La fiebre del oro divide a la población en el norte de Grecia

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En el camino sinuoso que lleva de Tesalónica a Ouranopolis, antes de llegar al Monte Athos, la naturaleza es impresionante. Numerosas extensiones de bosques de encinas, pinos y castaños rodean pintorescas aldeas.

Sin embargo, la calma aparente es una ilusión súbitamente interrumpida por el sonido de las excavadoras que se dirigen a las minas que se encuentran dispersas en la zona.

Aquí, en el noreste de Calcídica, desde hace años, ecologistas y residentes locales libran una lucha contra esta explotación de los minerales que, a su juicio, destruye su medio ambiente y su bienestar.

La empresa canadiense Eldorado Gold explota una mina de plomo y plata en Stratoni. En Skouries ya ha comenzado con la extracción de oro y plata. Y en Olimpia, donde se encuentra una mina de oro, plata y plomo, se ha reanudado la explotación tras cierto tiempo de inactividad. En estos tres enclaves, según la información proporcionada por la empresa, trabajan a tiempo completo o de forma temporal casi 1.770 personas.

También en Perama Hill, Tracia, se prevé la apertura de una mina de oro y plata que explotará Eldorado Gold.

“No a las minas de oro” puede leerse en las pancartas de Ierissos, la capital del norte de Calcídica. En cambio, en Stratoni se proclama lo contrario: “Las minas son el futuro de Calcídica”.

Los poblados se encuentran divididos entre los que defienden la empresa canadiense, que ha traído empleo a la región, y los que denuncian el impacto nefasto de esta explotación minera para sus vidas y otros sectores tales como la agricultura o el turismo.

En Palaiochori, localidad de 1000 habitantes, Kostas, un minero retirado, atiende un café donde los clientes habituales juegan a las cartas.

“Aquí, los hombres del pueblo han trabajado en las minas por generaciones, como mi abuelo, mi padre, mis tíos y yo. Si cerramos la mina, ¿qué será de nosotros con la crisis? Si los que se oponen al proyecto nos ofrecieran una alternativa para desarrollar el empleo, no estaríamos en contra del cierre”, asegura.

Para Giorgos Tarazas, activista y productor de raki y aceite de oliva, este argumento no es válido: “Los puestos de trabajo creados son ilusorios porque la explotación de las vetas mineras destruye tanto o más puestos de trabajo en el sector del turismo, la ganadería, la apicultura... y ¿estamos dispuestos a dilapidar nuestros recursos naturales por 300 o puede que 1.000 puestos de trabajo?”

En 2012 y 2013, se produjeron violentos enfrentamientos entre los habitantes y las MAT (fuerzas antidisturbios de la policía griega). Se acusó a los activistas de haberse introducido en la explotación minera de Skouries y de destruir equipos y maquinaria.

“Varias veces he estado en detención preventiva y, cada dos meses, nos convocan a mí y a otros activistas a los tribunales. La lucha por defender nuestro medio ambiente es difícil, pero no vamos a renunciar ahora”, afirma Giorgos, parapetado en sus oscuras gafas de sol.

 

“Una atmósfera de guerra civil”

El principal punto de conflicto se localiza en el bosque de Skouries. Eldorado Gold planea arrasar la montaña y abrir un cráter de 700 metros de diámetro.

Hasta la fecha se han destruido tres mil hectáreas de bosque primario. En esta ladera de la montaña denominada Kakavos también se encuentran las mayores reservas de agua dulce de la región. En sus alrededores se teme la desecación y la contaminación de los ríos, lo que privará a la población de agua potable.

En Megali Panagia, una población de 3000 habitantes, se conoce a Giorgos como el “lobo blanco”. A su “cuartel general”, el café Style, solo acuden oponentes a Eldorado Gold.

“Vivimos en una atmósfera de guerra civil, el clima es tenso entre los que están a favor y los que están en contra”, afirma, al tiempo que se reúne con uno de sus seguidores, Yannis Deligiovas.

