Economía informal y trabajo decente en Senegal, Burundi y Sudáfrica

Economía informal y trabajo decente en Senegal, Burundi y Sudáfrica

Some 27 per cent of South Africa’s workforce is informal, working in sectors as varied as hairdressing, domestic work and mining.

(Alamy/Brendan Bishop)

La transición de empresas a la economía formal, un importante ámbito de acción para el movimiento sindical en Senegal

Por Momar DIENG

En Senegal, cientos de miles de personas viven de la economía informal, sin ningún tipo de protección social. Si algunas de ellas inician un proceso de transición en busca de un mejor porvenir, con el apoyo de la Confédération Nationale des Travailleurs du Sénégal (CNTS), la principal organización sindical del país, lo logran.

Master craftsman Papa Aly Diallo in his workshop in Dakar in November 2021.

Photo: Momar Dieng

Al frente de una empresa de carpintería de cinco personas, establecida en los suburbios de Dakar, el maestro artesano Papa Aly Diallo acaba de terminar una semana de formación en el CNQP, el centro nacional de cualificación profesional, en Dakar. Gracias a los cursos y herramientas de gestión impartidos por sus formadores, tiene la intención de continuar la modernización de su empresa afianzándola un poco más en el sistema formal vigente en Senegal. Una elección cuyas implicaciones son varias: inscripción de la empresa en el registro mercantil, establecimiento de contratos en debida forma para los trabajadores, pago de cotizaciones a la IPRES, la institución de previsión para las pensiones de Senegal, y a la CSS, la caja de seguridad social.

Este maestro artesano de carpintería y ebanistería, antiguo estudiante de una licenciatura en inglés, se incorporó al sector hace unos veinte años, casi por casualidad. “Durante las vacaciones escolares, ayudaba a mi padre a dirigir su negocio de carpintería. Fui testigo de las dificultades a las que se enfrentaba para elaborar presupuestos y facturas, por ejemplo. Entonces, empecé a echarle una mano. Poco a poco, asumí la gestión sin ser profesional. Fue realmente en el año 2000 cuando entré al centro nacional de cualificación profesional para aprender la profesión”, relata Papa Aly Diallo.

Después de ocupar el cargo de responsable de carpintería en una gran empresa senegalesa, deseaba volar con sus propias alas y convertirse en dueño de su propia empresa. Sin embargo, cuando se mantienen en la economía informal, los artesanos, carpinteros y otros oficios no pueden ser elegibles para los lucrativos mercados del Estado senegalés, el cual asciende a varias decenas de miles de millones de francos CFA cada año. Esta situación representa una pérdida para los empresarios y sus trabajadores.

“El 97% de las unidades económicas no agrícolas son informales”

Como él, miles de trabajadores de la economía informal se benefician de la asistencia de los sindicatos y las autoridades públicas en el marco de la Recomendación 204 de la Organización Internacional del Trabajo, cuyo objetivo es “facilitar la transición de los trabajadores y las unidades económicas de la economía informal a la economía formal y asegurar al mismo tiempo la preservación y la mejora de sus medios de subsistencia durante la transición”, explica El Hadj Mbengue, responsable de programas sanitarios y miembro de la unidad de gestión del proyecto CNTS-CGSLB/MSI.

Según un informe de la OIT realizado en 2020 “Diagnostic de l’économie informelle au Sénégal”, nueve de cada diez trabajadores tienen un empleo informal y el 97% de las unidades económicas no agrícolas se encuentran en el sector informal.

“Sin embargo, están surgiendo dos grandes grupos: por un lado, un grupo informal de subsistencia que reúne a pequeñas empresas y emprendedores por necesidad, vulnerables y expuestos a la precariedad, que no tienen la capacidad de hacer crecer su actividad. Y por otro, un gran grupo informal o semiinformal que reúne a empresas que trabajan de manera informal pero que pueden compararse a las empresas formales. Las estrategias de acompañamiento hacia la formalización deben adaptarse a estos grupos”, explica el informe.

