El derecho de huelga debe defenderse a toda costa

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La Confederación Sindical Internacional (CSI) ha lanzado recientemente una amplia movilización en defensa del derecho de huelga, derecho humano fundamental que ha sido objeto de reiterados ataques por parte de las grandes empresas –particularmente el sector financiero y las multinacionales– así como de gobiernos autoritarios opuestos al diálogo.

Así, en cada uno de los 161 países en los que tiene afiliadas, la CSI reafirmará la importancia de esta conquista de la clase obrera, que –apoyándose en el sistema de control de la Organización Internacional del Trabajo (OIT)– se ha revelado fundamental para incrementar los ingresos, mantener el empleo y garantizar los derechos.

Pese a que el derecho de huelga está protegido por el Convenio No. 87 de la OIT, desde 2012 el Grupo de los Empleadores ha lanzado en la OIT un ataque sin precedentes contra el sistema de control de la institución, buscando sobre todo socavar la autoridad de aquellos que han venido contribuyendo a regular mínimamente las relaciones de trabajo y a poner freno a los abusos y atropellos.

A diferencia de aquellos que sueñan con el regreso a la ley de la selva, entendemos que el derecho de huelga constituye una importante herramienta estratégica para los trabajadores y trabajadoras que buscan aumentar su poder adquisitivo, y resulta clave para el avance de cualquier sociedad en la lucha contra la desigualdad.

Más que una simple demostración de fuerza, que se materializa como la movilización de decenas, cientos, o miles de trabajadores y trabajadoras, la huelga es el resultado de la organización, de una toma de conciencia colectiva respecto a los problemas comunes, proponiendo pautas y soluciones alternativas.

Si las empresas utilizan una serie de subterfugios –a menudo incalificables– para presionar a los gobiernos, ¿por qué los trabajadores no tendrían derecho a cruzarse de brazos y decir que no?

En todos mis años de militancia, nunca he oído hablar de una empresa que haya quebrado por pagar a sus trabajadores un salario digno.

En cualquier caso, el componente salarial suele ser minúsculo en comparación con la magnitud de los beneficios obtenidos de la explotación de la mano de obra.

En un contexto en el que la crisis de los denominados “países desarrollados” conlleva reducciones salariales y recortes de derechos en nombre de una pretendida “competitividad”, el derecho de huelga ha demostrado ser una luz al final del túnel.
En realidad, la situación actual exige relaciones de trabajo que fortalezcan la negociación colectiva para oxigenar y dinamizar los mercados internos, que no pueden y no deben estar a merced de los dictados de un puñado de monopolios u oligopolios.

Nuestra agenda es todo lo contrario de lo que está siendo propuesto y aplicado por muchas compañías, beneficiarias de la globalización neoliberal, y los gobiernos que se han sometido a su lógica.

Actúan como si todavía viviésemos en la época de la esclavitud, aunque estemos en el Siglo XXI, sólo que sustituyen el látigo de cuero por uno metafórico.

No queremos volver a ese pasado. En las calles y en nuestros lugares de trabajo, los trabajadores y trabajadoras del mundo entero diremos un sonoro ¡no!

 

Esta es una versión editada de un artículo publicado originalmente en el sitio web de CUT Brasil en portugués: http://www.cut.org.br/artigos/a-defesa-do-direito-de-greve-e-o-sistema-de-controle-da-oit-ca7b/