Los sindicatos kenianos abordan sin titubeos la emergencia climática en medio de la crisis sanitaria

Los sindicatos kenianos abordan sin titubeos la emergencia climática en medio de la crisis sanitaria

Villagers cross through receding waters in an area of flash flooding at Solai in Subukia, Nakuru County on 10 May 2018. There has been an increasing in floods in Kenya’s Rift Valley over the past four years. In 2020, more than 5,000 people were displaced at Lake Baringo alone.

(AFP/Tony Karumba)

Después de 18 meses de confinamientos, cierre de fronteres, vuelos que no han despegado y restricciones a los viajes, la industria mundial del turismo sigue tambaleándose como consecuencia de la covid-19. Uno de los países más devastados ha sido Kenia. Antes de la pandemia, el sector del turismo representaba el 4,4% del PIB de Kenia y cada año recibía a más de dos millones de visitantes. Sin embargo, en 2020 se observó una reducción del 72% en la llegada de turistas a Kenia, lo que costó a la industria aproximadamente 1.000 millones de dólares estadounidenses en ganancias.

Sin embargo, incluso antes de la pandemia, el sector del turismo de Kenia trataba de capear otro temporal: el cambio climático. Durante los últimos años, la sindicalista Susan Wanjiru ha observado conmocionada cómo numerosos afiliados al Sindicato keniano de trabajadores del hogar, hoteles, instituciones educativas, hospitales y sectores afines (KUDHEIHA, por sus siglas en inglés) han perdido sus puestos de trabajo a causa del cierre de hoteles cercanos al lago en el Gran Valle del Rift, uno de los principales atractivos turísticos de Kenia.

Los cierres registrados durante los últimos cuatro años son consecuencia del aumento de los niveles del agua en los lagos, en particular en la zona de los lagos Baringo y Naivasha, causado por lluvias inusualmente fuertes, cambios en el uso de las tierras y la pérdida de humedales. En la zona del lago Baringo, las inundaciones desplazaron a más de 5.000 personas en 2020.

“Cuando hay inundaciones vemos cómo los hoteles, las viviendas y las carreteras quedan sumergidas. Algunos de los hoteleros no consiguen recuperarse de la inundación y se ven obligados a cerrar su empresa. Esto significa que los trabajadores pierden su trabajo”, dice Wanjiru, secretaria de la sección del KUDHEIHA en Nakuru, la cuarta ciudad más grande de Kenia, situada en el valle del Gran Valle del Rift.

Y lejos de los lagos, en la famosa reserva natural de Masaai Mara, también se puede observar el impacto del cambio climático, con lluvias erráticas y largos periodos de sequía que contribuyen a la disminución de las poblaciones silvestres. “Los puestos de trabajo corren peligro en Mara y los volúmenes de agua del río Mara han disminuido debido a la degradación del depósito de agua de Mau. La migración de ñus se ha visto muy afectada, lo que ha dado lugar a un nivel bajo de turismo. Esto ha afectado mucho a muchos trabajadores y sus medios de vida”, señala Wanjiru.

La situación no solo ha reducido el número de afiliados de su sindicato (dice que de 2.000 afiliados al KUDHEIHA en la zona del Valle del Rift, al menos 77 han perdido su trabajo en los dos últimos años), sino que también ha dejado a los antiguos trabajadores de la hostelería sin ingresos, lo cual pone en gran peligro a sus familias y comunidades.

Alianzas, divulgación y medidas

Motivada por el deseo de educar a sus colegas y sus comunidades acerca de las consecuencias del cambio climático y las medidas que pueden adoptarse para prevenir, mitigar o adaptarse a los peores efectos, hace dos años Wanjiru fue designada “defensora de la ecología” en el KUDHEIHA. “Kenia depende en gran medida de recursos naturales en los que incide el clima –como los bosques, la costa, los lagos y las especies silvestres tanto marinas como terrestres– para los medios de subsistencia de millones de personas. Nos encontramos en una situación de gran vulnerabilidad a causa del cambio climático”, advierte.