La Confédération nationale des travailleurs du Sénégal (CNTS), la central sindical más representativa del país, cuenta con 18.000 miembros activos en sectores de la economía informal, de cuyo seguimiento se ocupa un departamento de economía informal establecido por la confederación en su congreso de 2018, recuerda El Hadj Mbengue. Sin embargo, el interés y la atención prestada a esta cuestión de crucial importancia viene de mucho más lejos.

“Para dar seguimiento a la R204, la CNTS recurre a la organización sectorial y a la sensibilización sobre la necesidad de formalizarse en dirección de los agentes de la economía informal, así como la promoción ante las autoridades. Esta promoción tiene como finalidad asegurar el reconocimiento, la legitimidad y la representatividad a favor de los trabajadores de este sector para que sus preocupaciones y reivindicaciones sean escuchadas, pero también para que puedan beneficiarse de todas las protecciones relacionadas con el empleo”.

La confederación inició este trabajo en 2001 con el apoyo del Movimiento de Solidaridad Internacional (MSI), una organización de cooperación internacional del sindicato liberal belga para promover la creación de 18 sindicatos sectoriales, todos pertenecientes a la economía informal. “A través del programa, 6 sectores, entre los que se cuentan los carpinteros, se han organizado y establecido en forma de sindicato con el fin de conducirlos a la formalización”, subraya El Hadj Mbengue.

Pasar de lo informal a lo formal, una verdadera revolución

Aun cuando la ausencia de indicadores nacionales no permite cuantificar el número de trabajadores del sector informal que migran a la economía formal, la CNTS observa que los trabajadores son cada vez más conscientes de la necesidad de formalizarse, al tiempo que se incorporan a la acción sindical para defender mejor sus intereses, pese a los temores que suscita esta formalización.

“Formalizarse implica trabajar de manera diferente: llevar una contabilidad, abrir una cuenta bancaria, cumplir con sus obligaciones en la oficina de impuestos y propiedades, hacer las regularizaciones necesarias. Es una verdadera revolución para quienes están acostumbrados a trabajar a su manera”. comenta Papa Aly Diallo.

Massila Guèye, presidente de la FEDAP (federación de artesanos de Pikine), un grupo de unos cincuenta maestros artesanos en los suburbios de Dakar, expone las mismas dificultades ante la reticencia de los trabajadores con empleos informales. “De mil casos, considero que al menos la mitad ha aceptado el emprendimiento legal. Hay muchas complicaciones, sobre todo con el pago de impuestos, pero les explico con toda sencillez que si han obtenido y ejecutado un contrato de obras, lo normal es pagar impuestos al erario público”.

En este sentido, la CNTS ha institucionalizado talleres de formación en idioma wólof (el más hablado en Senegal) para paliar la alta tasa de analfabetismo entre los trabajadores del sector informal. Generalmente abordan el tema de la formalización, tanto la importancia que reviste para garantizar el trabajo decente, como los trámites administrativos para formalizar su actividad (inscripción a las cámaras de comercio, al Apix y la declaración a la seguridad social), así como la organización sindical de los agentes de la economía informal. Al mismo tiempo, obliga al Estado a mostrarse más abierto a esta categoría de trabajadores. “Hemos firmado varios acuerdos con el 3FPT (el fondo para la financiación de la formación profesional y técnica) y con el Instituto de Tecnología Alimentaria (ITA) que facilitan el acceso a la formación y la acreditación para los agentes del sector informal”, señala El Hadj Mbengue.

Creado por el Gobierno senegalés, el fondo 3FPT es un organismo público cuyo objetivo es aportar “respuestas concretas” a las necesidades expresadas por el sector privado local y por las organizaciones sindicales en lo que se refiere a formación y desarrollo de capacidades, particularmente para los jóvenes.

“En colaboración intersindical con la UDTS (unión democrática de trabajadores) y la CSA (confederación de sindicatos autónomos) hemos establecido una mutua de salud de la economía informal bajo la supervisión del CMU (el organismo de seguro de enfermedad universal). Está subvencionado por el Estado de Senegal y acaba de ser puesto en marcha para ser efectivo en todo el territorio nacional”, comenta El Hadj Mbengue, que también es formador en la CNTS.

