Julia Mourri: Cómo “dar de nuevo a las personas mayores un papel en nuestras sociedades”

Julia Mourri: Cómo “dar de nuevo a las personas mayores un papel en nuestras sociedades”

Julia Mourri and Clément Boxebeld, founders of the multimedia project Oldyssey, shown here in Paris on 28 January 2020, film the lives of elderly people throughout the world.

(Béatrice Fainzang)

En una época en la que vivimos cada vez más, la Organización Mundial de la Salud estima que, en solo dos generaciones, entre 2000 y 2050, la proporción de la población mundial mayor de 60 años se duplicará pasando del 11% al 22% y alcanzará los 2.000 millones de personas. ¿Cómo se adaptan las ciudades y los países a esta realidad? ¿Cómo se apoya a las personas mayores a lo largo de este “nuevo” período de vida? ¿Por qué es hora de interesarse en ello y poner fin a la oposición intergeneracional?

A fin de explorar estos interrogantes, dos jóvenes cineastas franceses realizadores de documentales, Julia Mourri y Clément Boxebeld, se embarcaron en un proyecto un poco descabellado: crear medios de comunicación para hablar “sobre los viejos”. En 2017, iniciaron Oldyssey, una aventura humana y audiovisual que emprendió la ruta para encontrar a las personas mayores de todo el mundo. Un viaje de iniciación destinado a dar voz a aquellos que echamos al olvido y dejamos de lado, pero que todavía tienen mucho que ofrecer, especialmente a las generaciones más jóvenes. En tres años de encuentros y reuniones con los mayores, en una docena de países, han reunido en su sitio web docenas de reportajes en vídeo sobre las pasiones, los compromisos y el lugar que ocupan las personas mayores en las sociedades europeas, africanas, americanas y asiáticas. Asimismo, han publicado un libro sobre las “iniciativas que acercan a las generaciones” y ahora están explorando la vejez en las regiones francesas.

¿Por qué es tan importante preocuparse por las personas mayores?

Julia Mourri: Todo comenzó con nuestros abuelos, por el deseo de hablar de ellos y por una constatación: tratamos a los mayores poco o mal, cuando en realidad poseen un potencial increíble. Son divertidos y llenan la pantalla. Pensamos que había allí un material interesante de explotar y que existían pocos contenidos o medios que les dan la palabra. Y cuando lo hacen, es más bien en tono alarmista y negativo: las pensiones, la dependencia, los escándalos en establecimientos de alojamiento para personas mayores dependientes (conocidas como “Éhpad” en Francia), pero nunca se les ve desde un ángulo divertido y positivo. Así que quisimos cambiar esta imagen, ya que tenemos mucho que aprender de las personas mayores.

Clément Boxebeld: A las personas mayores a menudo se les reduce a residentes, a un costo económico o a un peso demográfico. La forma en que hablamos al respecto es bastante deshumanizante y queríamos cambiar este prisma mostrándolas como personas de pleno derecho, lejos de los clichés. Lejos de la visión que suele transmitirse como el de una población perteneciente al pasado, que dejará de formar parte del mismo mundo que nosotros, que ya no tiene un lugar en nuestra sociedad actual, especialmente con la tecnología y la aparición de nuevos códigos de lenguaje. De ahí que quisiéramos mostrar que las personas mayores también tienen deseos, aspiraciones y proyectos poniéndolas de relieve. Era importante participar en la valoración del papel social que pueden desempeñar en la sociedad e interrogarse sobre el lugar que se merecen. Cómo crear un vínculo generacional aprovechando todo el potencial que pueden aportar.

¿Es la oposición sistemática entre generaciones un mal de las sociedades modernas?

JM: Conversando con varias personas, nos dimos cuenta de que muchas ven a los mayores como seres resistentes al cambio, como una clase de edad que destruyó nuestro planeta y que no se preocupa por el mundo que va a dejar en oposición a una juventud dinámica que se compromete y va en contra de esta tendencia. No tiene nada que ver. Pasamos siete meses documentándonos, buscando en los trabajos universitarios lo que se había hecho hasta la fecha y cómo se hablaba de las personas mayores. Y, francamente, existen muchos modelos e iniciativas en todo el mundo que demuestran lo contrario. Nunca tuvimos tanta necesidad de reflexionar juntos, codo con codo.

CB: El propio término “retirado” dice mucho sobre la visión que puede tenerse de la vejez. Es la idea de retirar a un grupo de edad no productivo, por lo tanto, irrelevante, en un mundo definido por el trabajo. Sin embargo, muchos estudios realizados por sociólogos, antropólogos e incluso gerontólogos revelan lo contrario.

¿Cuáles fueron su enfoque y sus fuentes de inspiración?

JM: Después de leer mucho e informarnos sobre lo que se había hecho sobre el tema, buscamos en todo el mundo modelos de envejecimiento que nos parecieron innovadores. Después de identificar los modelos y los países, contactamos a los expertos sobre el terreno que estaban trabajando en estos temas y les preguntamos cuáles eran las perspectivas que estaban en juego, porque obviamente, cada país responde de manera diferente al reto del envejecimiento. Fueron estas discusiones las que alimentaron nuestra reflexión e influyeron en nuestro viaje. Gracias a Miwako Honda, por ejemplo, geriatra en el hospital de la Universidad de Tokio, descubrimos la existencia del método denominado “humanitud”, que implementó en Japón a partir del trabajo de Yves Gineste.

