El último recurso de Leyla Güven para obtener justicia

El último recurso de Leyla Güven para obtener justicia
Ver galería

Tumbada en la cama de su apartamento en la ciudad de Diyarbakır, al sudeste de Turquía, Leyla Güven se incorpora con mucha dificultad. Fatigada por el esfuerzo, toma la mano de su hija Sabiha Temizkan y le sonríe cariñosamente. El día que accede a que Equal Times la visite, el pasado mes de marzo, Güven –política kurda, diputada por Hakkâri del Partido Democrático de los Pueblos (HDP, por sus siglas en turco) y activista de los derechos humanos– cumple su 158º día en huelga de hambre. Su protesta comenzó el 8 de noviembre de 2018 para exigir el fin del régimen de aislamiento al que está sometido Abdullah Öcalan, líder del PKK (Partido de los Trabajadores de Kurdistán), quien ha estado cumpliendo una condena de cadena perpetua en la isla-prisión de Imrali desde el año 1999.

Los partidarios de Öcalan afirman que las condiciones de su encarcelamiento constituyen una violación del Derecho internacional de los derechos humanos, en particular de las Reglas Mandela con arreglo a las cuales la reclusión sin contacto humano durante más de 22 horas al día, por un período superior a 15 días consecutivos, se considera “confinamiento solitario prolongado”.

“El Gobierno turco ha intentado manipular el llamamiento de mi madre y hacer que parezca una batalla por la libertad de Öcalan”, señala Sabiha, una periodista que habla en nombre de su madre, porque Güven tiene que conservar la poca energía que le queda para sobrevivir.

“El objetivo no es la liberación de Öcalan sino conseguir que se ponga fin a su régimen de aislamiento. No se le permite que vea a su abogado ni a su familia”. La última vez que Öcalan vio a sus abogados fue en julio de 2011.

En enero de este año, su hermano Mehmet Öcalan, miembro de la formación política prokurda Partido Paz y Democracia (BDP, por sus siglas en turco), fue el primer familiar que visitaba al líder del PKK desde 2015.

Güven (que actualmente tiene 55 años), fue obligada a casarse a los 16 años, y tuvo a Sabiha a los 17. A principios de los años 1990, divorciada y con dos hijos, comenzó su carrera política como miembro del Consejo de Administración del partido nacionalista kurdo HADEP (Partido de la Democracia del Pueblo), el cual fue finalmente prohibido en 2003 por su supuesto apoyo al PKK.

En 2004 Güven fue elegida alcaldesa de Küçükdikili, un pueblo de la sureña ciudad de Adana, y en 2009 fue elegida alcaldesa de la ciudad mercantil de Viranşehir, al sudeste del país. De 2010 a 2014 estuvo cuatro años detenida tras una violenta campaña contra los políticos kurdos dirigida por el Gobierno de Abdullah Gül, y en las elecciones presidenciales y parlamentarias de junio de 2018 Güven fue elegida diputada del HDP.

No obstante, en enero de 2018, antes de las elecciones, Güven volvió a ser encarcelada junto a otras 500 personas que habían sido arrestadas por criticar la operación Rama de Olivo, una operación militar turca llevada a cabo en la región de Afrín al norte de Siria para expulsar a las milicias kurdas YPG (Unidades de Protección Popular), un grupo calificado de “terrorista” por el Gobierno de Ankara. Está operación también fue la causa de la muerte y el desplazamiento de civiles vulnerables a manos del Ejército turco. Güven, que también es copresidenta del Congreso de la Sociedad Democrática (DTK), una plataforma de asociaciones kurdas que promueven el confederalismo democrático, se enfrentaba a 31 años de cárcel por delitos de terrorismo e incitación al odio. A pesar de la inmunidad de que goza como diputada, Güven no fue puesta en libertad hasta el 25 de enero de 2019, casi tres meses después de haber empezado su huelga de hambre.

Actualmente, diez diputados del HDP permanecen en la cárcel, entre ellos Selahattin Demirtaş y Figen Yüksekdag, ex copresidentes del HDP. A lo largo del año pasado más de 200 presos de cárceles de toda Turquía se han solidarizado con la acción de Güven y se han declarado en huelga de hambre, pero el clamor internacional ha sido silenciado. “Salvo Amnistía Internacional, ninguna organización nos ha contactado ni se ha expresado sobre este asunto”, afirma Sabiha. Güven ha enviado cartas al Comité Europeo para la Prevención de la Tortura (CPT) y al Parlamento Europeo explicando el propósito de su huelga de hambre indefinida, pero todavía no ha recibido respuesta.

Sabiha explica que se enteró de la decisión de su madre al mismo tiempo que los demás. “Quiso llevar a cabo la huelga [de hambre] sola porque pensaba que podría lograr más como diputada, sobre todo como diputada encarcelada”.

También señala que, desde que Güven fue puesta en libertad, “los medios de comunicación afines al Gobierno han intentado hacer creer a la gente que tras la liberación de mi madre la huelga se acabaría”, pero ella continúa con su protesta con el apoyo de sus familiares y amigos.

Sobreviviendo únicamente a base de agua, sal y vitaminas, su salud se deteriora cada día, pero está decidida a seguir hasta que se haga justicia. Al explicar las razones de su huelga, afirmó: “Si hace falta, seguiré con esta protesta hasta la muerte”.

 

Leyla Güven tumbada en la cama de su apartamento en Diyarbakir, el 9 de marzo de 2019, se encuentra en huelga de hambre desde el 8 de noviembre de 2018.