Dificultades y un atisbo de esperanza

Sin embargo, la CNTS, a través de sus numerosas iniciativas en este sector, ha identificado varios escollos que dificultan la gestión eficaz de los desafíos planteados por la Recomendación 204. El número de trabajadores del sector informal que se anima a incorporarse a los circuitos económicos formales es tal que nada es seguro.

“Sus expectativas son ver mejorar sus condiciones de vida y de trabajo. Quieren protección social para ellos y sus familias, un fortalecimiento de sus capacidades profesionales, sueñan con lograr su autonomía. Sin embargo, no siempre se dan cuenta de la importancia que reviste el sindicato para satisfacer sus reivindicaciones. Esto se debe, por un lado, a su desconocimiento de la acción sindical y, por otro, a la falta de disponibilidad en relación con sus ocupaciones”, analiza El Hadj Mbengue.

En sus interacciones con las autoridades estatales, la CNTS a menudo se ve obligada a aceptar una situación de hecho pese a su voluntad. Por ejemplo, en el caso del RSPC (régimen simplificado para pequeños contribuyentes), que preveía, entre otros aspectos, la puesta en marcha de “un régimen de seguridad social adaptado a su capacidad contributiva y a sus necesidades de protección”. “Lamentablemente, los sindicatos no participaron en este proceso ni fueron consultados, solo les dieron la información. Por lo tanto, se ha creado una nueva mutua de artesanos en detrimento de la que ayudamos a poner en marcha. Este es el tipo de fragmentación institucional que llevamos años denunciando”, lamenta El Hadj Mbengue.

No obstante, la primera central sindical senegalesa tiene la intención de continuar la aplicación de la R204. Con este fin, el 16 de diciembre de 2021 puso en marcha la campaña “Hacia la formalización de la economía informal”, para la cual “la participación del Estado de Senegal es esencial”, señala El Hadj Mbengue.

“Nuestros métodos de trabajo son de varios tipos: realizar campañas de presión y de promoción, establecer alianzas y actuar en un marco intersindical como la celebración con motivo del Primero de mayo, establecer redes con nuestros socios. Sobre todo, utilizamos importantes marcos institucionales como el HCDS (el consejo superior para el diálogo social) y el Consejo Consultivo Nacional del Trabajo. Hemos enviado a una representante de la economía informal al HCDS para contar con una representación del sector en los órganos institucionales. En la estrategia de la CNTS, el diálogo social es a la vez un medio y un objetivo”.

Con la creación del sindicato de conductores de “motos-Jakarta” y su reconocimiento por parte de las autoridades, la CNTS consiguió una gran victoria. Para estos jóvenes transportistas que se han convertido en imprescindibles para la movilidad de la población en los centros urbanos senegaleses, es posible que se haya abierto un nuevo horizonte. Sobre todo porque pudieron reclamar y obtener una modesta parte de los fondos puestos a disposición por el Gobierno para apoyar al sector ante la pandemia de covid-19.

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Cómo facilitar la transición los trabajadores del transporte de mercancías y de personas a la economía formal en Burundi

Por Moïse Makangara

“Una economía donde la mayoría de los empleos creados forman parte de la economía informal es una economía frágil. Debemos reforzar la formación profesional para que los trabajadores de la economía informal adquieran competencias que les permitan pasar sin dificultad a la economía formal”.

The public transport network in Burundi is very poorly developed. While half of the Burundian population travels exclusively by foot, mostly independent workers provide the collective and individual transport services that supplement under-funded public services.

