En Francia, la extrema derecha seduce a los trabajadores

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El Frente Nacional adquiere un fuerte impulso en la segunda ronda de elecciones municipales en Francia. Con 14 ciudades situadas a partir de ahora en la extrema derecha del tablero político, el partido se implanta por primera vez en regiones industriales tradicionalmente partidarias de la izquierda.

En Hénin-Beaumont, al norte de Francia, el trueno se abatió el 23 de marzo pasado: el Frente Nacional gana el ayuntamiento en la primera ronda.

En este antiguo pueblo minero de 26.000 habitantes, Steeve Briois ha conseguido el 50,25% de los votos.

Al tiempo que el nuevo equipo municipal acaba de instalarse en el ayuntamiento, los simpatizantes expresan su entusiasmo.

En un café del centro de la ciudad, la patrona celebra aparecer en una foto del periódico local al lado de Marine Le Pen, la Presidenta del partido.

A la salida del colegio a las 17h, el baile de los cochecitos de niños se ve animado por el evento. “Van a ocuparse por fin de los habitantes”, se alegra una joven madre de familia. “El nuevo alcalde es un hombre muy simpático que nos presta atención.”

Militante desde 1988, Steeve Briois es natural del lugar. Se ha presentado a todos los comicios locales celebrados desde 1995, obteniendo unos resultados cada vez mayores.

Según Octave Nitkowski, un joven bloguero de 17 años y autor de un ensayo sobre el Frente Nacional en la región, esta cercanía sigue siendo su activo principal.

“Es alguien muy sonriente, atento, que no se olvida nunca de dar un beso o de saludar a los vecinos en el mercado. La izquierda se ha hecho notar en el sentido inverso. Ya ni siquiera hacen campaña.”

El Partido Socialista local está además enredado en varios asuntos. El ex alcalde elegido en 2008 ha sido condenado a cuatro años de cárcel por malversación de fondos públicos. Gérard Dalongeville ha recurrido la sentencia.

Tras la decisión, Eugène Binaisse, un antiguo director, fue nombrado su sucesor. Los resultados que ha obtenido en 2014 apenas superan el 32%.

En el local donde organizó su campaña reina una atmósfera de resentimiento. Las cajas ya están hechas y los pósters descolgados. Binaisse promete no obstante “mantenerse vigilante” con respecto al trabajo de la nueva municipalidad.

“Es un partido populista. Hay 10.000 personas que pasan hambre, problemas de alojamiento… Briois les promete que va cambiarlo todo como por arte de magia y eso funciona.”

 

Giro social

En Hénin-Beaumont la tasa de desempleo supera el 18 %, lo que representa el doble de la media nacional.

La última mina cerró en 1970, pero varias fábricas, como las de Samsonite, han cerrado sus puertas estos últimos años.

Mientras se fuma un cigarrillo durante el descanso, David, mecánico, explica el por qué de su elección: “Aquí la situación es muy complicada para todo el mundo. Hemos visto como lo ha hecho la derecha, la izquierda, y ahora vamos a probar con el FN.”

Para Valérie Igounet, historiadora, especialista en la extrema derecha, “el FN se ha amoldado al contexto socioeconómico y adopta hoy en día un discurso mucho más social.”

El programa de Briois refleja efectivamente cierto conformismo. Aparte de reforzar la seguridad gracias a las cámaras de videovigilancia que ahora son corrientes, el nuevo alcalde promete más cultura y comida bio en las cantinas.

El partido no duda igualmente en poner de relieve a sus candidatos reclutados en la extrema izquierda.

Fabien Engelmann, ex miembro de la Confédération générale du travail (CGT), de la que fue excluido en 2011, ganó el domingo, bajo la etiqueta del Frente Nacional, el ayuntamiento de Hayange en el valle de la Fensch, al este del país, donde todavía subsisten vestigios de las fábricas siderúrgicas Arcelor-Mittal.

Todo un símbolo. Este joven obrero de 34 años reconoce que “nunca se habría unido al FN antes de la llegada de Marine Le Pen, que le ha dado al partido un nuevo semblante.”

El que pretende “apoyar a todos los asalariados” espera ofrecer transporte gratuito a sus ciudadanos.

Cuenta igualmente con prohibir la consumición de alcohol en la vía pública y la mendicidad. Reivindica “un patriotismo económico” a fin de preservar el empleo y la industria francesa, “pero también un patriotismo migratorio”.

Los trabajos de Florent Gougou, investigador especializado en el mundo obrero, demuestran efectivamente que “la inmigración sigue siendo el centro de las preocupaciones del electorado frontista.”

 

Las elecciones europeas en el punto de mira

Valérie Igounet quiere no obstante relativizar los últimos resultados "del partido más popular para los obreros".

“Esta categoría socio-profesional también se ha abstenido masivamente. Además, de los 210.000 consejeros municipales que acaban de ser elegidos, sólo 1.500 pertenecen al Frente Nacional.”."

Pero el FN entra en un nuevo ciclo de comicios, con las elecciones europeas a partir del mes de mayo.

Firmemente ofensiva con respecto a la política europea, Marine Le Pen adopta un discurso atractivo para una población cada vez más escéptica de cara a Bruselas..

Le Pen puede albergar la esperanza de ver a su partido a la cabeza de las elecciones. Con el 22 % de las intenciones de voto, se encontraría codo con codo con la UMP (derecha), según un reciente sondeo IPSOS.

Y como lo constata Engelmann: “Acabamos de degustar el plato fuerte, pasemos al postre.”

Este artículo ha sido traducido del inglés.