Los estudiantes indios se sublevan contra la discriminación en las universidades

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El 17 de enero de 2016, Rohith Vemula, que estaba estudiando un Doctorado en Ciencias Políticas en la Universidad Central de Hyderabad, al sur de la India, subió a su habitación universitaria, redactó una carta de seis páginas en inglés, incriminando el sistema con el cual ya no se sentía en absoluto identificado, amarró una cuerda y se suicidó.

Rohith Vemula era también activista de extrema izquierda y dalit, “intocable”. Manifestaba públicamente su indignación contra las discriminaciones y las medidas de exclusión de las que son regularmente objeto las castas inferiores y las minorías en el ámbito universitario.

En cuestión de horas su suicidio había provocado una crisis sin precedentes en el campus de Hyderabad, y seguidamente en otras universidades indias, al tiempo que la noticia se difundía rápidamente por las redes sociales.

Los hashtags #JusticeForRohith y #ChaloHCU (Universidad Central de Hyderabad, ¡vamos!) se adueñaron rápidamente de Twitter y de Facebook, suscitando oleadas de apoyo por todo el país, pero también en Londres, Berlín y Nueva York.

El Joint Action Committee for Social Justice, un comité compuesto por estudiantes y activistas, ha pedido la dimisión del Ministro de Educación, así como la del Vicepresidente de la Universidad, Appa Rao, acusado de ser responsable de lo que muchos denominan un “asesinato institucional”.

El movimiento, al cual se han unido diversos sindicatos, entre ellos el poderoso National Students’ Union of India (NSUI, próximo al partido de la oposición Indian National Congress), reclama una medida oficial por parte del Gobierno central, la “Rohit Act”, para poner fin a las injusticias que sufren las minorías desfavorecidas de la India en el sistema educativo.

Burlas, acoso moral, negativas de publicación y promoción para los docentes, no adjudicación de becas o de tutorías para los alumnos, y referencias sistemáticas a la casta, son algunos de los ejemplos que ha sacado a la luz The Hindu.

 

Discriminaciones interiorizadas

En diciembre de 2015, cinco estudiantes de doctorado, entre los que figuraba Rohith Vemula, sindicalizados en la Ambedkar Student Association, habían sido acusados injustamente – como lo ha demostrado una investigación policial – de haber agredido a un miembro del sindicato de estudiantes Akhil Bharatiya Vidyarthi Parishad (ABVP), próximo al partido en el poder Bharatiya Janata Party (BJP).

Los cinco estudiantes fueron expulsados del campus de la universidad.

“El ambiente es extremadamente tenso desde que se produjo este incidente. El suicidio de Rohith ha puesto en evidencia el gravísimo problema que pesa sobre el sistema universitario y sobre la sociedad india en general, la denegación de justicia y los prejuicios en función de la casta. Esto se manifiesta igualmente en el desprecio que exhiben los programas de discriminación positiva existentes”, explica Mohib Ali, estudiante de la Universidad de Hyderabad, en una entrevista con Equal Times.

La Constitución india protege y promueve las categorías denominadas “castas desfavorecidas”, “tribus desfavorecidas” y “otras castas subdesarrolladas” (SC/OBC, por sus siglas en inglés) por medio de un sistema de cuotas que les permiten integrarse más fácilmente en el sistema educativo. Estas cuotas, si bien han permitido diversificar la población estudiantil en el seno de las universidades, no han bastado para acabar con la discriminación.

Según el economista Sukhadeo Thorat, de los 25 casos de suicidio que se han producido en diversas instituciones universitarias, 23 fueron estudiantes dalits.

“Parece que nos hubiésemos vuelto inmunes ante la frecuencia de estos suicidios de estudiantes mayoritariamente dalits”, prosigue el economista.

No obstante, tal y como lo constata el antropólogo Dalel Benbabaali, de la London School of Economics, especialista en castas inferiores y adivasi (minorías tribales) en la región de Hyderabad, la movilidad social está fallando por varias razones:

“Este sistema de cuotas nunca ha sido verdaderamente aceptado por las castas superiores, en la medida en que pone en entredicho sus intereses creados y la exclusividad de sus privilegios. Los estudiantes que se benefician de las cuotas son constantemente denigrados como unos aprovechados que no merecen realmente acceder a la educación superior”.

Se trata de un discurso a menudo interiorizado por los miembros de las castas inferiores.

“Muchos dalits no acceden a las cuotas por miedo a ser tachados como ‘el estudiante cuota’ del grupo. El propio término ‘cuota’ se ha convertido en un insulto. Por eso muchos dalits de zonas urbanas que han recibido una educación prefieren no asumir esta identidad y ocultarla mediante diversas estrategias, como por ejemplo el cambio de patronímico [N. de la R.: En la India, el patronímico permite determinar la región de origen, la comunidad religiosa y la casta]”, subraya Yashica Dutt, periodista india, estudiante de la Universidad de Columbia, Nueva York, que, tras el suicidio de Rohith Vemula, ha creado un blog de testimonios para los dalits.

“Me he dado cuenta hasta qué punto había interiorizado el miedo al rechazo. Tristemente, la muerte de Rohith me ha ayudado a ‘salir del armario’ en tanto que dalit”, explica a Equal Times.

Para Mohib Ali, la muerte de Rohith Vemula es también representativa del clima liberticida que aflige a la India, especialmente en los campus donde “se está desarrollando un profundo anti-intelectualismo”.

Las manifestaciones deberían proseguir hasta nueva orden en los campus.

 

Este artículo ha sido traducido del inglés.