Photo: Idriss Muhoza

Al volante de su minibús de 18 plazas, Jean-Claude Bigirimana se dispone a abandonar el aparcamiento situado en Rohero, un barrio del centro de Buyumbura. Aunque actualmente Jean-Claude puede circular sin problemas, no siempre ha sido así. En el pasado ha experimentado dificultades de todo tipo durante sus diferentes periplos en las carreteras burundesas. Desde que se afilió al Sindicato de trabajadores del transporte de personas y de bienes (SYTTPB, por sus siglas en francés) en julio de 2020, solo se trata de un recuerdo lejano. Para Jean-Claude, de 50 años, como para varios conductores que han evolucionado en la economía informal, la afiliación a este sindicato ha sido sinónimo de un futuro mejor.

Según la Organización Internacional del Trabajo, la economía informal burundesa concentra el 93,5% de los empleos del país. Esta realidad se caracteriza por condiciones de trabajo precarias que a menudo no permiten llegar a fin de mes y no ofrecen ninguna protección social. La Recomendación 204 de la OIT tiene por objeto resolver esta situación. El texto, adoptado en 2015, enuncia los principios rectores para ayudar a los países a “facilitar la transición de los trabajadores y las unidades económicas de la economía informal a la economía formal”, contribuir a la creación de empleos decentes en las pequeñas y medianas empresas y, de este modo, aumentar los ingresos y la protección de los derechos de los trabajadores y sus familias.

El SYTTPB ha hecho suya esta lucha. Gracias a las actividades de sensibilización y promoción, así como al diálogo con las autoridades, este sindicato ha logrado apoyar a los conductores y dotarles de una personalidad jurídica. “Antes de 2012, los conductores de mototaxis y de bicitaxis no gozaban de ningún reconocimiento legal. En 2012 se revisó la ley relativa al sector del transporte en Burundi. Luchamos por que los conductores de motos y bicicletas fueran reconocidos. Una vez logrado el reconocimiento legal, sensibilizamos a todos los conductores afiliados a nuestro sindicato sobre sus derechos y deberes. Ahora saben cómo enfrentarse a las dificultades”, explica Gérard Nijimbere, secretario general del SYTTPB.

Además de sensibilizar a sus afiliados sobre el marco jurídico que rige su sector, el SYTTPB los forma en materia de protección social, les sensibiliza sobre la afiliación a las mutuas de salud y, en el pasado, ha permitido a algunos de ellos acceder a créditos y adquirir sus propios vehículos, bicicletas o motocicletas. “Existe un sistema que permite vender un vehículo o una moto a un transportista a crédito. Gracias a los ingresos que genera, devuelve el préstamo y se convierte en propietario. En el pasado hemos colaborado con bancos que otorgaban créditos a varios conductores. Por desgracia, esta experiencia no se ha mantenido en el largo plazo”, explica Gérard Nijimbere.

Se trata de cambios que benefician a Jean-Claude Bigirimana, que trabaja en situación declarada como conductor independiente. Sus ingresos han aumentado desde su afiliación al sindicato. En concreto, explica que ahora puede ahorrar el dinero que tenía que pagar cuando le paraban para pedirle que pagara multas arbitrarias. Jean-Claude Bigirimana, dueño de un autobús comprado a crédito con el que presta servicios en el centro de la capital, no se preocupa por la devolución del préstamo. “El sindicato me ha formado para gestionar racionalmente mis ingresos. Antes gastaba todo lo que ganaba. Desde que recibí la formación del sindicato, consigo ahorrar para devolver el préstamo y sostener a mi esposa”, explica.

Reconocimiento legal

En Burundi, la red de transporte público está muy poco desarrollada. Aunque la mitad de los burundeses se desplazan exclusivamente a pie, los servicios de transporte colectivo e individual han sido desarrollados por trabajadores, a menudo independientes, para suplementar un servicio público sin financiación suficiente. Se trata de trayectos en autobús, moto, bicicleta y tuktuk y, en muy pocas ocasiones, en coche. En general, el precio de la carrera se negocia directamente con el conductor.