Se trata de una metodología francesa basada en la mirada y la ternura, que ha resultado ser un éxito en Japón. Los japoneses son muy púdicos, nunca miran a los ojos, no se abrazan ni se acarician y cuando los mayores alcanzan una edad muy avanzada, o padecen una enfermedad tipo Alzheimer, es muy difícil comunicarse con ellos. Sin embargo, gracias a este método, los pacientes viven mejor y sus seres queridos también. Los japoneses son muy receptivos y funciona tan bien que ahora hay ciudades enteras que están formando a profesionales del cuidado y a ciudadanos de a pie para que aprendan a comunicarse con las personas que padecen Alzheimer, a mirarlos a los ojos. He aquí un enfoque humano y pragmático que queríamos mostrar.

CB: Queríamos esbozar un retrato característico de la manera en que se envejece en un determinado país, pero dado que nuestro enfoque no era científico, tuvimos que recurrir a los expertos. Justine Rochot, socióloga especializada en la vejez y el envejecimiento en China, estudia las reuniones de personas mayores en los parques para superar el aislamiento. Intercambiamos impresiones y es así como descubrimos en un parque en Pekín un proyecto que se hace llamar “la anciana pequinesa tiene algo que decir”. Las mujeres mayores se han apoderado del espacio digital creando un canal en línea en el que son las protagonistas. Todos los días, ponen en cuestión la sociedad, las noticias y dan su opinión sobre el papel y el lugar que deben desempeñar las personas mayores en la sociedad china.

Existen muchos programas sobre esta generación de progenitores del hijo único, que se encuentran solos una vez que el hijo se va. También hay temas más ligeros, como el de esta antigua celestina que habla sobre cómo practicar la seducción y da consejos a los ancianos. Estas mujeres mayores tienen mucho éxito en las redes sociales y participan en dar otra imagen de nuestros mayores en el país. Nos gustó mucho la idea, ya que eso es precisamente lo que nosotros hacemos: dar voz a los mayores, romper los estereotipos sobre esta generación.

JM: Se han convertido en verdaderas influentes en las redes sociales, son muy populares. Son muy famosas en China y a menudo las detienen por la calle personas jubiladas que les aseguran que han cambiado su vida, porque además de las crónicas diarias, hacen tutoriales en línea que tienen mucho éxito; por ejemplo, cómo utilizar el teléfono móvil para pagar en las tiendas. Son seguidas por una gran comunidad, les dedican foros. Fue interesante ir a ver esta experiencia más de cerca.

La campaña Ageing Equal, iniciada en 2018, o el movimiento antiedadismo ayudaron a denunciar el fenómeno de la discriminación de que son víctimas muchas personas mayores. ¿Qué creen que debe hacerse para romper con los clichés?

CB: Es una cuestión de mentalidad, si no logramos cambiar la forma en que vemos la vejez y a los mayores, no podremos encontrar una solución a esta discriminación, y eso es lo más difícil. De ahí que optáramos por dirigirnos al público en general mostrando emociones, contando historias, con la ambición de crear este cambio de mentalidad en todos; sí, la vejez también puede vivirse de manera positiva. Tenemos mucha confianza en la acción ciudadana y en la escala local. La cuestión de la vejez puede resolverse si se toma el tiempo de crear encuentros en un edificio, un barrio, una ciudad. ¿Cómo creamos estos encuentros? Afortunadamente, hay manera de hacerlo.

En Alemania, por ejemplo, los lugares comunitarios intergeneracionales ayudan a unir generaciones. Proyecto nacido en la década de los 70, por iniciativa de una madre soltera que no quería vivir aislada, se ha convertido en un lugar esencial donde jóvenes y mayores del mismo vecindario se encuentran y gestionan voluntariamente el lugar. Basado en el intercambio de conocimientos, de ayuda mutua y proximidad, el lugar atrae actualmente a casi 600 personas todos los días y ha sido imitado en muchas ciudades alemanas. Con el surgimiento del sistema Hazlo tú mismo, existe un deseo de aprender entre los jóvenes, lo que viene muy bien, porque las personas mayores tienen mucho que transmitir. Creemos realmente que este tipo de enfoque puede vincular a las generaciones y dar un nuevo significado a la vejez.

Depuis le lancement de votre projet, il y a trois ans, avez-vous constaté un changement de mentalités sur les personnes âgées ? Peut-on parler d’une révolution des vieux ?

JM: Je trouve que l’on parle beaucoup plus qu’avant des questions de dépendance, d’âgisme et de discrimination. Il y a trois ans quand on a créé notre projet, c’était moins une question récurrente, mais il y a encore beaucoup à faire. Le vieillissement de la population est inédit, auparavant, il n’y avait pas toute cette période de vie qui suit la fin d’activité. Les personnes âgées n’avaient pas à penser leur place, ni leur rôle au sein de la société, mais avec l’allongement de la durée de la vie toutes ces questions se posent désormais et il faut pouvoir apporter des réponses pour faire de cette période un moment de vie rempli. Tout reste donc à imaginer et il ne faudrait surtout pas exclure les seniors de ces réflexions, car c’est à eux de décider de la façon dont ils souhaitent vieillir et c’est ensemble que nous devons trouver les solutions. Seul un travail intergénérationnel permettra de favoriser l’émergence de nouveaux modèles pour ne plus jamais voir des personnes âgées mourir seules dans leur coin.

This article has been translated from French.