El plan de inversiones de Juncker está plagado de dudas

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Durante el último Consejo de la Unión Europea (UE) del año, que se celebró el 18 de diciembre en Bruselas, los líderes europeos dieron luz verde al plan de inversiones de 315 mil millones € promovido por Jean-Claude Juncker.

El objetivo de dicho plan consiste en fomentar el crecimiento de la UE mediante la movilización de 315 mil millones € en inversiones privadas y públicas.

El presidente recién elegido de la Comisión Europea ha presentado este plan como el proyecto emblemático de su mandato y como "una bocanada de aire fresco" para las instituciones de la UE.

Sin embargo, el tan esperado plan se enfrenta a graves dudas sobre si sus limitados 21 mil millones € de capital inicial (5 mil millones € del Banco Europeo de Inversiones y una "garantía de la UE " de 16 mil millones € emitida por la Comisión) pueden generar 315 mil millones € en inversiones, sobre todo del sector privado.

Debido a la falta de un crecimiento constante en Europa y al actual entorno fiscal que obliga a los Estados miembro de la UE a apretarse los cinturones, resulta difícil imaginar que los mercados tengan la suficiente confianza como para generar ese tipo de influencia y asignar recursos donde sean más necesarios.

“Es bastante decepcionante. Solo es otra manera de decir: por favor, inviertan su dinero”, explicó a Equal Times Philippe Ledent, economista de ING Bélgica. “Si se hace bien, se podría alcanzar dicho nivel de influencia, pero confío menos en que pueda tener un gran impacto en la economía de la eurozona”.

Ronald Janssen, asesor económico de la CES, explicó a Equal Times que las aportaciones de los Estados miembro deberían ser mucho más cuantiosas. Asimismo, duda que los mercados reaccionen de forma tan positiva como predice el plan.

“Es un plan de seguros, no de inversiones”, afirmó. Además, hizo hincapié en la necesidad de “romper el monopolio de los mercados, permitiendo al Banco Central Europeo (BCE) emitir dinero”.

“El sector privado no está invirtiendo porque no hay demanda. Y no hay demanda porque el sector privado no está invirtiendo. El único actor que puede romper este círculo vicioso es el sector público”.

Según Ledent: “Me gustaría que todos los Estados miembro invirtieran 300 mil millones € en un proyecto de deuda común. Así, enviarían a los ciudadanos de la UE y a los mercados financieros un mensaje contundente sobre el futuro de la eurozona”.

En un esfuerzo por abordar este reto, la Comisión Europea ha propuesto que las aportaciones de capital de los gobiernos al fondo común queden excluidas de las restricciones de la deuda pública según las normas del Pacto de estabilidad y crecimiento.

Los países que se enfrentan a graves problemas de deuda y déficit, como Francia o Italia, han recibido esta propuesta con los brazos abiertos.

Sin embargo, en las conclusiones finales del Consejo Europeo, los líderes de la UE se limitan a “tomar nota de que la Comisión es favorable hacia este tipo de aportaciones de capital en el contexto de la evaluación de las finanzas públicas según el Pacto de estabilidad y crecimiento, forzosamente en conformidad con la flexibilidad que ya se aplica en sus normas”.

 

Invertir, pero ¿en qué?

Una cuestión que se está planteando es en qué y cómo se gastará el dinero de la UE.

Según un comunicado de la Comisión Europea, ya se han identificado alrededor de 2.000 proyectos “en ámbitos clave que fomentan el crecimiento” en toda la UE y que ascienden a unos 1,3 billones €, es decir, una cantidad cuatro veces superior al proyecto de Juncker.

“La idea principal consiste en ofrecer un flujo de proyectos fiables que recuperen la confianza de los inversores y expandan las inversiones del sector privado para que complementen la financiación de los Estados miembro y de la UE”, reza el comunicado.

Aunque el presidente de la Comisión Europea ha hecho hincapié en que uno de los objetivos del plan consiste en apoyar a los países más castigados por la crisis, todavía no ha quedado claro si se tendrán en cuenta los criterios sociales y económicos al elegir los proyectos.

“Si los criterios para invertir son los beneficios y el bajo riesgo del proyecto en concreto, el capital se utilizará para financiar proyectos en las grandes economías de la UE. El desempleo, la recesión y la falta de inversiones deberían ser los criterios reales”, aseguró a Equal Times Dimitrios Papadimoulis, legislador griego de izquierdas y vicepresidente del Parlamento Europeo.

En un discurso pronunciado ante el Parlamento Europeo, Juncker explicó que un comité especial para inversiones formado por expertos validará cada proyecto desde “una perspectiva comercial y social” basándose en el valor añadido que tenga para la UE en conjunto.

Sin embargo, no es probable que esta idea encuentre demasiado apoyo entre los inversores privados y las principales economías de la UE.

Tras la cumbre de la UE, la Canciller alemana Angela Merkel rechazó cualquier tipo de intervención política en el proceso de selección. "No debe decidirse políticamente, sino en base a criterios empresariales ", aseguró ante los periodistas.

En una entrevista con la agencia de noticias Reuters, varios economistas de JPMorgan tildaron el plan de “mediocre” y aseguraron que “el proceso de identificación de proyectos no parece muy elaborado”.

La propuesta final de la Comisión, que incluirá los detalles específicos de las condiciones de funcionamiento del plan, se presentará ante el Parlamento Europeo en enero de 2015 y su entrada en vigor está fijada para junio de 2015.