La ‘Gran Reestructuración’ de Irlanda podría beneficiar a las mujeres y a los trabajadores de mayor edad

Los recientes despidos en el sector tecnológico mundial han afectado gravemente a los trabajadores irlandeses. Antes de estas reducciones de plantilla, el sector digital irlandés empleaba directamente a más de 270.000 personas y generaba muchos más puestos de trabajo indirectos.

En los empleos de dicho sector en Irlanda se paga un salario medio anual de 74.000 euros (64.000 libras esterlinas); además, representan el 11% de la recaudación del impuesto sobre la renta. Aunque en 2021 los salarios brutos crecieron en todos los sectores más que en la temporada anterior a la pandemia, los del sector tecnológico aumentaron en un 28%, una cifra impresionante si se compara con el aumento del 1% para los trabajadores de la hostelería.

Como tenían un poder adquisitivo superior, estos trabajadores bien remunerados del sector tecnológico también pudieron hacer frente mejor a los elevados alquileres y precios de la vivienda en Irlanda –incluso durante las recientes crisis de la vivienda, de la energía y del coste de la vida–. Sin embargo, cabe mencionar que probablemente estos precios fueran también consecuencia del crecimiento de los sectores con salarios elevados, como los de la ciencia y la tecnología.

Dichos empleos suelen generarse en empresas extranjeras. El año pasado se batieron los récords de empleo por inversión extranjera directa en Irlanda. Las multinacionales emplearon a más de 300.000 trabajadores, 116.192 de los cuales acabaron en empresas de tecnologías de la información y la comunicación.

Gran parte de esta actividad económica se concentra en el ‘Silicon Valley’ europeo, la zona portuaria de Dublín que alberga las sedes principales de muchas de las mayores empresas tecnológicas del mundo, como Alphabet (la matriz de Google), Apple, Meta, Microsoft/LinkedIn, Stripe y Twitter.

Sin embargo, como solo diez empresas aportan el 36% de todos los impuestos que se recaudan en el país, la vulnerabilidad económica de Irlanda para hacer frente a una recesión mundial y a la actual crisis del sector tecnológico ha suscitado cierta preocupación.

Aun así, antes de estas reducciones de plantilla, el continuo crecimiento del empleo en las multinacionales ha dejado a las empresas tecnológicas nacionales –y de muchos otros sectores– con unas cifras sin precedentes de ofertas de empleo. De hecho, el presidente de la patronal Technology Ireland señaló recientemente que en los dos últimos años las empresas nacionales “han tenido dificultades para contratar a trabajadores a un buen ritmo”.

Este año, Irlanda alcanzó una cifra máxima histórica de ofertas de empleo en todos los sectores de la economía. Esto significa que los recientes despidos en las grandes multinacionales de la tecnología podrían tener un aspecto positivo, sobre todo si se liberan profesionales locales para las empresas tecnológicas irlandesas. También podría generar oportunidades para los trabajadores que están hoy en día insuficientemente representados en la fuerza laboral, como las mujeres y las personas de mayor edad.

La Gran Reestructuración

Casi la mitad (el 45%) de todos los trabajadores irlandeses que se reincorporaron al mercado laboral tras la pandemia cambió de empleo y el 69% de dicha cifra también cambió de sector económico. Este cambio en el mercado laboral es bastante llamativo e indica que tras la pandemia la gente está reevaluando por qué, cómo y dónde trabaja. De hecho, en lugar de la ‘Gran Dimisión’ que se ha dado en otros países, en Irlanda podría hablarse más bien de una ‘Gran Reestructuración’.

Y aunque algunos de estos trabajadores están pasando de buenos puestos de trabajo a otros excelentes, muchos están dejando los malos empleos para dedicarse a trabajos algo mejores o abandonando por completo el mercado laboral. La competencia para contratar tanto a los mejores profesionales como a los trabajadores poco cualificados no ha disminuido.

Esta variación también ha puesto de manifiesto la creciente dualidad del mercado laboral irlandés. A pesar de los elevados paquetes retributivos que reciben los trabajadores de las multinacionales y del sector tecnológico, los últimos datos de la OCDE revelaron que el problema de los ‘bajos salarios’ (es decir, los ingresos por debajo de los dos tercios de la renta media del país) es mucho más grave en Irlanda que en numerosos países desarrollados.