Foto: Equal Times newsdesk

Aunque la protesta de Güven ha recibido el apoyo de la comunidad kurda y de iconos internacionales de los derechos humanos como Leila Khaled y la catedrática Angela Davis, la comunidad internacional ha permanecido por lo general silenciosa. Cerca de 200 personas se encuentran actualmente en huelga de hambre en cárceles turcas, y, en Europa, 15 personalidades políticas y activistas kurdos se han declarado en huelga de hambre indefinida en Estrasburgo para protestar por la decisión del CPT de no visitar al líder del PKK Abdullah Öcalan. También se están llevando a cabo otras huelgas de hambre en apoyo a Öcalan en lugares tan lejanos como Siria, Irak, Escocia y Armenia.

 

Güven, que empezó su protesta en la cárcel y la continúa ahora en su casa, sobrevive únicamente a base de agua, sal y suplementos vitamínicos.

Foto: Equal Times newsdesk

Güven, de 55 años, fue elegida diputada del HDP por Hakkâri (en la frontera turco-iraquí) en las elecciones presidenciales y parlamentarias del 24 de junio de 2018, pero había estado en la cárcel desde enero de ese año por sus declaraciones en contra de la operación militar turca en Afrín. Desde que comenzó su huelga de hambre ha padecido diarrea, fiebre e insomnio debido a los dolores corporales, y ha perdido mucho tejido muscular y tejido magro corporal.

 

Güven recibe la ayuda de una amiga y de su hija mayor, la periodista Sabiha Temizkan (dcha.), que actualmente cuida de su madre a tiempo completo.

Foto: Equal Times newsdesk

En una versión inglesa de una entrevista originalmente publicada por el periódico Yeni Yaşam y publicada nuevamente por The Region, Sabiha habla del amor y devoción que siente por su madre, pero también de lo difícil que es ser la hija de una “heroína del pueblo”. “Es realmente difícil. Aunque respeto las acciones de mi madre, a veces no puedo parar de decir ‘¿por qué hizo esto?’. Quizás sea egoísta, pero a veces pienso ‘¿por qué es siempre mi madre?’. Toda la familia está preocupada. Estamos intentando hacer todo lo que podemos para salir indemnes de este proceso. Nos resulta difícil mantener la esperanza. [Este es] uno de los momentos más desesperantes de mi vida”.

 

Sabiha sentada al lado de su madre, la diputada kurda y activista de los derechos humanos Leyla Güven.

Foto: Equal Times newsdesk

En parte debido a la poca diferencia de edad (17 años), Güven y su hija Sabiha siempre han tenido una relación muy estrecha. Sabiha ha sido testigo de todos los pasos del desarrollo de su madre como mujer, como activista y como política. “Yo iba a la escuela secundaria y mi madre iba a reuniones de partido. Ya no veía a mi madre preparando la comida en la cocina; se convirtió en una política muy activa”.

Cuando Sabiha expresa su preocupación por la salud de su madre, Güven le recuerda el caso de Taybet Ana, que fue asesinada durante el toque de queda en Silopi y cuyo cadáver yació sin sepultar durante una semana, y el de Cemile de Cizre, muerta a tiros por la policía. Ambas mujeres eran civiles que quedaron atrapadas en el fuego cruzado durante el toque de queda impuesto en 2015 para llevar a cabo operaciones militares. Las Fuerzas de Seguridad turcas trataron de eliminar a militantes kurdos y se produjeron enfrentamientos violentos en varias ciudades del sudeste de Turquía. “‘Mi vida no es más valiosa que la de ellas’, me dijo”.

Sin embargo eso no significa que Sabiha se sienta cómoda con la decisión de su madre. “La decisión de mi madre me duele, pero no puedo permanecer indiferente, incluso cuando menciona la situación de Öcalan. Yo no quiero interponerme en su camino, sino estar a su lado”, explica con lágrimas en los ojos. “Cuando se es la hija de una mujer tan fuerte, se aprende a ser fuerte por ella”.

 

Güven es ayudada a caminar por la casa para aliviar los dolores musculares que padece y para evitar que se le formen coágulos sanguíneos.

Foto: Equal Times newsdesk

Cada día, temprano por la mañana, le controlan la tensión, la temperatura y el peso. Sabiha ayuda a su madre a lo largo del día, haciéndole compañía, leyéndole sus artículos o incluso tuiteando sobre ella. Güven también recibe muchas visitas y regalos. La gente le escribe poemas, canciones, cartas de agradecimiento e incluso le envían pulseras y pendientes hechos a mano.

 

Debido a los fuertes dolores de cabeza, Güven es incapaz de dormir adecuadamente y por lo general permanece en un estado intermedio entre el sueño y la vigilia.

Foto: Equal Times newsdesk

Salvo Amnistía Internacional, muy pocas organizaciones internacionales se han puesto en contacto con la familia de Güven o han hecho comentarios públicos sobre su estado. Pero ella no se desanima. Al comienzo de su huelga de hambre, en noviembre, Güven publicó la siguiente declaración: “Hoy, la política de aislamiento contra el Sr. Öcalan no solo se le ha impuesto a él, sino –en su persona– a toda la sociedad. El aislamiento es un crimen contra la humanidad. Inicio una huelga de hambre indefinida para protestar contra el aislamiento del Sr. Öcalan. De ahora en adelante no me defenderé en los tribunales. Seguiré protestando hasta que el poder judicial revoque sus decisiones ilegales y hasta que se haya terminado con esta política de aislamiento. Si hace falta, llevaré esta protesta hasta la muerte”.

A día de hoy (23 de abril de 2019), Leyla Güven lleva 167 días en huelga de hambre.

Este artículo ha sido traducido del inglés.