Gambia: Protesta internacional por la muerte de un dirigente sindical durante su detención

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Los sindicatos internacionales han recogido miles de firmas para reclamar al autoritario gobierno de Gambia una investigación que esclarezca el fallecimiento sospechoso de un dirigente sindical, así como el levantamiento de la prohibición de las actividades sindicales impuesta tras las protestas contra el aumento del precio de los carburantes.

Sheriff Diba, del sindicato de transportes Gambian National Transport Control Association (GNTCA), falleció el 21 de febrero en la tristemente famosa prisión Mile 2, en Banjul, mientras se encontraba detenido junto a otros dirigentes de la GNTCA por protestar por la ruptura de las negociaciones con el gobierno. Todos ellos reclamaban una reducción del precio de los carburantes acorde a la caída de los precios al por mayor.

A principios de marzo, más de 7000 personas habían firmado la petición lanzada desde la página web de LabourStart. “Reclamamos justicia para Sheriff y sus compañeros de Gambia y Senegal”, dice la petición, refiriéndose también a las protestas de los sindicatos del transporte senegaleses contra Gambia, que ha multiplicado por 100 los aranceles aduaneros a los camiones.

Cuatro días después de la muerte de Diba, la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF) envió desde Londres una carta al Presidente gambiano, Yahya Jammeh, denunciando que la muerte del dirigente sindical se produjo “supuestamente como resultado de los abusos y las torturas que le infligieron en la sede de la Agencia Nacional de Inteligencia”.

“La ITF y sus sindicatos afiliados en todo el mundo condenan enérgicamente la disolución y prohibición de las actividades de la GNTCA”.

Además, insta al gobierno gambiano a levantar la prohibición, a retirar “todos los procedimientos judiciales abiertos a los dirigentes y miembros de la GNTCA”, y a establecer “una comisión de investigación nacional (…) para determinar las circunstancias exactas de la muerte de Sheriff Diba”.

“La ITF solicitará, asimismo, la intervención urgente de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en este asunto”, añade la carta.

Bayla Sow, Representante de la ITF en el África Francófona y ante Ecowas, expresó a Equal Times su voluntad de que una “delegación de alto nivel”, formada por representantes sindicales, visite Gambia. La muerte de Diba y las demás detenciones están suscitando “miedos y sospechas entre las bases militantes de los sindicatos del transporte por carretera de Gambia”.

Por otro lado, la prohibición impuesta por el gobierno gambiano de recaudar contribuciones sindicales en las estaciones, tipificada a partir de ahora como delito económico, “hace imposible las actividades sindicales en el sector del transporte por carretera”.

Paralelamente, reclama que se “reanude el diálogo social con los sindicatos de transporte por carretera”.

En Ginebra, la OIT ha reconocido la recepción de una copia de la carta de la ITF, aunque el portavoz de la organización afirmó carecer de más información al respecto.
Para añadir más presión, la Confederación Sindical Internacional (CSI) denunció las “continuas violaciones de los derechos humanos y sindicales en Gambia” y escribió al Presidente gambiano reclamando justicia para los responsables de la muerte de Diba.

“La CSI insta, además, al gobierno gambiano a anular todas las medidas arbitrarias e ilegales sobre la disolución de la GNTCA y la prohibición de sus actividades; y a retirar todos los procedimientos jurídicos abiertos a los dirigentes y miembros de la GNTCA”, dice la carta.

No nos ha sido posible recabar los comentarios de los funcionarios de la Embajada de Gambia en Bruselas. Los emails enviados por Equal Times a la embajada no han recibido contestación.

Yahya Jammeh, que accedió al poder a través de un golpe de estado incruento hace 21 años, declaró en diciembre República Islámica a este país de dos millones de habitantes mayoritariamente musulmán.

Ha institucionalizado políticas cada vez más autoritarias —y hay quien dice que variables— como exigir a las mujeres empleadas que se cubran el cabello, y anular la medida poco después.

También es tristemente famoso por sus comentarios homófobos y por pretender poder curar el sida.