Irlanda tiene la tasa más alta de salarios bajos de todos los Estados occidentales de la UE, actualmente de un 18%.

Este problema es más grave para los trabajadores migrantes (casi una quinta parte de los trabajadores de Irlanda), las mujeres, los jóvenes y los empleados de más edad.

Los trabajadores del sector de la hostelería se encuentran entre los peor pagados de la sociedad, ya que suelen cobrar tan solo un tercio del salario que perciben los empleados del sector tecnológico. Las últimas investigaciones han revelado que la mitad de los trabajadores de la hostelería en Irlanda cambiaron de empleador tras la pandemia. Dos tercios de estos trabajadores se trasladaron a otros sectores, como el de la venta al por menor o los servicios administrativos o de asistencia.

Encontrar un trabajo decente

Todo esto sugiere que ha cambiado la idea que los trabajadores tienen del ‘trabajo decente’ o de un buen empleo en lugares como Irlanda. Mientras que las definiciones anteriores solían incluir unos salarios justos y prestaciones laborales como las pensiones o la cobertura médica, las últimas investigaciones sugieren que los trabajadores están reevaluando sus puestos de trabajo y exigiendo empleos más flexibles y de mejor calidad en los que se les aprecie, se les remunere de manera justa y se les supervise adecuadamente.

Sin duda, a Elon Musk le salió el tiro por la culata cuando anunció su reciente ultimátum en el que exigía a todos los empleados de Twitter que volvieran a sus puestos de trabajo en la oficina y se comprometieran a trabajar “extremadamente duro”. Cuando los trabajadores reaccionaron con la dimisión en puestos clave y amenazaron con demandarle, Musk pareció suavizar su prohibición total del teletrabajo.

Sin embargo, a pesar de las evidentes ventajas del trabajo híbrido tanto para los empresarios como para los trabajadores, es más que probable que los teletrabajadores sufran a la larga de perjuicios para su carrera, un trato discriminatorio y un acceso desigual a las oportunidades laborales.

Una reciente encuesta mundial de la consultora Deloitte reveló que el 58% de las trabajadoras híbridas se sienten excluidas del acceso a los altos cargos y las reuniones importantes.

Incluso si otras investigaciones sugieren que menos del 40% de los trabajos pueden desempeñarse a distancia.

¿Hacia dónde se dirige Irlanda?

Debido a los niveles sin precedentes de ofertas de empleo en Irlanda –incluso tras las recientes reducciones de plantilla en las empresas tecnológicas extranjeras– tenemos a nuestra disposición dos fuentes de mano de obra sin explotar:

1. Trabajadoras: Al tener que asumir la mayor parte de las responsabilidades de los cuidados, el éxodo de las mujeres que abandonaron el mercado laboral durante la pandemia fue impresionante. Solo durante la primera mitad de 2020, más de 70.000 mujeres salieron del mercado laboral irlandés. Desde entonces, esta tendencia se ha revertido parcialmente, con una tasa de participación femenina en la actividad laboral del 59% en 2022.

Sin embargo, las mujeres siguen encontrando obstáculos para acceder a un trabajo decente, entre los que se incluyen las tareas de cuidado no remuneradas, las interrupciones en sus historiales laborales y una mayor probabilidad de estar subempleadas o atrapadas en empleos precarios o mal remunerados.

2. Trabajadores de mayor edad: En el mundo desarrollado, las personas también viven más tiempo y son más activas. Por tanto, los gobiernos de muchos países de la OCDE están fomentando que estos sigan participando en los trabajos remunerados.

Sin embargo, esto supone un reto tanto para los empresarios como para los trabajadores. Los resultados del primer estudio longitudinal sobre el envejecimiento en Irlanda demuestran que los trabajadores que se acercan a la edad de la jubilación suelen trabajar menos horas o a tiempo parcial. Además, la discriminación por edad en el lugar de trabajo sigue siendo un obstáculo para este grupo de la población: muchas empresas emplean a trabajadores mayores, pero pocas les contratan.

El mundo está recuperando el equilibrio tras las recientes pérdidas de puestos de trabajo en el sector tecnológico y la recesión mundial. Sin embargo, Irlanda estará bien posicionada para hacer frente a estos retos si es capaz de abordar la desigualdad de su mercado laboral.