Lima: las víctimas invisibles de la contaminación

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Mario, como todos los días o casi, circula por la avenida Salaverry, distrito de San Isidro, en Lima.

Aprovechando una luz roja, ofrece bebidas y refrigerios a los conductores, o sube a los autobuses para vender sus mercancías a los pasajeros.

Como miles de limeños, trabaja en la calle, en medio del tráfico.

Estos vendedores deambulan entre los escapes de los coches inconscientes del peligro que les rodea.

“Yo no sé si la contaminación tiene un impacto sobre mi salud, yo realmente no me doy cuenta... y de todos modos, si quiero trabajar, no tengo otro remedio”, explica fatalista a Equal Times.

Sin embargo, ha sido establecido perfectamente el impacto de las partículas finas en el aire de Lima. Entre 2007 y 2011 murieron más de 5.000 personas, según un estudio realizado por el Consorcio de Investigación Económica y Social (CIES).

De acuerdo con un estudio publicado en 2014 por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la capital peruana es una de las ciudades más contaminadas de América Latina.

El estudio encontró que el nivel promedio de concentración de partículas PM 2,5 y PM 10 alcanzaba entre 38 y 63 microgramos por metro cúbico. Cantidad que excede en gran medida los niveles máximos recomendados por la OMS (10 y 20 microgramos por metro cúbico).

 

Una contaminación letal

El primer culpable de esta mortalidad ha sido claramente identificado. El estudio del CIES indica que el 80% de los fallecimientos podría haber sido causado por el transporte público en Lima.

En esta ciudad de más de 9 millones de habitantes, existe solamente una línea de metro y se está construyendo una segunda. Un corredor de autobuses “verdes” circula en un espacio reservado en medio de la avenida de circunvalación, donde cada día transitan miles de vehículos contaminantes.

También pueden observarse algunos autobuses modernos, pero sobre todo “combis”. Las calles está constantemente llenas de este tipo de minibús con capacidad para diez personas.

Si para los turistas forman parte del encanto de la ciudad, son la clara indicación de que los medios de transporte no se renuevan.

Susana Villarán, antigua alcaldesa de Lima, recordó en mayo de 2014 durante una audiencia en el Congreso que “el 52% de los autobuses y combis de Lima (12.050 vehículos) tienen más de 20 años”.

Uno de los enfoques para resolver el problema consistió entonces en reservar ciertos corredores a autobuses municipales nuevos. Casi un año después, la experiencia está lejos de haber dado fruto y los antiguos vehículos aprovechan la ausencia de controles para volver a circular.

 

Situación de emergencia

Doris La Chira, neumóloga de Solidaridad Salud del Municipio de Lima, da la voz de alarma durante nuestra entrevista en el distrito de Santa Anita, al este de Lima.

“Estamos ante una emergencia real, la cantidad de tóxicos en el aire en Lima es muy importante. Industrias, transporte público, coches, vertederos a cielo abierto, la quema de neumáticos... las fuentes de contaminación son muy numerosas. Y causan importantes problemas en el sistema respiratorio, el cardiovascular, los ojos y la piel”, afirma a Equal Times.

La contaminación afecta desigualmente a los diferentes sectores de la población. “Los más sensibles son los que viven gran parte del día en la calle: los vendedores ambulantes, policías, conductores de autobús, taxis...”

“Basta circular por algunas zonas, como la avenida Abancay o el centro histórico de Lima, donde el tráfico está congestionado todo el tiempo, para que las personas sensibles a las partículas se vean afectadas”, explica Marco Alegre, Director del Grupo Gea, una ONG peruana que trabaja particularmente sobre el concepto de ciudades sostenibles.

 

Los más afectados: los barrios pobres

De un extremo al otro de Lima, la situación es muy desigual. Gran parte de los distritos más ricos de Lima se encuentra al borde del mar.

En la parte oriental de la ciudad, las zonas más desfavorecidas se asientan cerca del desierto. Estos distritos sufren un doble impacto. La pobreza aumenta la contaminación, con vehículos más antiguos y vertederos a cielo abierto, a lo que se añaden políticas públicas menos contundentes.

San Juan de Lurigancho, la zona más poblada de Lima (1 millón de personas) dispone de solamente de 0,3 m² de espacio verde por habitante. Lejos de los 12 m² recomendados por la OMS.

El clima es un factor agravante. “Existe en Lima un fenómeno de inversión térmica. Las corrientes oceánicas desplazan la contaminación hacia el interior del país, pero ésta se ve bloqueada por las pequeñas montañas que rodean la ciudad, lugar donde se encuentran situados estos barrios”, explica Marco Alegre a Equal Times.

Doris La Chira, que interviene con regularidad en estos barrios añade “el número de pacientes con problemas respiratorios o alergias es cada vez mayor. Es preciso que los limeños se den cuenta de la necesidad de cuidar el medio ambiente”.

Aun cuando se señala a menudo la ausencia de cultura medioambiental de los peruanos, la situación está cambiando poco a poco.

Así, en los últimos años la contaminación del aire forma parte de las principales preocupaciones de los limeños.

El 35% de las personas entrevistadas por el observatorio ciudadano “Lima Cómo Vamos manifestaron sentirse preocupadas por el tema.

“En los últimos años, el medio ambiente es un tema que empieza a interesar a los habitantes. No se dan cuenta de la forma en que la contaminación afecta al medio ambiente o a su salud, pero aun así, todos los días observan que la contaminación del aire causada por el tráfico o la industria es un verdadero problema”, afirma Mariana Alegre, la coordinadora general del proyecto.

“Solamente la generación más joven ha recibido educación sobre este tema”, añade.

Lo único que les inquieta más es la delincuencia y… el transporte público.

 

This article has been translated from French.