El SYTTPB está afiliado a la Federación nacional de trabajadores del transporte, el trabajo social y la economía informal (FNTT-SI, por sus siglas en inglés). La FNTT-SI, que reúne a trabajadores de sectores diferentes de la economía formal e informal, les ayuda en el proceso de formalización. Con unos 200.000 afiliados en todo el territorio burundés, la FNTT-SI les permite agruparse en diferentes sindicatos y mejorar sus condiciones de trabajo.

“Cuando estamos unidos, la producción aumenta, los conocimientos mejoran, la profesión se desarrolla y las personas se ayudan mutuamente”, explica Jean Ntungumburanye, secretario general de la FNTT-SI.

La FNTT-SI, que desde hace tiempo organizaba a los trabajadores del transporte, se ha abierto gradualmente –con el apoyo del Movimiento por la solidaridad internacional (MSI), organización solidaria de la Central general de sindicatos liberales de Bélgica– a los trabajadores de la economía informal, cuyos derechos e intereses defiende. “Jóvenes sin empleo se habían organizado para trabajar como conductores de bicitaxis. Mientras trabajaban para poder sobrevivir, eran víctimas de las corruptelas policiales porque tenían prohibido crear zonas de aparcamiento en los centros urbanos. Después de negociar con la administración, obtuvieron la autorización para circular en plena ciudad. Un año después se creó un sindicato de conductores de bicitaxis. Fue el punto de partida”, recuerda Jean Ntungumburanye.

Gracias a unos quince años de actividades sobre el terreno, la FNTT-SI ofrece a sus afiliados formaciones para fortalecer las capacidades en ámbitos como la salud y la seguridad en el trabajo, la negociación colectiva, la creación de bases de datos, la labor de promoción, etc. Los afiliados se benefician del apoyo de los servicios de apoyo sindicales y de las actividades que generan ingresos puestas en marcha por los distintos sindicatos miembros de la FNTT-SI, que facilitan la reconversión profesional de los afiliados que, por su edad, ya no pueden ejercer profesiones que requieren esfuerzo físico o permiten apoyar a los afiliados de sindicatos que experimentan dificultades.

Los intereses de los trabajadores de la economía informal son defendidos a nivel nacional por la Confederación sindical de Burundi (COSYBU, por sus siglas en francés), la organización sindical más representativa del país, a la cual está afiliada la FNTT-SI, así como otras federaciones de trabajadores de la economía informal. La COSYBU participa en las negociaciones tripartitas del Consejo nacional de diálogo social donde, en los últimos años, se ha realizado una revisión total del código del trabajo y del código de la protección social.

Ahora los trabajadores de la economía informal están mejor protegidos, en teoría, por textos jurídicos como el código del trabajo burundés, el código de la protección social o la carta nacional de diálogo social. Son instrumentos que permitirán a estos trabajadores tener acceso a atención médica y una pensión de jubilación o participar en el diálogo social bipartito y tripartito.

Crisis sanitaria

Sin embargo, los sindicatos burundeses siguen enfrentándose a dificultades. Aparte del hecho de que la mayor parte de los afiliados son analfabetos y tienen dificultades para comprender diversas disposiciones jurídicas, los sindicatos a menudo experimentan problemas relacionados con la aplicación de la legislación. “Contamos con disposiciones jurídicas que pueden permitir mejorar las condiciones de trabajo en la economía informal, pero su aplicación continúa planteando problemas”, explica Célestin Nsavyimana, presidente de la COSYBU. “Una economía donde la mayoría de los empleos creados forman parte de la economía informal es una economía frágil. Debemos reforzar la formación profesional para que los trabajadores de la economía informal adquieran competencias que les permitan pasar sin dificultad a la economía formal”, piensa Nsavyimana.

La crisis sanitaria que afecta a todo el mundo ha planteado nuevas dificultades. “La covid-19 ha trastocado las costumbres sociales, económicas e incluso políticas en todo el planeta. Burundi, un pequeño país cuya economía depende en gran medida del comercio transfronterizo, se ha visto gravemente afectado por esta crisis sanitaria”.