Su función de responsable de sensibilización sobre el cambio climático incluye la tarea de integrar la transición justa y la estrategia sobre la política climática en todo el movimiento sindical de Kenia. Los sindicatos kenianos llevan trabajando en estas iniciativas desde 2016, incluido a través de una antigua alianza de colaboración con el Organismo danés de desarrollo internacional. La labor de los sindicatos recibió un impulso enorme en 2019, cuando la central sindical nacional de Kenia, la Organización Central de Sindicatos de Kenia (COTU-K, por sus siglas en inglés), formó una alianza con la fundación alemana Friedrich-Ebert-Stiftung (FES) para aumentar la comprensión y la capacidad de los sindicatos en cuanto a cuestiones climáticas. A nivel sectorial, el KUDHEIHA ha llevado a cabo una labor similar con la Unión Internacional de los Trabadores de la Alimentación, Agrícolas, Hoteles, Restaurantes, Tabaco y Afines (UITA).

En los dos últimos años se han realizado diferentes formaciones y acciones en el lugar de trabajo para ayudar tanto a los trabajadores como a los empleadores a aprender a adaptarse a los efectos adversos del cambio climático y aumentar la concienciación ambiental.

Las iniciativas han incluido asociarse con gerentes de hoteles en el Gran Valle del Rift para plantar árboles, participar en la limpieza de playas, sensibilizar a los turistas sobre la conservación del agua y de la energía y la prohibición de las bolsas de plástico en los parques naturales.

Robert Muthami, coordinador de programas en FES Kenia, dice que su organización ha colaborado con trabajadores afiliados al COTU-K de sectores como la energía, la salud, la hostelería, el turismo y la manufactura para apoyar los esfuerzos hacia la transición energética, así como trabajar en políticas. “Hemos ayudado a sindicatos de trabajadores a redactar un marco de transición justa para Kenia que proporciona directrices para llevar a cabo negociaciones eficaces sin lagunas. La voz de los trabajadores no ha estado presente en el pasado”, cuenta a Equal Times.

Los sindicatos también han estado ejerciendo presión sobre los dirigentes empresariales en el sector de la hostelería para que inviertan en infraestructuras ecológicas, como la energía renovable. Esto ya ha arrojado resultados positivos: “Durante diferentes visitas a los parques nacionales hemos colaborado con los gerentes de los distintos establecimientos turísticos”, dice Canjuro. “Gracias a nuestra sensibilización, la mayoría de los hoteles que representamos han instalado paneles solares para sus necesidades energéticas. Algunos han modernizado sus sistemas energéticos para que los aires acondicionados y las luces se apaguen automáticamente cuando el huésped se va de la habitación”.

Con el apoyo del COTU-K y FES, el KUDHEIHA también ha estado trabajando para incluir una cláusula sobre el cambio climático en el convenio colectivo del sector de hostelería, que actualmente se está examinando. Wanjiru señala que esto generará una mayor “responsabilización y compromiso” con las cuestiones climáticas tanto entre los trabajadores como los empleadores.

Muthami, de FES, dice que ha habido algunas dificultades iniciales en los intentos por integrar la acción contra el cambio climático en el movimiento sindical de Kenia: “No ha resultado fácil crear un grupo dentro del movimiento para defender el concepto de la transición justa. Y los sindicatos aún tienen que esforzarse más por crear alianzas con otros actores como la sociedad civil”, advierte.

Sin embargo, a nivel de los trabajadores, Wanjiru, que es una de los aproximadamente 20 defensores de la ecología en el movimiento sindical de Kenia, dice que ha experimentado una respuesta sumamente positiva a estas iniciativas de divulgación. “Todos nosotros hemos sufrido en algún momento los efectos del cambio climático”, explica.

Crear un ejército de expertos medioambientales en el ámbito de los sindicatos

Como afiliada del COTU-K, el KUDHEIHA también ha formado parte del grupo fundamental que está presionando para enmendar la Ley sobre el cambio climático de Kenia 2016 a fin de incluir el COTU-K en el Consejo National sobre el Cambio Climático.

“Los trabajadores pueden ayudar a influir en las políticas nacionales para mejorar el trabajo decente y asegurar un entorno de trabajo sostenible para los trabajadores en las economías formales e informales, así como para el bien de la sociedad en su conjunto”, dice Rebecca Okello, una asesora en políticas climáticas en el COTU-K.

