El sindicato TÜMTİS y el proceso judicial que “amenaza a todos los sindicatos en Turquía”

El sindicato TÜMTİS y el proceso judicial que “amenaza a todos los sindicatos en Turquía”

TÜMTİS is enmeshed in a decade-long legal case that threatens to further erode the rights of all unions in the country.

(TÜMTİS)

Durante nueve largos meses, los trabajadores turcos del transporte por carretera montaron piquetes seis días a la semana en el exterior de tres centros de facturación de UPS en Estambul y Esmirna para exigir el derecho de sindicalización en sus lugares de trabajo. A medida que fueron despidiendo a los miembros del sindicato, los piquetes aumentaron y se mantuvieron firmes, incluso cuando la policía antidisturbios intentó disolverlos de forma agresiva.

Cuando finalmente la empresa UPS aceptó reincorporar a la mayor parte de los trabajadores despedidos y firmó un convenio colectivo a finales de 2011, los atribulados sindicatos de Turquía recibieron una inyección de energía.

“Muchos sindicatos nos visitaron para descubrir cómo lo habíamos hecho”, asegura Kenan Özturk, presidente del Sindicato de Trabajadores del Transporte por Carretera (TÜMTİS), quien tras su éxito en el caso de UPS consiguió que DHL firmara un convenio colectivo aún más sólido.

Sin embargo, en el contexto del conflicto político del verano pasado que ha agitado Turquía tras un intento fallido de golpe de Estado y antes de la celebración de un polémico referéndum este 16 de abril, el sindicato que sirvió de ejemplo para la lucha sindical en épocas difíciles está inmerso en un proceso judicial que ha durado una década y cuyo resultado amenaza con coartar aún más los derechos de todos los sindicatos del país.

A principios de marzo de este año, un tribunal superior de Ankara confirmó las condenas contra 14 líderes del TÜMTİS que actualmente se enfrentan a entre uno y seis años y medio de prisión por acusaciones entre las que se incluye “la fundación de una organización con el fin de delinquir”.

Dichas acusaciones se remontan a 2007, cuando los líderes fueron detenidos en registros por sorpresa tras la denuncia de la empresa de logística Horoz Kargo, en la que el sindicato TÜMTİS llevaba desde 2005 intentando desarrollar una campaña de sindicalización.

“No hay lesiones, muertes ni armas relacionadas con la causa judicial contra nuestros miembros; su ‘delito’ fue fundar una organización para presionar a un empleador y aumentar la afiliación y los ingresos del sindicato”, explica Özturk. “Esas son las obligaciones fundamentales de cualquier sindicato”.

Las organizaciones sindicales internacionales, cuya solidaridad ayudó al sindicato TÜMTİS a obtener sus victorias en los casos de UPS y DHL, han prestado su apoyo en la campaña contra las condenas.

“El TÜMTİS y otros sindicatos turcos se han tenido que enfrentar en repetidas ocasiones a ataques, a menudo hostiles, por parte de empleadores locales. Los empleadores se han envalentonado debido a una cultura auspiciada por el gobierno y basada en menospreciar los derechos sindicales”, afirma Noel Coard, responsable del ámbito del transporte terrestre para la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF).

“Aunque la situación en la última década ha sido bastante mala, sin duda empeoró cuando el gobierno intensificó la represión utilizando como excusa el golpe de Estado sofocado [del 15 de julio de 2016]”.

Represión antisindical

Desde que tomó el poder en Turquía en 2002, el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) ha mantenido muchas de las leyes, normativas y prácticas antisindicales que entraron en vigor a principios de la década de 1980, un período en el que se aplicaron fuertes restricciones a la sindicalización y las huelgas. Al mismo tiempo, el AKP ha absorbido parte del apoyo tradicional de la clase trabajadora a los sindicatos con medidas para que el sistema de bienestar turco sea más igualitario. Además, también ha reforzado a las federaciones sindicales progubernamentales, que han visto un rápido crecimiento en detrimento de los sindicatos independientes como el TÜMTİS.

“Los sindicatos progubernamentales y a favor de la patronal reciben apoyo estatal para sus actividades organizativas, lo que les permite afiliar a miembros más fácilmente”, asegura el Dr. Aziz Çelik, un profesor adjunto de la Facultad de Economía y Relaciones Laborales de la Universidad de Kocaeli. “Asimismo, si se comparan con otros sindicatos, obtienen certificados del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social más rápida y fácilmente”.