Esto ha obligado a muchos trabajadores de la economía informal a suspender sus actividades. “Si el comercio transfronterizo no funciona, los transportistas no tienen nada que transportar porque las personas y las mercancías se desplazan cada vez con menor frecuencia. El confinamiento ha destruido empleos”, añade.

Son consecuencias que los sindicalistas tratan de abordar mediante campañas de sensibilización sobre las medidas de protección. En la entrada de cada oficina o en el interior de los vehículos se ven carteles impresos por las uniones sindicales que invitan a respetar las medidas de seguridad. “Si un trabajador se infecta, tiene que pasar diez días sin trabajar, lo que conlleva una pérdida de ingresos importante”, considera Nsavyimana. Además, gracias a los servicios de apoyo sindicales y las cooperativas, los afiliados se ayudan mutuamente haciendo pequeñas contribuciones para los más necesitados, como la distribución de mascarillas y gel hidroalcohólico en este periodo de pandemia.

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Sizwe Pamla, portavoz de la central sindical COSATU: “Con el trabajo decente, todo el mundo –trabajadores, empleadores y economía– puede salir ganando”

Por Colleta Dewa

“El trabajo decente constituye la única manera sostenible de acelerar el crecimiento de la producción y el empleo, aumentar el ritmo de la reducción de la pobreza y generar una verdadera democracia y cohesión social en Sudáfrica”.

Some 27 per cent of South Africa’s workforce is informal, working in sectors as varied as hairdressing, domestic work and mining.

Photo: Alamy/Brendan Bishop

El sector informal representa una parte importante de la economía sudafricana; se calcula que abarca entre el 6 y el 18%, dependiendo del sector. Alrededor del 27% de los trabajadores de Sudáfrica son informales, es decir, un total de más de tres millones de personas, según la central sindical Congress of South African Trade Unions (COSATU). En el ámbito laboral fuera del sector agrícola, el 36,84% de todas las mujeres trabajadoras están empleadas en el sector informal, 1,3 millones de las mismas como trabajadoras del hogar. Asimismo, se ha demostrado que los trabajadores informales han sido los que más afectados se han visto por la pandemia de la covid-19 debido a la pérdida de empleos e ingresos y a la falta de acceso a la protección social.

En este país con una de las mayores tasas de desempleo del mundo, una cifra oficial habla del 34,4% en 2021, la transición del sector informal al formal constituye una tarea fundamental pero monumental al mismo tiempo. La legislación laboral progresista que los sindicatos ayudaron a negociar al final del apartheid tan solo ampara a los trabajadores a tiempo completo y excluye de las protecciones laborales a la amplia mayoría de los trabajadores. Por tanto, la aplicación de la recomendación 204 (R204) de la Organización Internacional del Trabajo sobre la transición de la economía informal a la formal establece un marco fundamental para ayudar a los gobiernos, los empleadores y las organizaciones sindicales a abordar el déficit de trabajo decente en Sudáfrica.

Equal Times habló con Sizwe Pamla, el portavoz nacional de la COSATU, sobre la aplicación de la R204 en Sudáfrica mientras el planeta lucha para superar la creciente desigualdad y la inestabilidad socioeconómica provocadas por la pandemia de coronavirus.

¿Puede resumir brevemente la cuestión de la economía informal en Sudáfrica?

La economía informal en Sudáfrica abarca a los puestos de comida, los vendedores ambulantes, las barberías y cantinas, las tiendas de muebles, los puestos de golosinas, las trabajadoras del hogar y los mineros, entre otros muchos ejemplos. Sin embargo, nos sigue preocupando el hecho de que, a pesar de los esfuerzos de los sindicatos para organizar el sector, este sigue estando, en gran medida, desorganizado y cuenta con una protección estatal limitada. También contamos con una elevada tasa de discriminación de género, ya que el mercado laboral nacional es más favorable a los hombres que a las mujeres.

La OIT adoptó la R204 en 2015. ¿Cómo ha hecho la COSATU para aplicarla en el país?