“En 2012 se eligió a la primera diputada de Syriza, y en la región son muchos los que votaron por Alexis Tsipras en las últimas elecciones porque creyeron en su promesa de cerrar la explotación minera de Skouries. Pero ahora nos damos cuenta de que el Gobierno se abstiene de tomar medidas de envergadura”, se exaspera Yannis.

“La población está indignada, la diputada de Syriza de la región no puede ni poner un pie en algunas zonas sin que le lluevan insultos”, añade otro compañero de lucha, que sin embargo espera que la última decisión del Ministerio de Medio Ambiente obtenga los resultados esperados.

El 5 de julio, el ministro Panos Skourletis, señaló las incoherencias que presenta el estudio técnico y medioambiental propuesto por Eldorado Gold. La empresa dispone de dos meses para responder a las cuestiones planteadas por el Ministerio. Después de este plazo, el contrato que la vincula con el Estado griego podría impugnarse.

El estudio se centra en el proceso utilizado por la empresa para la extracción aurífera denominado “flash melting” o de fusión muy rápida.

Este método debe poder aplicarse en un suelo que contiene gran cantidad de arsénico, como Olimpia, en donde la concentración es entre un 10% y 12% superior a la tasa aceptable. Cada año deberían evaporarse más de 20.000 toneladas de arsénico en el emplazamiento minero de Olimpia, y la información sobre la gestión de estos gases tóxicos y peligrosos para la salud de los trabajadores son insuficientes, según el Ministerio.

“Esta decisión del ministro es una buena noticia, pero no significa que vaya a ponerse alto a las actividades, pese a las graves consecuencias que presenta para el medio ambiente”, señala Dimitris Ibrahim, director de campaña de Greenpeace Grecia. “En Skouries se ha destruido gran parte del bosque y el ecosistema se ha visto muy afectado. Ahora, lo que nos preocupa son los altos niveles de arsénico y de amianto presentes en este emplazamiento minero y que pueden tener repercusiones no solamente para la salud de los trabajadores, sino también de los habitantes”.

El pulso entre el Gobierno de Alexis Tsipras con Eldorado Gold comenzó en agosto de 2015, cuando el Ministerio de Medio Ambiente decretó la suspensión de actividades en el sitio Skouries por “diversas violaciones de las condiciones técnicas del proyecto” perjudiciales para el medio ambiente. El Consejo de Estado griego revocó esta decisión en última instancia.

En enero, por los mismos motivos, el Gobierno impuso una multa de 1,7 millón de euros (1,9 millón de dólares) a la empresa canadiense. Eldorado amenazó entonces con poner fin a todas sus actividades en Grecia y dejar a cerca de 600 personas sin empleo. Ante la presión de la oposición, el Ministerio acabó por aprobar, el 9 de mayo, un primer estudio técnico autorizando a la empresa a reanudar sus actividades en Skouries.

A juicio de Dimitris Ibrahim, “desde agosto de 2015, el Gobierno da una de cal y otra de arena a la empresa, pero carece de voluntad política para poner fin de una vez por todas a las actividades mineras”.

Giorgos plantea incluso otra teoría: “Últimamente hay menos trabajo en la mina de Skouries, pero no porque el Gobierno lo haya prohibido. Se debe a que los precios del oro y la plata bajaron entre 2012 y 2016, y la empresa desea esperar hasta que vuelvan a subir”.

Eldorado Gold contradice este argumento. “La actividad se suspendió en enero de 2016 en Skouries debido a los retrasos en la concesión de licencias de explotación. Después de la aprobación del estudio técnico a principios de mayo, los equipos se movilizaron de nuevo”, señaló a Equal Times el servicio de prensa de la empresa.

Giorgos Zoumpas, presidente del consejo municipal de Ierissos, elegido bajo la bandera de Syriza, quiere creer que sus aliados no lo abandonarán: “El Gobierno tiene que encontrar una manera de evitar la expansión de las minas a fin de proteger a la población. Todavía no existe un estudio serio de su impacto sobre la salud de los habitantes, pero en pocos años nos caeremos de espaldas al descubrir el número de enfermos de cáncer en la región”.

 

Este artículo ha sido traducido del francés.