Hasta ahora se ha excluido a los sindicatos del consejo, lo cual no solo excluye a los trabajadores de la formulación de políticas, sino que también incide en la aplicación de estrategias climáticas. Sin embargo, aunque los sindicatos hayan estado pidiendo un mayor diálogo social con el Gobierno, las iniciativas para crear un “movimiento verde” dentro de las afiliadas del COTU-K han sido fructíferas: actualmente hay dos representantes ecologistas formados en cada sindicato afiliado.

“El objetivo es lograr expertos medioambientales a nivel sindical y crear capacidad para participar y defender una transición justa en Kenia. También esperamos mejorar la comprensión de la relación entre las políticas de protección ambiental y las condiciones laborales”, cuenta Okello a Equal Times.

Con la formación organizada con el apoyo de FES, otro objetivo es asegurar que los sindicalistas en todos los niveles puedan incluir cuestiones climáticas en todas las negociaciones en las que participen, ampliando así el enfoque tradicional en el salario y las condiciones laborales.

“Confiamos en que estamos construyendo un ejército de sindicalistas que conocen en profundidad las maneras modernas de organizar a los trabajadores en torno a cuestiones emergentes y que tienen la capacidad de negociar convenios colectivos completos con empleadores y autoridades”, dice Okello. Señala que está teniendo resultados positivos para las afiliadas al COTU-K, como el KUDHEIHA y el Sindicato de Trabajadores del Sector Eléctrico y Afines de Kenia (KETAWU).

“Ya estamos observando una gran mejora de la capacidad de los dirigentes sindicales para involucrarse en actividades más amplias y cuestiones climáticas. Además de promover una transición justa y ecológica para el desarrollo sostenible, también están mejor preparados para ofrecer un análisis de legislación nacional, como los compromisos determinados nacionalmente de Kenia y la puesta en marcha de las respuestas sindicales”, observa la responsable sindical. Sin embargo, todavía queda trabajo por delante antes de que este incremento de los conocimientos sindicales tenga un impacto verdadero en las políticas nacionales: en la actualización más reciente de los compromisos determinados nacionalmente de Kenia (de diciembre de 2020) la transición justa solo se menciona de pasada.

Kenia: una defensora regional de las renovables

Aun así, hay mucho que celebrar en Kenia. Entre el 85% y el 90% del suministro eléctrico del país procede de fuentes renovables (principalmente hidroeléctricas y geotermales), lo que lo convierten en el líder regional en energía limpia de África oriental. Ernest Nadome es el vicesecretario general del COTU-K y el secretario general del KETAWU, un sindicato muy prominente en el sector energético de Kenia. Dice que es fundamental que los sindicatos se aseguren de que los trabajadores cuentan con las competencias adecuadas para participar realmente en una transición justa.

Y señala que el KETAWU trabaja duro por incrementar y reciclar las competencias de los trabajadores “para que el cambio no les pille con la guardia bajada”. Nadome también apunta que en agosto el productor energético de Kenia, Kenya Electricity Generating Company (KenGen), se convirtió en la primera empresa de África en obtener más de 3,8 millones de dólares en créditos de carbono del Convenio marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático por diferentes proyectos de energía limpia, gracias en parte –Nadome insiste– al personal adecuadamente calificado de la empresa.

Los trabajadores del sector energético se han asegurado de que las centrales hidroeléctricas están libres de sedimentos y se han ofrecido como voluntarios para plantar árboles en zonas de captación de agua en un intento por frenar la erosión del suelo (lo que da lugar a sedimentos dentro de las presas, y, por ende reduce su capacidad de generar electricidad). Nadome describe un acuerdo alcanzado con la Autoridad de formación industrial nacional para introducir un curso de formación para los técnicos en energía solar como “la mayor victoria del sindicato hasta la fecha”, ya que esto ayudará a formar a los trabajadores para uno de los ámbitos de mayor crecimiento de la economía verde.

“Nuestro sindicato, el KETAWU, es el sindicato más importante involucrado en el sector energético. Somos los que hemos impulsado el impresionante cambio de Kenia hacia la energía limpia. Nuestra participación en iniciativas climáticas ha garantizado que, aunque el Gobierno haya congelado el empleo [debido a los confinamientos a causa del coronavirus] ninguno de nuestros miembros ha sido mandado a casa”, añade.

La realización de esta crónica ha sido posible gracias a los fondos de la Friedrich-Ebert-Stiftung y forma parte de una serie de artículos sobre los sindicatos y la transición justa.