La COSATU entiende el importante papel que desempeñan los legisladores en la aplicación de la R204. Por tanto, tuvimos que asegurarnos de que el gobierno interviniera, lo cual nos otorgó la confianza necesaria para presionar con el objetivo de que se aprobaran políticas a favor del programa. Sin embargo, no fue nada fácil: algunos de estos legisladores no tenían ni idea de lo que trataba la R204, mientras que otros no entendían su importancia. Por eso la COSATU ha estado haciendo una campaña tan intensa a favor de una nueva vía de desarrollo que nos sacara de la economía que heredamos del colonialismo y del apartheid y para construir una economía basada en la producción y el desarrollo de una fuerza laboral capacitada y bien remunerada.

Hemos logrado varios avances. Algunos trabajadores informales de varios sectores ya se han organizado más, con estructuras y representantes en el lugar que les corresponde. Entre ellos se encuentran la South Africa Informal Traders Alliance (SAITA), la South African Waste Pickers Association (SAWPA) y el South African Domestic Service and Allied Workers Union (SADSAWU), por mencionar a unos pocos. La creación de dichas organizaciones ha ayudado a garantizar una mejor coordinación y colaboración. Sin embargo, la amplia mayoría de los trabajadores informales no están organizados en sindicatos, por lo que quedan vulnerables ante las diferentes formas de explotación y opresión. Conseguir que los trabajadores del sector informal se organicen constituye el primer paso fundamental para lograr que se aplique con éxito la R204. Sin embargo, es un reto para la COSATU empezar a organizar a unos trabajadores que a menudo no tienen un empleador ni un lugar de trabajo fijos, incluidos los que en teoría son ‘autónomos’, pero que en la práctica suelen ser igual de pobres y estar igual de explotados [Nota de la redacción: aquí puede encontrar más información sobre el trabajo que está haciendo la COSATU para defender los derechos de los trabajadores vulnerables]. Se trata de una tarea que hemos llevado a cabo en estrecha colaboración con las organizaciones de la sociedad civil.

¿Qué papel ha desempeñado el diálogo social?

Como movimiento sindical, la COSATU se aseguró de que existiera un importante foro para el diálogo social (a través del NEDLAC, el Consejo Nacional para el Desarrollo Económico y del Trabajo) entre el gobierno, el movimiento sindical, las empresas y la comunidad. Además, incluimos a todas esas voces en los foros de consulta sobre la R204. Intentábamos ponernos de acuerdo al interactuar, comparar y conciliar nuestras notas. Eso nos sirvió de orientación y nos ayudó a entender el tema desde la perspectiva de todos los interesados. Después pudimos intentar aplicar el programa desde un punto de vista colectivo. Como sindicato, la COSATU hace hincapié en la importancia del trabajo decente como un contexto donde todo el mundo –incluidos los trabajadores, las empresas y la economía– puede salir ganando. Siempre hemos luchado para conseguir que el gobierno entienda que el trabajo decente constituye la única manera sostenible de acelerar el crecimiento de la producción y el empleo, aumentar el ritmo de la reducción de la pobreza y generar una verdadera democracia y cohesión social en Sudáfrica.

¿Con qué otras organizaciones trabajaron y qué valor aportaron al proceso?

¡Nada para el pueblo sin el pueblo! Hay organizaciones civiles que trabajan con algunos de estos comerciantes informales, además de los dirigentes de los consejos locales, así que también las incluimos en las conversaciones para conocer las verdaderas luchas y necesidades de los trabajadores informales. Esto nos ayudó cuando abordamos a los legisladores, pues pudimos debatir desde un punto de vista con fundamentos sólidos. Puedo afirmar que en todas las provincias involucramos a los consejos locales y las organizaciones de la sociedad civil, así como a otros líderes comunitarios.

¿Qué cambios específicos ha logrado la R204 para los trabajadores informales vulnerables?

