Largarde ha dado la voz de alarma sobre la precariedad laboral en Corea del Sur. ¿Y ahora qué?

 

La precariedad laboral (ejemplificada por los contratos de corta duración, las subcontratas y la clasificación errónea de los trabajadores/as) está aumentando en todo el mundo.

Los trabajos precarios minan considerablemente los salarios y las condiciones laborales y son el resultado de prácticas laborales diseñadas para maximizar la rentabilidad a corto plazo y la flexibilidad a expensas del trabajador mediante la desestabilización de la relación laboral.

Además, atentan contra la esencia de los derechos sindicales, pues a los trabajadores y trabajadoras en empleos precarios les resulta difícil, si no imposible, organizarse con los compañeros/as de trabajo para formar o afiliarse a un sindicato en la misma empresa (si se han utilizado subcontratas no tendrán el mismo empleador) o en el mismo sector.

En algunos casos, los gobiernos están fomentando estas prácticas, ya que no aplican las leyes adecuadamente e introducen enmiendas en la legislación para facilitar la expansión del trabajo precario.

Aunque el trabajo precario siempre ha sido un problema grave en los países en vías de desarrollo, cada vez lo es más en los países altamente industrializados, en los que los puestos de trabajo bien remunerados y a tiempo completo escasean cada vez más.

Tomemos a Corea del Sur como ejemplo. Las cifras gubernamentales revelan que hoy en día más de un tercio de la fuerza laboral está trabajando con algún tipo de acuerdo laboral ‘no regular’, aunque los sindicatos aseguran que dicha cifra se acerca más a la mitad.

Esto ha creado un mercado laboral (y una sociedad) de dos categorías con pocas posibilidades de movilidad.

Los trabajadores y trabajadoras precarios en Corea del Sur ganan aproximadamente un 40% menos que los trabajadores/as regulares que hacen el mismo trabajo o uno parecido.

Asimismo, las mujeres coreanas se ven desproporcionadamente afectadas por el trabajo precario.

Aunque este ha sido un problema grave desde la década de 1990, por fin el FMI está dando la voz de alarma.

En un discurso pronunciado en la Universidad Nacional de Seúl el 5 de diciembre de 2013, la Directora Gerente del FMI Christine Largarde declaró: “Un problema clave [en el mercado laboral] es la dualidad. Los trabajadores regulares gozan de altos niveles de protección laboral y de salarios y prestaciones decentes.

Los trabajadores no regulares (o temporales o a tiempo parcial) tienen bajos salarios, poca seguridad laboral, una formación inadecuada y una débil cobertura de la seguridad social”.

Asimismo, destacó que la participación de las mujeres coreanas en la fuerza laboral es la más baja de la OCDE: aproximadamente del 60%, bastante baja si se compara con el 83% de los hombres coreanos.

La diferencia en los ingresos por género también es la más alta de la OCDE.

De hecho, la Comisión de Expertos de la OIT ha sugerido que la concentración de mujeres en formas precarias de empleo puede violar las obligaciones del país en virtud del Convenio 111 de la OIT sobre la discriminación en materia de empleo y ha instado a Corea a que tome “las medidas necesarias” para proteger de la discriminación a los trabajadores en empleos precarios (en especial a las mujeres).

 

Ejemplos de trabajo precario en Corea del Sur

En Corea del Sur, el trabajo precario se encuentra en todos los sectores, desde la manufactura hasta la educación y los servicios de la tecnología de la información.

A continuación exponemos tan solo tres ejemplos en los que están trabajando los sindicatos.

Aeropuerto de Incheon: Las empresas de subcontratación suelen utilizarse en la gestión del aeropuerto de Incheon (el mayor del país). Aproximadamente el 87% de los trabajadores/as del aeropuerto están empleados a través de subcontratistas. A estos trabajadores y trabajadoras les pagan tan solo una fracción del salario que reciben los trabajadores/as empleados directamente; muchos de ellos ni siquiera reciben la suma total que el aeropuerto paga al intermediario por su trabajo. La sección sindical en el aeropuerto de Incheon de la Federación Coreana de Sindicatos de Servicios Públicos y Trabajadores del Transporte (KPTU) se fundó en 2011 para organizar a los trabajadores/as empleados por subcontratistas de primer nivel. Estos empleados subcontratados trabajan principalmente en áreas como la gestión del tráfico, la seguridad, la ingeniería civil, la limpieza y los servicios inmobiliarios. Desde 2011, unos 1.700 de los alrededor de 6.000 trabajadores/as subcontratados del aeropuerto de Incheon se han organizado y afiliado a la sección sindical. Actualmente, el sindicato se encuentra en plena huelga indefinida para protestar contra el uso en el aeropuerto de formas precarias de trabajo.

Hyundai Motors: Hyundai Motors, el octavo mayor fabricante de automóviles del mundo, mantiene líneas de montaje en las que algunos de los empleados son directamente contratados por Hyundai, mientras que a otros, que realizan el mismo trabajo, les contratan a través de un intermediario. Esta segunda categoría de trabajadores/as a menudo se enfrenta a unas condiciones laborales más duras; además, les pagan bastante menos y reciben menos prestaciones. Un trabajador demandó a Hyundai alegando que la empresa había realizado una consignación ilegítima y que debía tratarle como a un trabajador regular directamente empleado por la empresa. A pesar de que el trabajador ganó el juicio en 2012 en el Tribunal Supremo, la empresa sigue negándose a cumplir la sentencia en lo que respecta a él y a los miles de trabajadores que se encuentran en una situación parecida. El Sindicato Coreano de Trabajadores Metalúrgicos (KMWU) ha organizado a algunos de los trabajadores en situación precaria de la fábrica de Ulsan.

Hyundai Heavy Industries (HHI): El uso del trabajo precario en los astilleros del puerto internacional de Ulsan es generalizado. Los enormes buques no los construyen trabajadores directamente empleados, sino decenas de cuadrillas distintas, cada una dirigida por un empleador subcontratado, que son responsables de una sección del buque. Los salarios son muy bajos y los trabajadores a menudo tienen miedo de denunciar las lesiones acaecidas en el trabajo (muy comunes) por temor a perder sus puestos de trabajo. En el pasado, los esfuerzos por sindicalizar a la fuerza laboral fueron reprimidos, aunque los trabajadores están intentando reconstruir el movimiento, a pesar del temor a las listas negras que impiden que muchos de ellos se afilien a un sindicato.

La lucha contra el trabajo precario constituye una prioridad para la CSI y la CSI-Asia Pacífico.

En 2014, la CSI y la CSI-AP publicarán un informe sobre el trabajo precario en Asia, en el que harán hincapié en las leyes y prácticas de toda la región que provocan la explotación de los trabajadores/as.

Asimismo, la CSI tiene planes para unirse a los Sindicatos Mundiales para poner en marcha campañas en países puntuales con el objetivo de reformar la legislación y cambiar las prácticas de las relaciones laborales en empresas específicas.

Hay que acabar con la continua explotación de los trabajadores/as mediante formas precarias de empleo.

Necesitamos leyes que protejan a los trabajadores/as y la aplicación de los derechos laborales para todos los trabajadores/as, independientemente del tipo de empleo.

Al mismo tiempo, los sindicatos seguirán organizando a los trabajadores y negociando convenios colectivos que prohíben sindicatos o les imponen límites definidos.