están dando cuenta de que tienen que estar unidos para luchar contra las normas discriminatorias establecidas por las empresas de plataformas”, afirma.

Luchar juntos

Sin embargo, Bhavya Sharma, responsable de comunicación de Urban Company, refuta las alegaciones formuladas contra su empresa. “Los socios que más ganan (que representan un 20% de la totalidad de los socios) cobran 37.357 rupias mensuales (aproximadamente 505 dólares; 450 euros), mientras que el salario mínimo es de 15.400 rupias (208 dólares; 186 euros). Los socios en servicio activo cuentan con un seguro colectivo de accidentes personales y, en breve, todos los socios dispondrán de un seguro médico”, explica a Equal Times.

Sharma también afirma que Urban Company se toma en serio todas las quejas, tanto si provienen de socios como de clientes. “Resolvemos el 70% de las quejas en un plazo máximo de una hora tras su recepción. Nuestra plataforma se basa en el principio de flexibilidad: ofrecemos a los trabajadores libertad respecto a cuándo quieren trabajar y cuántas horas quieren trabajar”.

Sin embargo, muchos trabajadores de plataformas trabajan entre 12 y 16 horas diarias, y, aun así, no ganan lo suficiente para sobrevivir debido a las horas que invierten en los desplazamientos y a la cantidad de tiempo libre no remunerado que pasan entre tarea y tarea. El nuevo Código Salarial garantiza un salario mínimo aún no definido, pero excluye a los trabajadores de plataformas, así como las horas extras, los permisos remunerados y el sueldo de las vacaciones.

Sheetal, por ejemplo, trabaja entre 12 y 14 horas diarias, pero dice que todavía no gana más de 25.000 rupias mensuales (aproximadamente 338 dólares; 302 euros) debido al aumento de las comisiones de Uber, a la subida de los precios del combustible y a los costes de mantenimiento del vehículo.

Dado que los trabajadores de plataformas como Sheetal no están incluidos en ningún código laboral que reconozca su derecho al salario mínimo, a la protección contra la explotación y a formar un sindicato, en septiembre de 2021 la Indian Federation of App-based Transport Workers (IFAT), otro sindicato que representa a unos 30.000 conductores de plataformas digitales, interpuso ante el Tribunal Supremo de la India un recurso para que se incluya a los trabajadores de plataformas digitales como trabajadores no organizados, de forma que puedan acceder a las prestaciones contempladas en la Ley de trabajadores no organizados de 2008. El Tribunal Supremo está estudiando la demanda.

“Al gobierno no le importa el bienestar de los trabajadores de plataformas. La falta de protección es efectivamente un problema. No existe ninguna razón por la que el gobierno no pueda regularizar las plataformas del trabajo por encargo, pero prefiere recalcar que ahora hay entre 5 y 10 millones de personas más trabajando, una buena medalla que colgarse. Sin embargo, lo cierto es que no sabemos cuántos de ellos están simplemente registrados en una plataforma ni cuántos trabajan solo unos días a la semana frente a los que trabajan a tiempo completo”, observa Shaik Salauddin, secretario general nacional de la IFAT.

Desde enero, Seema ya no trabaja para Urban Company. “Las mujeres como yo, que lideramos las protestas, no hemos vuelto a recibir trabajos a través de la plataforma. Pero nuestros esfuerzos han dado su fruto, puesto que la empresa redujo sus comisiones al 25% y se comprometió a ofrecer más seguridad a las mujeres. Los trabajadores se han dado cuenta de que, si luchamos juntos, podemos ver nuestras demandas satisfechas”, manifiesta con orgullo.