La aplicación de la R204 en Sudáfrica es un proceso lento y a largo plazo, pero si analizamos el marco jurídico que hemos desarrollado, estamos obteniendo buenos resultados. Por ejemplo, estamos trabajando para que se apruebe una ley del salario mínimo nacional que proteja de la explotación a todos los trabajadores –independientemente de sus sectores o categorías profesionales–. Además, se supone que la Ley de Condiciones Básicas de Empleo debe amparar a todos los empleados, tanto si trabajan en la economía formal como en la informal. Por desgracia, el Ministerio de Trabajo tiene poca capacidad para supervisar su cumplimiento. Pero siempre hemos advertido al gobierno de que no tiene ninguna legitimidad moral para exigir a los trabajadores informales que respeten las leyes nacionales si sigue menospreciándoles.

Otro de los logros más notables hasta la fecha fue que presionamos al Ministerio de Minas para que llevara a cabo la transición de la minería artesanal de la economía informal a la formal, gracias a lo cual ha empezado a apoyar dichos proyectos, garantizando que las viejas minas no acaben en manos de bandas criminales. Creemos que un salario constante en el empleo formal supondría una mejora considerable en la calidad de vida de dichos mineros. La COSATU también espera que el Parlamento apruebe la enmienda al Proyecto de ley sobre indemnizaciones por lesiones laborales que ampliará la cobertura a más de 800.000 trabajadoras del hogar e incluirá las enfermedades laborales y el estrés postraumático. Esto también beneficiará a los mineros, el personal de seguridad y las trabajadoras en especial. Se trata de un enorme paso para ofrecer protección social a los trabajadores informales y vulnerables.

¿Qué están haciendo para garantizar que no se deje de lado a las mujeres, en general, y a las mujeres jóvenes, en particular?

El cumplimiento sigue siendo un problema en el ámbito de la inclusión de género. La COSATU cuestiona el orden establecido que ha dejado a la mayoría de las mujeres empleadas en los puestos de trabajo más vulnerables y peor remunerados. Incluso en el sector formal luchamos para asegurarnos de que las mujeres y las jóvenes estén representadas. Sin embargo, todavía queda mucho por hacer, si tenemos en cuenta que en el sector informal sudafricano hay muchas más mujeres que hombres. También conviene destacar que es mucho más probable que las mujeres y no los hombres acaben trabajando en empleos no remunerados.

¿Cómo ha afectado la pandemia de la covid-19 a la aplicación de la R204 en Sudáfrica?

La pandemia ha supuesto un enorme retroceso en general. En concreto, esta crisis ha evidenciado la vulnerabilidad de millones de trabajadores en el sector informal y la falta de protección social que sufren. Las mujeres y los trabajadores de la economía informal se han visto más expuestos a los duros reveses socioeconómicos que ha provocado esta crisis sanitaria mundial. En el continente africano, antes de la pandemia, casi la mitad de la población vivía por debajo del umbral de la pobreza y más de 140 millones de personas eran trabajadores de bajos ingresos que no disponían de los medios necesarios para cubrir las necesidades de sus familias. Esta situación no ha hecho más que empeorar y los trabajadores y sus familias siguen sufriendo dificultades.

Por tanto, la crisis de la covid-19 ha revelado el enorme déficit de trabajo decente que sigue imperando en 2021. El programa de la R204 en Sudáfrica también se vio afectado por las dificultades a las que se tuvieron que enfrentar los comerciantes informales. Los vendedores en las paradas de taxi y estaciones de trenes perdieron a la mayoría de sus clientes, ya que menos gente se desplazaba a sus puestos de trabajo. Los peluqueros a los que prohibieron trabajar se quedaron sin ingresos durante meses. Los empresarios que solo podían percibir una pequeña parte de las ganancias anteriores a la pandemia de la covid-19 sufrieron una grave disminución de su clientela y un aumento de los costes. Todo esto derivó en un sector informal en crisis y nos ha dificultado mucho las cosas.

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This article has been translated from French.

Estos artículos se redactaron dentro del marco del programa de cooperación de cinco años del Movimiento de Solidaridad Internacional (MSI), cofinanciado por el sindicato belga ACLVB-CGSLB y la Cooperación Belga para el Desarrollo.