Los sindicatos: actores activos detrás del “movimiento tectónico” del mapa político irlandés

El panorama político irlandés acaba de experimentar lo que solo puede describirse como un movimiento tectónico. Después de un siglo, durante el cual la política ha estado dominada por dos partidos de centroderecha, los votantes en las elecciones generales de 2020 celebradas el 8 de febrero optaron por el cambio. Y esto un año después de que se llevaran a cabo dos campañas sindicales importantes en torno a la atención sanitaria y la vivienda. Estas dos cuestiones fueron precisamente las que se impusieron en los debates políticos en la etapa previa a las elecciones.

Aunque no es el único ganador del giro a la izquierda, el Sinn Féin es sin duda el gran vencedor de las elecciones. Eliminó los códigos de su turbulento pasado e hizo campaña sobre una plataforma de cambio progresivo. Su lema “demos un respiro a los trabajadores y a las familias” capturaba su visión renovada, pero era lo suficientemente convencional como para incorporarlo en campañas de la izquierda en todo el mundo.

¿Por qué se identificaron tanto los votantes con este mensaje? Aunque está claro que había numerosos factores en juego, resulta evidente que los grandes esfuerzos realizados por los sindicatos para dar una mayor prominencia a las cuestiones cotidianas en el debate público fueron determinantes.

En el contexto de las negociaciones del Brexit, con unos resultados positivos (para Irlanda) aún frescos en la mente de la gente, y unos indicadores brutos de la economía satisfactorios, el partido gobernante de centroderecha, Fine Gael, convocó elecciones anticipadas considerando que tenía bastantes posibilidades de ganar. Sin duda, podría haber evitado unos resultados tan decepcionantes de haber centrado el discurso político en estos asuntos.

En todo caso, la etapa previa a las elecciones, en lugar de estar dominada por titulares con noticias sobre el Brexit o cifras sobre el PIB lo estuvo por dos cuestiones: la vivienda y la atención de salud. En ambas se han efectuado recortes debido a las medidas de austeridad introducidas por el Gobierno y ambas han sido el objeto de campañas sindicales muy visibles durante los dos últimos años.

A raíz de la reducción de la financiación destinada a la atención sanitaria, la escasez de personal médico ha sido un problema recurrente y creciente, en particular en el sistema de salud público de dos niveles de Irlanda. Tanto los pacientes, que se encuentran con largas listas de espera, como el personal sanitario, que está desbordado, pagan las consecuencias. Cuando inevitablemente se llegó al límite, la Organización de Personal de Enfermería y Partería de Irlanda (INMO, por sus siglas en inglés) lideró la campaña #StandWithNursesandMidwives (apoya al personal de enfermería y partería).

El personal de enfermería y partería, en su gran mayoría mujeres, situó como prioridad las demandas de interés público relativas a un nivel seguro de dotación de personal y ocupó un lugar central para contar sus historias. Gracias a la adopción de este enfoque se logró una cobertura significativa por parte de los medios, que se hicieron eco de los testimonios personales de los trabajadores. Tras las grandes muestras de apoyo público, incluido de los pacientes, lograron rápidamente un acuerdo que incluía soluciones iniciales importantes. Sin embargo, la reticencia impulsada por motivos ideológicos a comprometerse con un sistema de salud público totalmente operativo se había puesto en evidencia de forma enérgica.

El ICTU hace ruido en torno a la cuestión de la vivienda

Entretanto, otro síntoma del enfoque obsesionado en el PIB del Gobierno afectó a los trabajadores, esta vez en sus hogares. Como apuntó Leilani Farha, Relatora Especial sobre el derecho a una vivienda adecuada, “el actual papel creciente y el dominio sin precedentes de los mercados financieros no regulados y las empresas en el sector de la vivienda se conoce como la ‘financiarización de la vivienda’ y tiene consecuencias devastadoras para los inquilinos. En contravención de las obligaciones internacionales en materia de derechos humanos, la inversión en vivienda en la República de Irlanda ha desligado la vivienda de su finalidad social primordial: proporcionar a las personas un lugar digno y seguro donde vivir”.

A fin de impulsar el “crecimiento” efímero a cualquier precio, el Gobierno permitió que las inversiones especulativas inundaran el mercado de la propiedad. La compra de viviendas se hundió y el precio de los alquileres aumentó vertiginosamente; Dublín es ahora uno de los lugares del mundo donde resulta más caro alquilar una vivienda. En muchos casos, la gente simplemente no ha podido aguantar y el número de familias sin hogar ha aumentado un 280% desde diciembre de 2014. Actualmente, más de una de cada tres personas en alojamiento de emergencia es un niño.

Junto con una coalición amplia de movimientos de la sociedad civil, el Congreso Irlandés de Sindicatos (ICTU, por sus siglas en inglés) puso en marcha Raise the Roof, una campaña que tenía por objeto dar visibilidad a la crisis de la vivienda y las personas sin techo. La impresionante labor preliminar conjunta realizada por las organizaciones de ayuda a las personas sin hogar y la gran capacidad para hacer campaña y movilizar de los sindicatos SIPTU y Mandate situaron a las personas sin techo en un lugar central de la atención pública en Irlanda. El punto álgido de esta campaña tuvo lugar en mayo de 2019, por lo que todavía seguía muy presente en la mente de la gente cuando se celebraron los comicios.

Las elecciones pueden ser complicadas para los sindicatos. Compaginar la apertura política, la adscripción política amplia de los afiliados y las exigencias claras en materia de políticas implica que los sindicatos deben hacer malabares con varios elementos al mismo tiempo en un momento decisivo.

La realidad es que la etapa previa a una elección está dominada por los partidos. En lugar de competir por un espacio en una campaña electoral saturada, los resultados de las elecciones irlandesas indican que los sindicatos pueden generar cambios políticos si trabajan duro antes de los comicios para sentar las bases. Algunos de los elementos clave para lograrlo son dar un rostro humano a los problemas y aspiraciones de los trabajadores, impulsar reivindicaciones de interés público que logran repercusión en toda la sociedad, forjar alianzas de la sociedad civil y escoger el momento oportuno.

En todas partes del mundo se registran grandes movimientos de insatisfacción. Movimientos que tienen el poder de mover continentes. Los sindicatos son fundamentales para canalizar esta energía poderosa con el fin de conseguir cambios políticos progresivos: las elecciones irlandesas son un buen ejemplo de ello.

Este artículo ha sido traducido del inglés.