Europa necesita una política comercial más firme para mejorar el bienestar de los animales

Europa necesita una política comercial más firme para mejorar el bienestar de los animales

Young pig tagged in a pen.
Europeans want more animal protection. As shown by the latest Eurobarometer survey on animal welfare, more than 93 per cent agree that “imported products from outside the EU should respect the same animal welfare standards as those applied in the EU.”

(Eurogroup for Animals)

La Unión Europea (UE) es líder mundial en el establecimiento de normas internacionales, no sólo en el ámbito del trabajo y el medio ambiente sino también en lo que respecta al bienestar de los animales. Eso es algo que tenemos que elogiar, aunque todavía queda un largo camino por recorrer. Son muchos los que también consideran a la UE como la defensora más firme del libre comercio regulado, sobre todo desde que Donald Trump fue elegido presidente de Estados Unidos.

En ese contexto, una organización paneuropea defensora de los animales que representa a 58 miembros dentro y fuera de la UE, presentó en octubre una serie de disposiciones modelo para los acuerdos de libre comercio de la UE, con el objetivo de contrarrestar los efectos negativos del comercio en el bienestar animal. Se trata de algo especialmente urgente puesto que las negociaciones comerciales clave por parte de los principales importadores de carne han comenzado o están a punto de iniciarse.

La liberalización comercial, que básicamente cubre todo el comercio, incluidos los productos de origen animal, repercute negativamente en el bienestar de los animales. Negociar con terceros el acceso al mercado conduce inevitablemente a la apertura de nuestro propio mercado, y por tanto a una creciente cantidad de importaciones de productos baratos sometidos a una legislación menos estricta en lo referente al bienestar animal que la que se aplica en la UE. Esto tiene consecuencias dentro y fuera de Europa.

En primer lugar, genera un mayor sufrimiento para los animales implicados en el proceso de producción en el extranjero. Los consumidores europeos comprarán los productos baratos, sobre todo en ausencia de un sistema de etiquetado que refleje las normas relativas al bienestar animal. De esta manera se fomentará la demanda de este tipo de productos y, en consecuencia, la producción en el país asociado. Como ejemplo concreto, al comprar carne, uno puede pensar en lo que los animales han sufrido cuando son transportados y sacrificados.

El segundo problema son las condiciones de competencia no equitativas. Si bien la UE cuenta con una regulación estricta para garantizar que las importaciones respeten unas normas adecuadas, estas normativas cubren escasamente los aspectos relativos al bienestar de los animales. Los productos de importación no tienen la obligación de respetar unas normas tan estrictas como las nuestras, con lo cual los productores de la UE pasan a ser menos competitivos.

Este hecho se traduce en una presión para que las autoridades europeas no endurezcan las normas en materia de bienestar animal en Europa, y evitar que se amplíe la reglamentación existente. Este dilema ya se ha planteado claramente en el debate sobre el Brexit.

Durante el verano creció la preocupación sobre la capacidad del Reino Unido para mantener su estricta normativa en materia de bienestar animal en caso de seguir la vía de la “Gran Bretaña global” propuesta por la primera ministra Theresa May.

A nivel europeo puede constatarse una ralentización de medidas comerciales vinculadas a la normativa en materia de bienestar animal, cuando, por el otro lado, los ciudadanos de la UE quieren más protección para los animales.

Como demuestra la última encuesta del Eurobarómetro sobre bienestar animal, más de un 93% está de acuerdo en que “los productos importados de países terceros deberían respetar la misma normativa relativa al bienestar de los animales que se aplica en los países de la UE”.

Puesto que no es así, la situación tiene que cambiar. En materia de política comercial, la postura de la UE ha sido dividir las cuestiones relativas al bienestar de los animales en dos áreas: el bienestar animal en el sentido estricto, y la conservación y el tráfico ilegal de especies silvestres.

Para tratar la primera área suele emplearse una breve referencia a la promoción de la cooperación, ya sea en el capítulo sobre medidas sanitarias y fitosanitarias, o, más recientemente, sobre cooperación reglamentaria. Para tratar la segunda área se recurre a los capítulos sobre comercio y desarrollo sostenible, por lo general mediante una referencia al cumplimiento de los compromisos internacionales.

Lamentablemente esto no basta. Por ejemplo, la UE ha liberalizado el comercio con Ucrania desde el año 2016. Aunque el acuerdo exige a Kiev que ajuste su normativa en materia de bienestar animal a la de Bruselas, la situación todavía no ha mejorado. Así pues, estamos importando huevos producidos en jaulas en batería que ya están prohibidos en la UE.

Determinar el comercio del futuro

Por estas razones, Eurogroup for Animals ha preparado una serie de disposiciones modelo que podrían utilizarse en los futuros acuerdos de libre comercio de la UE. El bienestar de los animales es una cuestión transversal, por lo que sería mejor que se abordara en un capítulo separado, como sucede con los temas relativos a las pequeñas y medianas empresas y al género. Eso no impediría introducir referencias al capítulo sobre bienestar animal en otras secciones relevantes del acuerdo.

Los conceptos clave sobre los que se basan esas disposiciones modelo son los siguientes: unos mecanismos de cooperación muy fuertes para mejorar realmente la situación sobre el terreno; la protección del derecho a regular para evitar cualquier efecto paralizador en la nueva legislación; y una liberalización condicional basada en la equivalencia de normas. Las disposiciones incluyen igualmente enunciados sobre comercio y desarrollo sostenible, solicitando que la UE reconozca el fuerte vínculo que existe entre el bienestar animal y el desarrollo sostenible.

En el acto de presentación que tuvo lugar en el Parlamento Europeo el 18 de octubre, la Comisaria europea de Comercio Cecilia Malmström describió las disposiciones modelo como “una propuesta muy interesante para abordar mejor la cuestión del bienestar animal en la política de comercio de la UE”.

Karoline Graswander-Hainz (miembro del Grupo S&D de la Comisión de Comercio Internacional) destacó la importancia del trabajo que realiza Eurogroup for Animals, haciendo hincapié en que “ya es hora de que el bienestar animal reciba la atención que merece en el ámbito de la política comercial europea”.

La Comisaria Malmström también reaccionó positivamente a la idea de una liberalización condicional basada en la equivalencia de las normas, e indicó que esto podría estudiarse para productos específicos.

En consecuencia, Eurogroup for Animals solicita a la Comisión Europea que estudie las posibilidades de aplicar las disposiciones modelo en las negociaciones en curso, en particular con Mercosur, y también en las próximas negociaciones, sobre todo con Australia y Nueva Zelanda, todos ellos importantes exportadores de carne a la UE.

Por el bien de los animales, y por un desarrollo sostenible global, no hay tiempo que perder.