La federación sindical para muchas de estas organizaciones, la Confederación de Sindicatos de Trabajadores Justos (Hak-İş), fue fundada por un partido precursor del AKP y mantiene estrechos vínculos con el partido gobernante. Por tanto, según nos explicó Çelik, el número total de miembros del Hak-İş ha aumentado del 11% en 2002 al 32% actual. La Federación de Sindicatos Turcos (Türk-İş), dentro de la cual se encuentra el TÜMTİS, ha perdido terreno, pues ha pasado de representar al 71,5% de los miembros de sindicatos a tan solo el 57%.

“Las prácticas laborales precarias y flexibles, como las subcontratas y los contratos temporales que se iniciaron en la década de 1980, también se han afianzado en lo que llevamos de siglo”, asegura Çelik. El AKP ha acelerado esta tendencia mediante la contratación de empresas subcontratistas para la prestación de servicios públicos, lo cual ha provocado “una espectacular reducción de la densidad sindical y del alcance de los convenios colectivos”, añade Çelik.

Adaptabilidad

Los logros del TÜMTİS en este difícil contexto se pueden atribuir en parte a su adaptabilidad. El sindicato, que se fundó en 1949 para representar a los conductores de autobuses y tranvías de Estambul, ya se había reinventado en una ocasión después de que una norma gubernamental promulgada en 1974 redefiniera el sector del transporte terrestre para excluir a los servicios municipales de autobuses. Frente a la pérdida de casi la mitad de sus miembros, el sindicato cambió su enfoque para pasar a sindicalizar a empresas de mensajería a pequeña escala.

Como dichas empresas empezaron a sufrir la presión competitiva de las grandes corporaciones, el TÜMTİS tomó la decisión estratégica de intentar organizar a los trabajadores de UPS. El sindicato turco consiguió convencer a los líderes de la ITF para que prestaran un apoyo sin precedentes a dicha campaña.

Esperando sacar partido de sus triunfos en UPS y después en DHL, el TÜMTİS fijó su objetivo en Aras Kargo, la segunda mayor empresa de mensajería de Turquía. En un solo año, el sindicato consiguió afiliar a casi 2.000 miembros, lo cual le valió el reconocimiento del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. En una empresa con múltiples sucursales se exige que un sindicato tenga afiliados al 40% más uno de los trabajadores en cada lugar; en el caso de Aras Kargo tuvieron que trabajar en las 81 provincias de Turquía.

“Incluso después de conseguir todo eso, la legislación otorga al empleador el derecho a objetar dentro del plazo de seis días hábiles desde que el sindicato presenta la solicitud al ministerio, un derecho que utilizan la mayoría de los empleadores, especialmente los del sector privado”, explica a Equal Times Özturk, el presidente del TÜMTİS.

“Las empresas saben que van a perder, pero utilizan esta medida para ganar tiempo. Un caso puede durar tres o cuatro años y al final el sindicato puede haber ganado el caso, pero quizá ya no le queden miembros en el lugar de trabajo”.

El sindicato turco está esperando el fallo del caso Aras Kargo que se emitirá el 9 de mayo. Al mismo tiempo está luchando para no perder los logros del pasado en un clima de prácticas antisindicales como las que el TÜMTİS asegura está empleando el municipio de Gaziantep en el sudeste de Turquía. Según los representantes sindicales del TÜMTİS, el verano pasado el municipio transfirió a 160 trabajadores que pertenecían al Öz-Taşıma-İş (un sindicato afiliado al Hak-İş progubernamental) a su empresa de transporte urbano, con lo que se apoderó de lo que había sido un lugar de trabajo del TÜMTİS.

Mientras tanto, el actual estado de excepción en Turquía ha imposibilitado la mayor parte de las huelgas, comunicados de prensa y manifestaciones. Además, sobre todos planea la sombra de las condenas a los 14 líderes del TÜMTİS en Ankara, una decisión judicial que el profesor Çelik de la Universidad de Kocaeli tilda de “una amenaza para todos los sindicatos de Turquía”. El TÜMTİS ha solicitado que se repita el juicio de nuevo.

“El único motivo por el que les detuvieron e impusieron una condena es por sus actividades sindicales”, afirma Özturk. “Todos los abogados con los que hemos hablado estaban escandalizados por el fallo. Según dicen, si hubiera un poder judicial independiente en este país, nuestros amigos deberían ser liberados inmediatamente”.